
Martín Muñoz de las Posadas se ha convertido esta semana en el plató de rodaje del primer largometraje de Raúl Arévalo, ‘Tarde para la ira’, que tiene como protagonistas a Antonio de la Torre y al segoviano Luis Callejo. La presencia del equipo cinematográfico en esta pequeña localidad del oeste de la provincia ha causado una gran expectación. No es para menos porque la familia de Arévalo, uno de los actores españoles más populares, es del pueblo y son decenas los vecinos que han sido seleccionados como figurantes.
Ayer el rodaje en la plaza de la bonita localidad segoviana fue todo un acontecimiento, tema principal de conversación en bares y tiendas de la comarca, en tertulias al fresco y hasta en pueblos de la vecina provincia de Ávila.
El director ha descrito ‘Tarde para la ira’ —el primer guión lo escribió hace más de siete años— como un thriller dramático con un argumento y una estructura en el que la intriga está presente en cada momento. Quiere hacer una película “que atrape y cautive, aunque por momentos incomode y duela; que el espectador no pueda parar de verla, pero tampoco pueda parar de cuestionarse”.
Los personajes protagonistas son Jose (Antonio de la Torre) y Curro (Luis Callejo). Este último es detenido en 2007 en Madrid tras el atraco a una joyería. Ocho años después, Ana (que interpreta Ruth Díaz), su novia, le espera junto al hijo de ambos. Jose es un hombre solitario y reservado que no parece encajar en ninguna parte y que ha entablado relación con Ana, quien ve en el extraño una vía de escape a una vida que le angustia. Cuando Curro sale de la cárcel todo ha cambiado y se encuentra con una mujer confundida y con un hombre que le romperá todos los esquemas. No puede imaginar hasta que punto Jose va a cambiar sus planes, el desconocido le obligará a enfrentarse a viejos fantasmas del pasado. Ambos emprenderán un extraño y trepidante viaje de tres días; una ruta de violencia que les obligará a convivir, a jugar una partida en constante confrontación, que les hará entenderse inevitablemente. En definitiva, una historia sobre la naturaleza violenta del ser humano y el espejismo de la redención.
Arévalo ha explicado que todos los elementos, desde los diálogos a los actores, la figuración, el arte, la fotografía o el sonido están al servicio de mostrar el máximo realismo posible, con la finalidad de conseguir una película llena de vida y frescura.
Además, apunta a un potente atractivo visual, al reflejar con fuerza y contundencia los ambientes y las atmósferas en las que se mueven y conviven los personajes. Así, las localizaciones tienen un protagonismo claro, desde barrios de la periferia madrileña a pueblos de Castilla como Martín Muñoz de las Posadas, con bares de serrín en el suelo en los que se juega al mus, hostales de carretera… Es decir, una estética en la que los colores, la atmósfera apoyan la fuerza de los personajes en una España alejada de lo políticamente correcto y nada virtual.
El director, que ya hizo sus primeros trabajos como realizador en una de las secuencias de ‘Primos’, ha sido premiado después por dos historias cortas ‘Un amor’ y ‘Foigrás’, ambas reconocidas en el certamen Notodofilmfest.
Actor, entre otras películas, de ‘La isla mínima’, ‘La vida inesperada’, ‘Los amantes pasajeros’, ‘La gran familia española’, ‘Azuloscurocasinegro’, ‘También la lluvia’ o ‘El camino de los ingleses’, tiene un Goya al mejor actor secundario por ‘Gordos’ y ha estado nominado en otras tres ocasiones, por ‘Primos’, ‘Los girasoles ciegos’ y ‘Siete mesas de billar francés’.
Espera estrenar ‘Tarde para la ira’ el próximo año.
En cuanto a Antonio de la Torre, también tiene un Goya al mejor actor secundario (por ‘Azuloscurocasinegro’) y ha sido nominado en tres ocasiones; una lo estuvo Luis Callejo por ‘Princesas’.