
Con solo 15 años, el joven salmantino Marco Pérez ha pasado este lunes, día de San Isidro, de ser el niño prodigio de los ruedos a una de las más firmes promesas del toreo actual, después de causar sensación en la mañana en la que, en modalidad de clase práctica, ha debutado a lo grande ante unas 15.000 personas en la plaza de toros de Las Ventas, de donde ha salido a hombros tras cortar cuatro orejas.
Pérez se midió a tres erales de la ganadería de Jandilla, el primer de ellos encastado y bueno y con el que demostró ya la habilidad innata que posee para desenvolverse, un desparpajo extraordinario y detallitos también sueltos de muy buen corte. Cortó las dos primeras orejas de la mañana.
Bueno fue también el segundo, con el que Pérez volvió a dejar destellos de mucho gusto, especialmente al natural, antes de sufrir una fea voltereta de la que se rehízo como si nada para epilogar faena por hondos y enrazados naturales. Otras dos orejas para él.
El tercero y último fue el más manso de los ‘jandillas’ y con él estuvo más serio, firme y asentado Pérez, pulseándolo mejor y haciéndole las cosas más despacio para dejar también momentos de buen toreo, componiendo muy bien la figura y gustándose en la interpretación en la faena más consistente de las tres. Y, lo que son las cosas, aquí no tocó pelo por fallar a espadas.
El caso de Marco Pérez no es nuevo. Y es que la historia de la humanidad ha dado casi desde sus orígenes grandes talentos encerrados en pequeños cuerpos y de muy corta edad, los denominados niños prodigios, aquellos que, según su definición, son capaces antes de los 10 años de dominar uno o más campos científicos o artísticos emprendidos generalmente por adultos.
Genios en miniatura como, por ejemplo, lo fue Mozart, que ya con cinco años componía piezas musicales y con 12 fue capaz de crear su primera ópera; Chopin, que daba conciertos de piano a los 7 años, o Picasso, de quien cuentan que con 8 pintó su primera obra al óleo.
Son algunos de los casos más universales, pero no los únicos, pues hay también otros muchos niños superdotados por el mundo no tan conocidos, algunos capaces de desafiar a los mismísimos Stephen Hawkins o Albert Einstein en el campo de la ciencia, otros que antes siquiera de comenzar el instituto hablan ya varios idiomas y poseen carreras universitarias, o qué decir de los grandes talentos del deporte como un tal Messi, que ya desde muy pequeño se le veía que estaba llamado a ser uno de los mejores futbolistas de la historia.
Salvando las distancias y sin ánimo de ejercer comparación alguna, en España los toros han sido, junto al cine, una de las disciplinas culturales y artísticas que más jóvenes talentos ha dado.
El caso de Julián López ‘El Juli’ en los años 90 fue el más conocido, aquel niño que dejaba boquiabiertos a todos los que le veían desenvolverse delante de las becerras y que tuvo que ‘emigrar’ a México junto a su padre para eludir los problemas legales que le planteaba su corta edad para poder torear en público en España.
Muchos años después, en 2015 concretamente, un vídeo colgado en internet daba a conocer a un pequeño de apenas 8 años toreando a una becerra en La Glorieta de Salamanca. Fue al finalizar el desenjaule previo a la Feria de la Virgen de la Vega de aquel año.
El gusto y el desparpajo de aquel pequeñajo, un tal Marco Pérez, fue tal que el vídeo se hizo viral en cuestión de horas. Todo el mundo se preguntaba quién era aquel torerillo que un año después, en 2016, volvió a formar un lío durante un tentadero público organizado por la escuela taurina de Salamanca, de la que es alumno.
Desde entonces pocas habían sido las apariciones públicas de este salmantino, que en 2017 ya se vio acartelado junto a grandes figuras del toreo como El Juli, Cayetano o Roca Rey en un festival benéfico en Ávila, y en 2021 debutó oficialmente en Latinoamérica, siempre vestido de corto, en Lima, Manizales y Quito, y ya de la mano de su actual apoderado, el francés Juan Bautista.
En 2022, con 14 años, debutó en España en el tradicional festival taurino del Granadown, donde actuó en modalidad de clase práctica, igual que en el festival que se celebró en octubre del año pasado en la Maestranza de Sevilla, donde hizo historia al cortar un rabo y salir a hombros por la Puerta del Príncipe.
Este año ha toreado ya en Castellón, pero ha sufrido el sinsabor de no poder actuar de luces ni en Cali ni en Manizales tras prohibírselo el Ministerio de Trabajo de Colombia por «proteger a la infancia de actividades peligrosas o trabajos que impliquen el contacto directo con animales que generen alto riesgo para la salud y seguridad de los menores de 18 años».
Sí lo hizo, en cambio, en Aguascalientes; y hoy ha cumplido el sueño de todo torero: hacer el paseíllo en Las Ventas. Lo ha hecho vestido de corto, pero pronto, muy pronto, lo hará seguro con el terno de luces. Se debut con él enfundado en Europa está programado para final de año en Istres nada más cumpla los 16 años, otro paso más de una carrera meteórica y que está llamada a ser también histórica. El tiempo lo dirá.
[? ???????] En ??́???, el resumen con los mejores momentos de la clase práctica que hemos vivido esta mañana.
? ¡Impacta ????? ??́??? en Madrid!#LasVentas #SanIsidro2023 pic.twitter.com/skDy7MrbzL
— Plaza de Las Ventas (@LasVentas) May 15, 2023