Manuel Lozano, propietario de la plaza de toros de Segovia, visita la Hemeroteca de El Adelantado. / M.G.
Manuel Lozano, propietario de la plaza de toros de Segovia, visita la Hemeroteca de El Adelantado. / M.G.

Es una de las personalidades más respetadas y reconocidas en el mundo del toreo. Sabiduría, carisma y saber estar. Un templo de conocimiento. Más de 90 años a sus espaldas, corroboran una dilatada experiencia: no se les escapa nada. Ahí sigue, dentro de que las fuerzas no son las mismas, con un ímpetu y unas ganas arrolladoras. Como las de un joven que va de ‘tapia' y sueña con comerse el mundo, pero con la maestría que dan el paso de los años y el hecho de haber pasado por todos los eslabones del sector. Novillero, incluso llegó a tomar la alternativa, empresario, apoderado, propietario de plazas como Segovia… Es Manuel Lozano (Alameda de la Sabra, Toledo, 1930), ‘Manolo' como se le conoce popularmente. Memoria del toreo. Todo un personaje de la tauromaquia.

Ahora, publica un libro ‘Manolo Lozano, historia viva del toreo' (Ediciones Temple, 2023), coordinado por el escritor y comentarista taurino Julián Agulla, autor además de los tres tomos de que han hecho historia'. Un recorrido por su trayectoria desde la infancia hasta los tiempos actuales, más que una biografía al uso. Con prólogo de Alfredo Amestoy ‘El Aguacilillo'. Manolo muestra con orgullo el ejemplar. Una recopilación que fue presentada el sábado en la Sala ‘Antonio Bienvenida' de la Plaza de Toros de Las Ventas, en un acto que contó con la colaboración del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid y en el que intervinieron el diestro José Ortega Cano, el escultor Pablo Lozano, el periodista Javier Hurtado, el editor Vidal Pérez y Agulla.

Manolo Lozano, toreando un festival en Valmojado (Toledo) en 1953. / CANO
Manolo Lozano, toreando un festival en Valmojado (Toledo) en 1953. / CANO

Manolo fue el primero de cinco hijos, una familia que se ha convertido en una de las sagas más importantes en el toreo, con sus hermanos Pablo ‘La Muleta de Castilla', Eduardo y José Luis, que llegaron a gestionar la Plaza de Las Ventas además de llevar la ganadería de Alcurrucén. Manolo dice en su libro que como torero “no pasé de una anécdota y, además, medroso”. Sin embargo, destaca dos fechas importantes, la de su debut con picadores en Aranjuez (Toledo) y la de su alternativa en Tánger (Marruecos). “Saqué fuerzas de flaqueza y logré desorejar a los dos novillos y a los dos toros saliendo en hombros”.

Entre sus logros como gestor de plazas, explica que siendo vocal de la Asociación de Empresarios consiguió que los festivales pudieran celebrarse bien fueran benéficos o no, ya que antes todos tenían que tener un carácter donativo. Además, reconoce que unificó la Asociación de Apoderados y Matadores, puesto que el Ministerio de Hacienda pretendía que cobrar a los toreros el 17% del bruto percibido de cada festejo, un porcentaje calificado por Lozano como “leonino” al considerar que a los actuantes “no les quedaría casi nada”. Al final, junto con el diestro Paco Camino, medió con el ministro y consiguieron bajar al 15% del líquido. Este caso le pasó factura a Camino, “uno de mis mejores amigos”, dice Lozano; pues le costó desencuentros con el diario ‘Pueblo' y el columnista Alfonso Navalón que “se dedicó a despellejarle” por “instrucciones superiores”.

Alternativa de Lozano en Tanger (1970), con el Cordobés de padrino y De la Casa de testigo. / MIKE
Alternativa de Lozano en Tanger (1970), con el Cordobés de padrino y De la Casa de testigo. / MIKE

ANÉCDOTAS DE LA ALTERNATIVA

En su etapa como novillero, compartió cartel con su hermano José Luis en diferentes cosos como Aranjuez o Seseña y con el segoviano Andrés Hernando a principio de los años 50 en sitios como Getafe, Talavera de la Reina o San Martín de Valdeiglesias. La historia de la alternativa centra su fecha en 1970. “Tiene mucho de novelesco o de sainete o de vodevil”, reconoce; y explica: “Yo era empresario de la plaza de Tánger y apoderado de Gabriel de la Casa y me interesaba llevar a Manuel Benítez ‘El Cordobés' porque con su participación estaba seguro el ‘no hay billete'”. Este puso la condición de que Manolo tomara la alternativa y aceptó la proposición de Benítez, con un balance final de cuatro orejas y un rabo.

Del día antes de la ceremonia cuenta una peculiar y divertida anécdota: “El Cordobés, su apoderado -Franscisco Ruiz- y su cuadrilla quisieron que me pasara de copas y me llevaron a la sala de fiestas Morocco Palace, pero yo me quedé bailando con una guapa tangerina y a ellos los envié a la cama. Al día siguiente, siguiendo con la broma, me echaron polvos ‘pica pica' en el vestido de torear”. Con todo ello, el resultó terminó en éxito. Más adelante, Manolo se muestra agradecido a El Cordobés, que “se me ofreció gratis” y “no me cobró”.

Ortega Cano brinda un toro a Lozano en Segovia (1998). / ANYA
Ortega Cano brinda un toro a Lozano en Segovia (1998). / ANYA

EL APODERADO

Por otro lado, repasa la trayectoria y las vivencias de su hermano Pablo y Sebastián Palomo Libares, “casos singulares” como los define. También hace un recorrido por toreros que apoderó. La lista es larga. La enumeración comienza por aquellos que llevó de novilleros y llevó al escalafón superior: Vicente Punzón, Gabriel de la Casa, Juan José, Manolo Peñaflor, Juan Calero, Alfonso Galán y Curro Durán. Continúa por los ya toreros Pablo Lozano, José Fuentes, Pedrín Benjumea, José Pacheco ‘El Califa', Ortega Cano, Andrés Vázquez, Miguel Rodríguez, Javier Vázquez, Dámaso González, Vicente Ruiz ‘El Soro', Uceda Leal, Julián López ‘El Juli', Roberto Domínguez, Manuel Ruiz ‘Manili', Gregorio Tébar ‘El Inclusero', José Antonio Campuzano, Pepe Luis Vargas y Morante de la Puebla, para su reaparición siendo el último al que llevó la carrera.

Ramón Valencia, Morante y Lozano, firmando el contrato para la Feria de Sevilla en el escritorio de Gallito. / TOROMEDIA
Ramón Valencia, Morante y Lozano, firmando el contrato para la Feria de Sevilla en el escritorio de Gallito. / TOROMEDIA

También fue mentor de espadas internacionales como Robert Ryan de Estados Unidos, Richard Milian de Francia, Pepe Cámara de Portugal, Jesús Delgadillo ‘El Estudiante' y los colombianos Enrique Calvo ‘El Cali', Alberto Ruiz ‘El Bogotano', Fernando Rozo, Nelson Segura, José Gómez ‘Dinastía' y Alberto Mesa Mendoza; así como de rejoneadores como Antonio Correa, Florencio Arandilla y Leonardo Hernández. A sus sobrinos Fernando y Luis Manuel Lozano y a Pedro Fernández ‘Niño de Aranjuez' no llegó a ser su apoderado, pero les ayudó con festejos en plazas que gestionaba.

Manolo Lozano (i), El Juli (d) y el padre del joven torero, en Las Ventas (2000). / BOTÁN
Manolo Lozano (i), El Juli (d) y el padre del joven torero, en Las Ventas (2000). / BOTÁN

EL EMPRESARIO

En cuanto a los cosos que ha organizado espectáculos taurinos está Aranjuez, Segovia, Manzanares, Barbastro, Haro, Santo Domingo de la Calzada, Arnedo, Alfaro, Pontevedra, Madridejos, Consuegra, Mora de Toledo, Añover de Tajo, Pozoblanco, Bélmez, Montero, Baza, Trujillo, Navalmoral de la Mata, Cáceres, Orihuela, Torrevieja, Monóvar, Tortosa, Huércal-Overa, Calanda, Santa María la Real de Nieva, Vigo, Ourense, Cariñena, Tánger, Elche, Motilla del Palancar, Ocaña, Daimiel, Seseña y Andújar, Fuensalida, Mocejón, Los Yébenes e incluso Madrid, con la corrida del Montepío de Veterinarios. En América dio festejos en Colombia, en Barranquilla, Sincelejo, Cereté, Popayán, Bogota, Manizales y Medellín; y en Ecuador, en Guayaquil. Su experiencia y dedicación a la tauromaquia es de romántico: “A lo largo de mi vida he visto más de 10.000 corridas de toros”, reconoce orgulloso. Actualmente tiene en propiedad Baza (Granada) y Segovia.

Lozano y Julián López ‘El Juli', en El Espinar (2021). / A.M.
Lozano y Julián López ‘El Juli', en El Espinar (2021). / A.M.