
Se lo han ganado. Dos décadas pateando los escenarios de medio mundo flameando la bandera del (sic) “puto rock and roll” han convertido a Lujuria en una banda de referencia en el heavy metal nacional. Buenas canciones, letras siempre comprometidas y vitriólicas contra el orden establecido, músicos de primer nivel y un carismático cantante son los ingredientes del éxito de este grupo segoviano que hace gala de su patria chica por todos y cada uno de los lugares y escenarios por los que pasa y pisa.
Después de varios años de espera, Lujuria volvió a Segovia esta vez para pisar el escenario del Teatro Juan Bravo por primera vez en la historia del grupo para presentar a su parroquia su último trabajo “Sexurrección”, en un concierto que supuso el reencuentro de la banda con el público segoviano que aceptó la propuesta llenando el teatro y entregándose en cuerpo y alma.
Las señeras paredes del teatro segoviano aguantaron bien el “tirón” de la descarga de decibelios y el vertiginoso ritmo de la música, y quienes asistieron en la noche del sábado podrán contar que un auditorio acostumbrado a otras lides musicales superó con éxito una de las pruebas más atípicas que jamás recibió este histórico recinto.
El concierto no ofreció excesivas sorpresas. Desde el principio, Lujuria salió a darlo todo sobre el escenario, empezando por su cantante Óscar Sancho, que mostró su segovianismo ofreciendo su particular versión del traje típico exhibiendo un chaleco con el escudo de Segovia.
Con la base de su recién estrenado trabajo como hilo conductor, la banda segoviana intercaló sobre el escenario algunos de los éxitos de sus anteriores trabajos, salpimentados con el peculiar contacto que Sancho mantiene con el público. El líder de Lujuria llega con su mensaje a todo el mundo porque está basado en la cercanía, la sinceridad y la coherencia ideológica, al igual que sus canciones, en las que no faltan mensajes de libertad y contra cualquier tipo de cortapisa que limite la capacidad del ser humano para expresarse.
Si a todo esto le unimos la música de un grupo que sigue siendo fiel a un estilo con el que han conseguido homologar su propia marca de garantía, el resultado no puede ser otro que el de la trayectoria de un grupo que, incomprensiblemente no se prodiga mucho en su tierra natal. Ayer, Óscar Sancho señalaba al culpable de esta situación como “el hombre que gobierna la ciudad que tiene un Acueducto”…
Para celebrar su debú en el Juan Bravo, Lujuria quiso obsequiar a los segovianos con la actuación de PL Girls, pero la enfermedad de una de sus integrantes hizo que fueran reemplazados por la banda Wild, una agradable sorpresa que en la media hora larga en la que teloneó a sus anfitriones ofreció un puñado de buenas canciones con el aroma del “heavy” clásico y con una magnífica instrumentación.