Los jóvenes representan el 35% de la población de donantes de sangre

El campus María Zambrano y los institutos son los principales objetivos de las acciones encaminadas a reclutar nuevos héroes que salven vidas dando lo que llevan dentro

La Hermandad de Donantes de Sangre de Segovia diseña estrategias para frenar los efectos de la despoblación convirtiendo a los jóvenes segovianos en héroes de lo cotidiano, capaces de salvar vidas sin moverse de su ámbito de estudio, trabajo o de ocio, solo dando lo que llevan dentro.

Hasta los institutos de enseñanza, los campus, las empresas, las sedes institucionales, las instalaciones deportivas e incluso las principales calles de la capital y de los pueblos de Segovia llegan periódicamente las unidades móviles del Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León (Chemcyl) para procurar que los jóvenes se enganchen a la práctica de regalar su sangre y la incorporen a su rutina allí donde vayan. La Hermandad que preside Mariano de Frutos Hernando y el Chemcyl quieren que sepan que así están aportando el combustible que alimenta los quirófanos, los hospitales de día, los servicios de urgencias, la unidades de cuidados intensivos, paritorios … para que muchas personas puedan superar enfermedades, intervenciones quirúrgicas, recibir tratamiento y, en definitiva, seguir viviendo. Con una sola donación se pueden salvar hasta cuatro vidas y cada día 75 personas salvan su vida en España gracias a las transfusiones, recuerdan insistentemente desde el Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León, que dirige Lydia Blanco Peris.

Poco a poco su mensaje va calando y la población de donantes de sangre se va rejuveneciendo. En estos momentos el 35 por ciento de los donantes de sangre en Segovia tienen menos de 35 años, lo que “demuestra la solidaridad y el compromiso de nuestra juventud”, según indica el director general de Asistencia Sanitaria, José Jolín Garijo, en el escrito remitido a la Hermandad con motivo de la celebración de su asamblea general.

En su mensaje, Jolín Garijo recuerda que la donación es imprescindible para que los centros asistenciales puedan funcionar. “Para poder abastecer las necesidades de nuestra Comunidad —indica— se requieren 400 donaciones al día y más de 100.000 al año y la sangre no se fabrica, solo se puede obtener de personas voluntarias y solidarias, surtidores de vida”. Las palabras de elogio y agradecimiento fueron trasladadas ayer al centenar de delegados locales, que son la fiel infantería de la histórica organización, en la asamblea donde se presentaron los datos de actividad.

Las estadísticas tienen doble cara. Por un lado, muestran que en diez años el índice de donantes por habitantes ha subido cerca de diez puntos. Así, Segovia ha pasado de tener 34,93 donantes por cada mil habitantes en 2006 a 43,61 que se registraron el año pasado. Por otra parte, evidencian un ligero pero persistente descenso en los últimos cinco años en el balance de donaciones hechas. En 2015 se recogieron 6.866 unidades de sangre, un año antes fueron 6.907 y en el trienio 2013, 2012 y 2011 se mantuvo levantada la barrera histórica de las 7.000 (7.096, 7.209 y 7.35, respectivamente).

Para Mariano de Frutos hay una explicación. Si en 2015 se han obtenido 444 donaciones menos que cinco años antes es sencillamente porque la provincia tiene 6.329 habitantes menos que en 2011, argumenta el presidente de la Hermandad empleando datos del Instituto Nacional de Estadística, para concluir: “hemos perdido población y, además, nuestra población cada vez está más envejecida”. De ahí la insistencia de esta organización en conquistar el compromiso de los jóvenes como trasmisores de vida que regalan su sangre de forma altruista.

Ángel Román Fresnillo, secretario general de la Hermandad de Donantes de Sangre de Segovia, explica así la difusión continua de campañas de concienciación. Ángel Román destaca la “respuesta decidida” que dan alumnos, profesores y trabajadores el campus María Zambrano, y el hecho de que “los universitarios ya nos empiezan a ver como una ong con la que pueden colaborar entre clase y clase”. Asegura que su implicación no solo se centra en acudir a los puestos de extracción instalados en las dependencias universitarias, sino que además se extiende por las redes sociales haciendo llamamientos voluntarios a la participación en las colectas. En los institutos de Enseñanza Secundaria también se va normalizando la práctica de dar sangre. De forma que, en conjunto, los centros educativos realizan el 6,61 por ciento de las aportaciones del elemento vital.

El ranking de los puntos de recogida con mejores resultados sigue liderado por los pueblos desde donde salen el 52,94 por ciento de las donaciones de Segovia. El Hospital General (con 17,84% de donaciones), y el ambulatorio de Santo Tomás (8,14%), ocupan el segundo y el tercer lugar. Después se sitúan los centros comerciales con un 6,64 por ciento, y los citados centros educativos. Las asociaciones y empresas segovianas, aportan el 4,31 por ciento de las unidades de sangre.

Entre todas las cifras se cuela insistentemente el mensaje de los voluntarios que entienden que donar es una necesidad social y de la Hermandad: “Sumamos por la vida”.

Lydia Blanco: “Cada vez utilizamos mejor la sangre”

La directora del Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León (Chemcyl), Lydia Blanco, cree que no es necesario recurrir a hacer competiciones entre comunidades porque, con y sin ranking, en Castilla y León podemos estar orgullosos de tener personas que dan su sangre de forma fluida y voluntaria y permiten con su generosidad cubrir las necesidades de los centros sanitarios. “Siempre tenemos suficientes donaciones para atender todo lo que nos demandan”, señala a esta redacción Lydia Blanco para quien también es un gran logro que todos y especialmente los profesionales sanitarios “estamos aprendiendo a usar mejor la sangre”.

El uso óptimo ha hecho que en los últimos cinco años se haya reducido un 10% el consumo de concentrados de hematíes, cada vez menos demandados por los hospitales ya que las nuevas técnicas quirúrgicas hace que el índice de sangrado sea menor. Por el contrario, las necesidades de plaquetas están aumentando por se requieren en mayor medida para tratamientos de quimioterapia y se ponen en trasplantes. El Chemcyl organiza 5.300 colectas al año y recibe cada día 400 unidades de sangre, las procesa, analiza, fracciona y al día siguiente distribuye a los hospitales de la región.