
Hace unos 40 años que en la provincia de Segovia algunos pioneros decidieron lanzarse a la aventura de cultivar una planta que hasta ese momento no era común en la zona. Gracias a esa decisión, Segovia es hoy la mayor productora del país de plantas de fresa.
Actualmente las más de 60 hectáreas de cultivo que se dedican a ello en el norte de la provincia producen más de 55 millones de plantas de fresa de cuatro variedades diferentes. Surten tanto a los campos de producción de Huelva como a agricultores de Marruecos, Inglaterra, Italia, Grecia y Alemania.
La producción de fresa en el país germano tiene su apogeo en mayo. Es cuando compite con la producción de los freseros de Huelva. De ahí viene la polémica actual, explica Enrique Herranz, uno de los productores de planta de Segovia. Pero el problema se ha avivado por inmiscuirse en esta “cotidiana guerra comercial” los políticos con declaraciones ideológicas que no han ayudado al sector, sino todo lo contrario.
El asunto ha llevado a los viveristas segovianos a sumarse a la campaña ciudadana que ha mostrado su apoyo a los productores onubenses y al sector agrícola en general. A través de las redes sociales se ha materializado este año. Viveros El Pinar, de Chañe, uno de los principales productores segovianos, se ha colocado un mensaje con el hastag #yocomofresasdehuelva, y han señalado: “En estos momentos tan complicados queremos apoyar a todo el sector de la fresa de Huelva”.
Enrique Herranz, de viveros Campiñas, espera que esta polémica no afecte al sector, y entiende que será algo pasajero. “Las polémicas se arreglan con la verdad”, resume para indicar que mostrar cómo se producen las fresas en Huelva contribuiría a desinflar este “debate artificial”.
Alemania produce fresas ahora, los meses en los que puede competir con Huelva. Pero el resto del año, el sur español no tiene competencia. Por eso los supermercados no dejarán de adquirir fresas de Huelva. Deben surtir a sus clientes el resto de meses. Por eso grandes cadenas alimentarias alemanas como Aldi y Lidl -con establecimientos en Segovia- han salido al paso de la polémica y han destacado en sendos comunicados que mantienen su “firme compromiso” con la fresa andaluza. Recuerdan que ellos exigen a sus proveedores ciertos niveles de calidad y estándares de respeto ambiental. Y añaden que por norma general, prefieren comprar productos a proveedores de la zona.
SOSTENIBILIDAD
Hace tiempo que los viveros segovianos vienen mostrando su preocupación por la sostenibilidad y el respecto al medio ambiente. Desde Viveros Campiñas, Enrique Herranz, explica que cuentan con la certificación ISO 14001:2015 la cual avala el compromiso de la empresa por el cuidado del medio ambiente. “Para ello trabajamos desde la perspectiva del ciclo de vida de nuestros productos. Controlamos nuestro impacto ambiental y realizamos análisis periódicos de vertidos, ruidos, agua y suelos entre otros, para conseguir una producción y elaboración sostenible. A través de nuestros objetivos ambientales se van mejorando todos los aspectos que puedan tener un impacto en nuestro entorno”.
En la misma línea se protege el entorno laboral y procuran las mejores circunstancias de trabajo para los cientos de empleos que generan para que las instalaciones puedan funcionar. “Nuestra empresa cuenta con un 70% de mujeres y un plan de conciliación familiar apostando por la igualdad en todo momento”, añade este empresario. “Un punto fuerte que nos caracteriza es la Formación Continua. Invertimos en la cualificación de nuestros trabajadores como un activo esencial en la consecución de nuestros objetivos, con más de 2.000 horas de formación al año”. Además colaboran con centros de discapacidad para elaborar regalos que la empresa realiza, y contratan a personas de la zona con algún grado de discapacidad para darles una salida laboral del mundo rural. “Disponemos de personal cualificado ocupándose de la Seguridad y Salud en el trabajo para dar más y mejor servicio a nuestros trabajadores”, añade.
INNOVACIÓN
Viveros El Pinar, en Chañe, lleva desde 1985 aplicando las últimas innovaciones al cultivo de la fresa con el objetivo de conseguir que el mercado pueda disfrutar de este producto de temporada en cualquier época del año.
Hace poco la fresa era un producto con un periodo de consumo muy definido, de marzo a junio. La extrema fragilidad del fruto y su elevada velocidad de oxidación limitaban sus posibilidades de comercialización. Por ello, convencido de que la demanda de producto era muy superior a la oferta existente, Javier Esteban, que había fundado Viveros El Pinar en 1985 “con el objetivo de multiplicar los productos de fresa y frambuesa de Castilla y León”, se sumergió en la mejora de las técnicas de producción y la experimentación con nuevas variedades para tratar de adelantar los tiempos de cultivo y la resistencia del fruto.
La cooperativa ha ido sustituyendo las variedades tradicionales por otras nuevas. Se convirtió en uno de los mayores programas de obtención de variedades de fresa del mundo y comenzó a introducir en España nuevas plantas más tempranas y resistentes como splendor, honor, promesa o virtue. “Cada agricultor necesita cultivar más de una variedad dependiendo de sus objetivos, y nosotros debemos proporcionarle esas variedades y las mejores técnicas de cultivo para que él pueda dar la mejor fruta a sus clientes”, explican en la empresa.
PAPEL FUNDAMENTAL
En Segovia el cultivo de la planta de fresa comienza en abril cuando se siembran los tallos en los campos. Durante todo el verano se cuidan meticulosamente, suministrándoles la cantidad de agua necesaria para su buen crecimiento.
Llegado el mes de octubre, el frío otoñal detiene su crecimiento. Es entonces el momento ideal para la recolección. Al reproducirse la planta por la multiplicación de las raíces, se produce aquí el triaje, que consiste en separarlas para conseguir más plantones. Se hacen manojos de varios grupos de plantas, que son los que se procesarán, colocarán y venderán a quienes desean producir frutos de fresa.
Así, tras su primera etapa de vida, se trasplanta en tierras más cálidas, como es el caso del sur de España, Marruecos o algunos países del sur de Europa.
El clima segoviano, junto con los suelos arenosos de la comarca del Carracillo hace que el crecimiento de la planta sea mucho más fructífero. Es esta comarca una de las principales zonas de cultivo en la región, alcanzando el 60% de la producción de planta de fresa de la provincia. Pero también hay viveros en otras localidades de la provincia como Carbonero el Mayor, Navalmanzano, Sebúlcor o Fuente el Olmo de Fuentidueña.
En el Carracillo destaca la localidad de Chañe, donde varias empresas se dedican desde hace décadas con mucho esmero y cariño al cultivo de esta fruta, así como de frambuesas, de las que se producen unas 200 toneladas al año.
Algunas de estas empresas forman parte de la marca ‘Alimentos de Segovia’ como es el caso de Viveros El Pinar y Viveros Campiñas, ambas especialistas en producción de fresa y otros frutos rojos. Cada año su producción va en aumento y la variedad de plantas que ofrecen también.
Viveros el Pinar tiene su marca comercial de frutos rojos de temporada, llamada ‘Mumu’ que se puede adquirir en varios supermercados. En Viveros Campiñas también cuentan con una marca dedicada exclusivamente a sus frutos rojos ‘La Cesta Campiñas’.
CERTIFICADOS OFICIALES
Al igual que en Segovia, en Huelva han salido en defensa de su buen hacer. La interprofesional del sector, Interfresa, asegura que el 100% de las fresas y los frutos rojos exportados desde de Huelva a Alemania cuenta con la certificación del Programa Sostenible de Riego y Uso de Aguas Subterráneas (Spring, por sus siglas en inglés). Este programa es uno de los instrumentos que tiene el sector exportador español para demostrar la gestión sostenible del agua.
El presidente de Interfresa, José Luis García-Palacios, explica que este distintivo avala la legalidad de las fuentes de suministro de agua. García Palacios cree que hay criterios económicos y políticos detrás de la campaña de desprestigio de la asociación alemana Campact como, por ejemplo, que Alemania, Polonia y Holanda también produzcan fresas y frutos rojos.
La patronal de la fresa considera inteligente la decisión de la delegación alemana de cancelar su visita a Huelva. Una visita prevista a principios de mayo que se ha visto enturbiada por el boicot impulsado contra los frutos rojos onubenses. García Palacios asegura que se ha intentado tergiversar la razón de la visita que era conocer las eficientes técnicas del regadío que usa el sector de los frutos rojos de Huelva. Y dice estar encantado en recibirles en una futura visita para mostrarles con total transparencia esas técnicas vanguardistas. Desde la patronal de la fresa onubense lamentan el hostigamiento hacia un sector clave en el tejido empresarial onubense que sabe estar a la vanguardia en técnicas para hacer un uso más sostenible de la provincia.
En esta polvareda mediática de la fresa de Huelva, ha terciado el presidente de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales), Antonio Garamendi, que ha rechazado la campaña de descrédito que esta sufriendo y se ha mostrado contrario a cualquier tipo de boicot.
La Junta lamenta que pueda llegar a la región el efecto negativo de la polémica
El consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta, Gerardo Dueñas, lamentó ayer miércoles que se extiendan a Castilla y León las consecuencias “negativas” que, aseguró, tienen las palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, en relación a la calidad de la fresa de Huelva y al modo de producción.
Y es que, como recordó Dueñas, Castilla y León es “la segunda productora de planta de fresas del mundo”, y que luego se exporta a comunidades como Andalucía para la producción del propio fruto. De hecho, reivindicó el “valor añadido” que este sector supone para las zonas rurales de la Comunidad, que cifró en 120 millones de euros, y recordó que genera empleo directo para 2.500 personas, más otros 2.000 puestos de trabajo indirectos.
También defendió el “modelo de producción” de la planta de fresa en Castilla y León, “digno de ver en zonas con limitación de agua” porque se hace un uso “eficiente de agua y energía” para mantener la producción en una zona con “condiciones idóneas de altitud y sanidad”, como demuestra que un importador argentino “nos pedía si éramos capaces de incrementar la producción para importarla a Argentina”.
Por todo ello, concluyó que “declaraciones como las que han hecho estos días el presidente del Gobierno y la vicepresidenta tercera, aparte de hacer daño al sistema de producción en Huelva, también a Castilla y León, le haría mucho daño que siguiéramos con estas barbaridades fuera de España”.