Un bombero desciende desde una grúa hasta el socavón para analizar el estado de la zona. / Kamarero

Después de la tempestad llegó la calma, aunque no sin consecuencias. Pese a que la gran tormenta de lluvia y granizo que afectó gravemente al centro peninsular en la tarde del lunes y sus efectos apenas eran perceptibles ya a primera hora de la mañana del martes en las calles de la capital, la herida abierta en el suelo del barrio de San Millán en forma de socavón seguía y sigue allí para preocupación de sus vecinos.

Unos vecinos que, poco menos de 24 horas después de ser desalojados por motivos de seguridad de sus viviendas de la plaza de Aurelio Hernández, pudieron volver a última hora de la tarde a sus domicilios una vez que, inspeccionada la zona por Bomberos y técnicos municipales, se comprobó que la estructura del edificio no sufre ningún daño.

En total fueron doce los vecinos que se vieron obligados a pasar la noche en casas de familiares o amigos –la mayoría–, o en un hostal a cargo del Ayuntamiento de Segovia –cuatro de ellos–. Muchos, por la lógica preocupación, estuvieron presenciando durante toda la mañana los trabajos que técnicos y bomberos desarrollaban para analizar la posible afección de la estructura del inmueble.

Y es que apenas a unos centímetros de la fachada del edificio, el enorme socavón de diez metros de diámetro y diez metros de profundidad dejaba ver en su interior una oquedad abierta hacia el garaje de los residentes, además de dos vehículos –un turismo y una furgoneta que se encontraban estacionadas en el lugar de los hechos– en el fondo del mismo.

Allí, la fuerza y el caudal del agua de lluvia en el curso del Clamores fue tan fuerte que arrasó la bóveda del arroyo y horadó el terreno hasta provocar el colapso del firme, a la altura del meandro que ‘esquiva’ el inmueble afectado.

Con varias zonas del barrio perimetradas por seguridad, con cintas, vallas y vigilancia constante del socavón para evitar que vecinos y curiosos pudiesen ponerse en riesgo al intentar hacer una fotografía o mirar el interior de la oquedad, los bomberos recorrieron por la mañana la canalización del Clamores desde el Sancti Spiritu y desde la plaza de la Morería hasta la zona del suceso para ver en que estado se encontraba el curso del arroyo. y para poder analizar la mejor solución para el rápido regreso de los afectados a sus casas.

“El Clamores se revisa por los técnicos cada cierto tiempo. Se hizo con el anterior hundimiento en la zona del Sacti Spiritu y en los años 90, cuando también también hubo otro socavón. Los vecinos de San Millán están muy concienciados y siempre dicen que no hay que olvidar que el barrio está construido sobre el río, porque los edificios se han ido construyendo esquivando la canalización del Clamores”, explicaba la alcaldesa Clara Luquero a pocos metros de la caída provocada por el torrente de agua.

Después del análisis del estado de la zona, el martes mismo se ha procedido al saneamiento de los márgenes del socavón, pues parte del firme que no había cedido con el colapso de la bóveda se encontraba todavía ‘flotando’ sobre el vacío. Después de esta actuación y “de manera inmediata”, según han adelantado fuentes municipales, se procederá a realizar un ‘gunitado’ que asegure el perímetro del socavón, proyectando hormigón sobre la parte de la oquedad que conecta directamente con el edificio.

Será la primera intervención, una provisional, antes de que se acometan las obras necesarias para devolver a la plaza su estado habitual. El Ayuntamiento ha informado, además, de que muy probablemente los vecinos tengan que volver a ser desalojados de nuevo cuando comiencen los trabajos.

“Todo dependerá de la evolución de la obra y de lo que opinen los técnicos. En cualquier caso, a todos los vecinos que lo deseen se les proporcionará alojamiento; incluso si ahora han optado por irse con familiares o amigos y entonces valoran la opción de un hostal o un hotel se atenderá a sus necesidades, porque para eso estamos”, declaró la alcaldesa sobre el futuro de los vecinos durante una obra para la que no se atrevió a fijar plazos, pero que espera que comience “cuanto antes”.