Una de las escenas del espectáculo ‘Eden’ de Teatro Jaleo. / ICAL
Una de las escenas del espectáculo ‘Eden’ de Teatro Jaleo. / ICAL

Formada por los franceses Alice Alban-Zapata y Arnauld Vidal, Teatro Jaleo esta compañía ha representado desde el viernes hasta este lunes por la noche su obra ‘Edén’, dentro de un escenario rodeado de gradas, construido por ellos mismos, que emula un circo antiguo.

A través de la iluminación, la música y ortos efectos especiales, este dúo formado en 2017 consigue crear una atmósfera mágica para una sucesión de espectáculos cortos, de tinte cabaretero, inspirados en cada uno de los siete pecados capitales.

Para ello utilizan diferentes disciplinas artísticas como la danza, los números musicales y, por supuesto, títeres de diverso tamaño, materiales y técnicas, con los que son capaces de encarnar a un payaso poseído por la ira, una diva llena de soberbia que no acepta que su momento de gloria pasó y un ratón que peca de avaricioso hasta con su propio hermano.

En un encuentro con periodistas, los artífices de esta obra han explicado este lunes que el fin último de su espectáculo es divertir al espectador: “Veíamos que la sociedad es muy dura y los espectáculos, muy tristes, con temas muy duros”, ha explicado Alice Alban-Zapata.

Se trata de un espectáculo escrito en español y pensado para rodar en este país, a pesar de que sus autores son originales de Toulouse (Francia), porque ellos mismos consideran que el clima y la cultura es más favorable a su propuesta.

Cada pecado cuenta con su propia historia, marionetas, estética y música. “Nos pareció que los pecados capitales era un tema genial para hablar de las personas, de la sombra que todos llevamos”, explicó Arno Vidal. Por su parte, Alice Zapata insistió en que no tiene un enfoque religioso, sino de debilidades y cosas divertidas que rodean estos pecados. “Además de hacer algo divertido. En estos tiempos la sociedad es muy dura y los espectáculos muy tristes, con temas muy duros”, remarcó, por lo que su apuesta es un espectáculo que habla a la cabeza y al corazón.