
La historia de la planificación hidrológica en España que podríamos denominar “moderna” empieza a principios del siglo XX, concretamente en 1902 con el Plan Hidrológico Nacional. En este Plan Hidrológico, se definen una serie de puntos favorables para la realización de presas y embalses por toda España y, en la provincia de Segovia, también se definen una serie ubicaciones que inicialmente podrían albergar presas y embalses. De las ubicaciones definidas en 1902 y las que tenemos en 2023, poco ha variado el panorama y muchas de ellas siguen siendo válidas hoy en día.
En la actualidad, en la provincia de Segovia disponemos de siete (7) embalses con capacidades mayores o similares a un millón de metros cúbicos (Hm3).
En general, todos ellos son embalses pequeños o muy pequeños en comparación con la capacidad media de un embalse en España, que está en torno a los 155 Hm3. El embalse de la Serena en Badajoz, tiene una capacidad de 3.219 Hm3, y ocuparía una longitud de río que iría desde La Granja de San Ildefonso hasta Marazuela, pasando por Segovia, Hontanares y Abades (Ver fig. 1). Este embalse se inauguró en el año 1990 por el rey Juan Carlos I, casi a la vez que se terminaba el embalse del Pontón Alto, el más moderno de la provincia de Segovia. Desde entonces, no se ha construido ningún otro embalse con una capacidad de cierta consideración.
Ya han pasado 32 años y no hemos ganado nada en capacidad de agua embalsada, ni en regulación de los ríos para prevenir avenidas tan dañinas.
De los siete embalses de la provincia, únicamente dos son de propiedad estatal que gestiona la Confederación Hidrográfica del Duero, el de Linares del Arroyo que sirve para riego, abastecimiento y energía hidroeléctrica, y el del Pontón Alto, que sirve para abastecimiento (Fig. 2).

Los otros cinco son de propiedad privada o de gestión municipal. El de las Vencias y Burgomillodo son de Unión Fenosa para energía hidroeléctrica, el de Puente Alta del Ayuntamiento de Segovia, el del Tejo del Ayuntamiento de El Espinar y el de Los Ángeles de San Rafael, privado de uso recreativo.
Desde hace ya algunos años están incluidos en varios planes hidrológicos de la Confederación Hidrográfica del Duero, el estudio de varios embalses en los ríos Eresma (Embalse del Ciguiñuela y embalse de Carbonero el Mayor), en el río Pirón (Torreiglesias), en el río Cega (Embalse de Lastras de Cuéllar). En la provincia de Segovia, existen aún tres ríos que no tienen ningún tipo de regulación, ni embalse, como son el río Pirón, El Cega y el Voltoya.

La situación medioambiental que tenemos en la actualidad, de sequías prolongadas y lluvias escasas, pero muchas veces torrenciales, hace que debamos reflexionar sobre si según estamos, podemos aguantar otros 32 años, o debemos modificar esta situación, que no solamente afecta a las aguas superficiales, sino también, a las aguas subterráneas. No olvidemos que ambas están íntimamente unidas y las afecciones son comunes.
La ciudad de Segovia y su alfoz, ha sido objeto de debate durante años sobre las distintas posibilidades de embalsar agua, algunas comentadas desde 1902, y otras más recientes (Fig. 3).
De los existentes tenemos a Puente Alta (2,5 Hm3) y Pontón Alto (7,4 Hm3), de los que están en estudio tenemos a Ciguiñuela (29 Hm3), y los que fueron proyectados y estudiados en su momento, está el Nuevo Puente Alta (2014, 6,0 Hm3), Cambrones-Hueco (1974, 1,2 Hm3), Navalcaz-Pironcely (1981, 3,5 Hm3) y Vado de la Reina (1976, 15 Hm3). A todos ellos se les suele denominar embalses de cabecera, pues suelen estar en la cabecera de los ríos y tienen escasa capacidad de embalsar agua.

No olvidemos que los embalses no solamente se construyen para el uso de abastecimiento a poblaciones, sino para riego y otros aprovechamientos, y además, también sirven para regular las avenidas de los ríos.
El mayor escollo que tiene que pasar la construcción de un embalse hoy en día, es la declaración de impacto ambiental, trámite que en ocasiones hace fracasar la iniciativa de su construcción. La construcción de embalses y el respeto por el medio ambiente son totalmente compatibles, únicamente hay que hacer confluir ambas acciones en un resultado común. Las posturas radicales en ambas acciones son malas para todos.

Desde hace unos años, venimos sufriendo incendios cada vez más pavorosos con una fuerza poco corriente. Algunos expertos en extinción de incendios forestales, comentan que en los bosques españoles se acumula mucho combustible o masa vegetal y leñas muertas, lo que incrementa la virulencia de los mismos. En algunos lugares hace años se podía acceder a recoger este tipo de leñas, limpiando a su vez el monte. Hoy en día, cada vez hay más restricciones de este tipo, lo que genera que prolifere el combustible del que hablaba anteriormente.
A veces es recomendable llegar a un equilibrio y no radicalizar posturas que puedan estar o no amparadas por la legislación vigente. Cuando una ley o una postura se comprueba que no es buena, o genera más perjuicio que beneficio, se puede modificar. Ejemplos recientes tenemos unos cuantos.
Una persona que nunca comete un error, es porque nunca hizo nada nuevo según comentaba Albert Einstein, o también comentaba Winston Churchill, que todos los hombres cometen errores pero solamente los hombres sabios aprenden de sus errores.

La situación hidrológica de la provincia de Segovia no es buena, y no podemos esperar mucho más para poner remedio a esta situación, en la que es necesario que empujemos todos en la misma dirección. “Construyamos acueductos que conecten a la sociedad”.