4_cuadro
Accidentes laborales registrados en la provincia entre enero y septiembre. / FUENTE: JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN

Al alza sigue la siniestralidad en la provincia de Segovia, lo que confirma que la seguridad de los trabajadores continúa siendo una asignatura pendiente para las empresas. Según los datos compilados por la Junta de Castilla y León, entre enero y septiembre se registraron en la provincia 3.776 siniestros —sumando los accidentes leves, graves y mortales, los sucesos ocurridos in itinere y aquellos que no conllevaron baja para el trabajador—, lo que supone un incremento del 11,42 por ciento en relación al mismo periodo del año 2017.

Por lo que respecta a los accidentes mortales, este año son tres los producidos en el periodo analizado, pero ascienden a cuatro si se tiene en cuenta la muerte, el pasado 15 de octubre, de un hombre de 58 años de edad, natural de Riaguas de San Bartolomé, y con iniciales J. M.D., que murió en el Hospital General de Segovia, donde permanecía ingresado tras haber sufrido una caída de un tejado de una nave en Maderuelo.

Al parecer, los hechos ocurrieron el pasado sábado día 13, cuando el hombre se encontraba realizando tareas de limpieza de un canalón de una nave de la empresa Agromare, perteneciente a la familia del alcalde de Maderuelo, Santiago Bayo, en la que trabajaba el varón fallecido.

Por circunstancias que fueron investigadas a posteriori por la Inspección de Trabajo, el hombre se precipitó al suelo, cuando estaba junto a otros empleados. En principio no parecía grave la caída. En todo caso al lugar acudieron los servicios sanitarios, incluido un helicóptero, que trasladó al herido hasta el Hospital de Segovia, donde quedó ingresado y donde falleció porque, al parecer, el hombre había sufrido un golpe en la cabeza que derivó en un derrame cerebral que resultó fatal. La noticia causó mucha consternación en toda la comarca, donde el fallecido era muy conocido.

Pero volviendo a los tres accidentes mortales ocurridos entre enero y septiembre en la provincia, se registraron en los sectores de Servicios (en el área del transporte terrestre y tubería, que tuvo lugar en marzo), Industria (en el apartado de madera y corcho, que se registró en mayo) y Agricultura (en el apartado de ganado y caza, ocurrido en agosto). Son dos fallecidos más de los que se contabilizaron el pasado año, lo que refleja un incremento del 200 por ciento.

El caso con más trascendencia fue el ocurrido el jueves 3 de mayo, cuando perdió la vida una mujer de 51 años, M.F.F.H., tras ser golpeada en la cabeza por una caja de tablas de madera mientras trabajaba en una fábrica de palés en el municipio de Sanchonuño. El personal facultativo de Sacyl que acudió al lugar del siniestro solo pudo confirmar su muerte.

Según los datos facilitados el día del suceso por el Servicio de Emergencias 112, recibieron una llamada a las 17.56 horas, solicitando asistencia médica para una mujer que se encontraba inconsciente tras recibir un golpe en la cabeza al caerle encima una caja de tablas de madera.

El 112 dio alertó a la Guardia Civil y a Emergencias Sanitarias, que envió una ambulancia de soporte vital básico y personal facultativo de Atención Primaria del centro de salud de Cuéllar. Al llegar a la fábrica, los médicos solamente pudieron certificar que la trabajadora había fallecido.

Por lo que respecta a los accidentes graves, entre enero y septiembre se registraron siete: tres en Industria, dos en Agricultura, uno en Construcción y uno en Servicios. El balance interanual es positivo en este caso, ya que en 2017 fueron nueve. También descendieron los accidentes leves, pasando de los 236 del pasado ejercicio a los 217 de este año.

Por sectores, los accidentes laborales aumentaron en Industria un 7,28 por ciento y en Construcción un 3,57 por ciento. En cambio, descendieron en el sector Agrario un -7,95 por ciento y en Servicios un -1,51 por ciento.

IN ITINERE Los accidentes in itinere con baja son los que más se incrementaron entre enero y septiembre, un 116,46 por ciento, llegando hasta los 171, de los que dos fueron graves y uno, mortal —el año pasado ningún trabajador falleció en el trayecto entre su domicilio y el lugar de trabajo—.

También aumentaron los accidentes laborales que no supusieron un periodo de baja para el trabajador, un 15,98 por ciento en tasa interanual, hasta alcanzar los 2.127 en los nueve primeros meses del año.

En cuanto a las enfermedades profesionales, el balance de la Junta revela que también subieron este año en relación a los datos de 2017. El total asciende a 37, frente a las 25 del ejercicio pasado, siendo el sector Servicios el que más caso acumuló, con 13; en Industria se contabilizaron 5; en Agricultura, 2; y en Construcción, 1. Además, hubo 16 casos de enfermedades profesionales declaradas que no supusieron un periodo de baja para el trabajador.