
Más de dos centenares de personas han participado en las tareas de búsqueda que el pasado fin de semana alteraron la actividad normal que se vivía en la provincia.
La desaparición de un hombre de 70 años, natural de Rebollo; y un joven de once años, que se encontraba en Navares de Enmedio, obligó a movilizar numerosos medios profesionales. También contaron con la colaboración de otros dos centenares de voluntarios, que no dudaron en echarse el monte para ayudar.
El resultado fue dispar. Como se ha relatado en estas páginas, el sábado 11 apareció el cuerpo sin vida del hombre de 70 años en una zona de pinar de Cantalejo.
Por el contrario, al día siguiente, fue la alegría la que acompañó al desenlace positivo con el que se cerró la desaparición del joven de once años, cuya familia había alertado a la Guardia Civil a última hora de la mañana del domingo.
El joven B.E.M., natural de Madrid pero con orígenes familiares en Navares de Enmedio, (92 habitantes) estaba en el pueblo disfrutando del descanso de fin de semana en agradable domingo, casi primaveral. Fue visto por última vez con su bicicleta, ese juego que ayuda a conocer la sensación de libertad que las grandes ciudades apenas se palpa. Su familia pasa muchas temporadas de descanso en este pueblo, donde cuenta con una vivienda levantada hace algo más de un año.
A la hora de la comida del domingo, el joven no estaba en su domicilio. Los familiares alertaron a la Guardia Civil del cuartel de Boceguillas, que dispuso un operativo para intentar localizar al joven. De forma paralela, un aviso se difundía rápidamente por las redes sociales alertando de la desaparición. El cartel con las características del joven, de once años, era visto en cientos de teléfonos de media provincia.
El dispositivo se organiza desde las inmediaciones de la localidad de Navares de Enmedio para empezar la búsqueda. Participan cinco patrullas de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil, una del Seprona, otra de Tráfico, y se envía un helicóptero para agilizar la localización mediante batida aérea ocular antes de que caiga la noche. También se incorporaron técnicos con dos drones para ampliar la vista. La zona de los navares es extensa y se encuentra aislada de poblaciones. Es muy utilizada por cazadores por la espesura de su monte y la dificultad de los accesos.
A pie, y con más detalle se peina el perímetro del pueblo con la ayuda de los 23 efectivos de Protección Civil de Cantalejo, Sepúlveda, Riaza y Aranda de Duero. También se suman siete miembros de Cruz Roja. Y se incorporan más de cien voluntarios de toda la zona. Acuden con motos, todoterrenos, bicicletas y a pie. Desde el puesto de mando situado en la carretera de acceso a Navares de Ayuso se distribuye a la gente.
Cinco horas después, casi con la caída de la noche, a las 19:30 horas, dos de las personas que participaban en la búsqueda encuentran al joven junto a un camino, a varios kilómetros de distancia de su domicilio, en el término municipal de Urueñas.
Rápidamente, efectivos de la Guardia Civil, acompañados de los familiares del pequeño, se desplazaron al lugar, donde abrazan con mucha emoción y no menos lágrimas al pequeño. Un fin de semana con final feliz.
CADÁVER
No había acabado igual el operativo del día anterior, sábado 11. El hecho de que la desaparición de Jacinto Arribas, de 70 años, se hubiera denunciado dos semanas antes y no aparecieran noticias, hacía presagiar lo peor.
Así fue. Este hombre, residente en Madrid, pero natural de la provincia de Segovia, venía con cierta frecuencia, dado que estaba jubilado. Su madre era de Pajares de Pedraza y su padre de Rebollo. Jacinto era un empresario del transporte en Leganés. Allí contaba con dos taxis. Fueron los conductores los que lanzaron la voz de alarma. Comienza así el operativo de búsqueda el 25 de febrero, sábado. Dos semanas llevaba en paradero desconocido cuando fue localizado su cuerpo sin vida. La familia de Madrid había comenzado a buscar, pero no daba con él. Los amigos del club de pelota también mostraron su preocupación. Sospecharon que podría estar en la provincia de Valladolid, pues pensaba acudir a la localidad de Iscar a presenciar unos partidos de pelota a mano. Era un viejo jugador aficionado y mantenía viva su pasión por este deporte, por lo que era conocido en muchos frontones. La familia dijo que podría estar “por la zona de Segovia, Íscar o Madrid. Toda información es bienvenida y de mucha ayuda”, decían pidiendo ayuda a través de las redes sociales.
La geolocalizacion de su móvil hizo que varias patrullas de Guardia Civil y Policía Nacional se desplegaran por las localidades próximas a Cantalejo el viernes donde se tenía la última pista del rastreo telefónico autorizado judicialmente.
Fue la casualidad la que hizo que una pareja que paseaba en bicicleta de montaña por el pinar de Cantalejo viera un coche atascado en un camino de arena. Era una zona próxima a las lagunas. Al día siguiente, revisando los mensajes de wasap en los que se detallaban las características del desaparecido y el modelo de su vehículo, los ciclistas pudieron alertar a la Guardia Civil. Fue entonces cuando se montó un operativo que pedía la colaboración ciudadana para hacer una batida el sábado por la mañana. Desde el cuartel se habilitaron algunos medios que se intensificarían por la tarde. El episodio recordaba otro suceso ocurrido el verano pasado con otro desaparecido.
La Policía Nacional, que participó por estar denunciada la desaparición en Madrid, envió 18 componentes bajo las instrucciones de un inspector. La Guardia Civil desplegó efectivos de los cuarteles de Cantalejo, Sepúlveda y Turégano, así como una patrulla del Seprona. Acudieron voluntarios de Protección Civil y Cruz Roja de Cantalejo, Riaza y Segovia. Y más de 50 familiares y vecinos.
A tres kilómetros del vehículo se localizó el cadáver. Presentaba un avanzado estado de descomposición que aconsejó, una vez hecha la inspección por los médicos forenses, su traslado al crematorio de Segovia, donde fue incinerado el domingo.
“La solidaridad en los pueblos es máxima”
El final feliz con el que acabó el suceso de desaparición del joven de Navares de Enmedio, ha llevado a la familia del pequeño a mostrar su agradecimiento por la ayuda encontrada entre la población de toda la comarca. El alcalde del municipio, Francisco Gutiérrez Matos (PP), ha hecho pública la gratitud con la que los allegados al joven se han querido dirigir a los vecinos de estos pueblos.
“Fue espectacular la respuesta de la gente de toda la comarca. Es digno de ver”, asegura el regidor. “La familia está muy agradecida a todo el mundo que ha participado y ha asegurado que no pensaba que pudiera ver tanta gente volcada en intentar localizar al joven”, añade Francisco Gutiérrez.
Como alcalde y representante del municipio, asegura que la “solidaridad en estos pequeños pueblos es máxima”. “Cada uno da todo lo que puede cuando se presenta una necesidad o una emergencia de este tipo”, añade este alcalde que avisó con rapidez a los alcaldes de los pueblos próximos. Recuerda que durante las cuatro horas que duró la búsqueda se movilizaron decenas de vehículos. “Hubo uno que recorrió 240 kilómetros por caminos en tres horas”, apunta a modo ilustrativo.
También la alcaldesa de Rebollo, de donde era oriundo Jacinto Arribas, el hombre localizado en Cantalejo, ha expresado su convicción de la respuesta de los habitantes de los pueblos. “En estas localidades pequeñas es necesaria la colaboración porque en cualquier momento alguien puede necesitar de la ayuda de otro vecino”, relata Elena Núñez Arribas (PP).

Importancia de los bancos de olores
Las dos desapariciones ocurridas estos días y que han tenido distinto resultado, han recordado otro suceso parecido que tuvo lugar el verano pasado, y que acabó con la localización en Muñoveros de un joven de 21 años, natural de Cantalejo. Numerosos vecinos voluntarios participaron en las labores de búsqueda. También se habilitaron diversos medios profesionales, incluido un helicóptero de la Guardia Civil.
El pasado fin semana se sumó un equipo de rastreo con perros, de la provincia de Burgos. La asociación Unidad Canina de Rescate y Salvamento UCAS de Arrate, fue movilizada, pero no llegó a intervenir por ser localizados los desaparecidos mientras el equipo se desplazaba hacia Segovia.
Esta unidad de rastreo canino propuso el año pasado la creación de bancos de olores que permitan la rápida localización de personas. El plan ya se ha puesto en marcha en Riaza el año pasado, y se piensa hacerlo en Cantalejo. Por la labor llevada a cabo el año pasado, este equipo de rastreo hizo un homenaje a los voluntarios. Además, varios miembros del operativo recibirán menciones honoríficas de la Protección Ciudadana de Castilla y León. Las recogerán Víctor Manuel García García, teniente de la Guardia Civil del puesto de Cantalejo; Fernando Bello Domínguez, guardia civil y coordinador de Protección Civil de Cantalejo; y se entregará a título póstumo a Javier Lobo Agudíez, coordinador de Cruz Roja de Cantalejo. A todos se les entrega “en reconocimiento a su trabajo y profesionalidad en el dispositivo de búsqueda”.