
Se ha cumplido ya más de medio siglo de la incorporación al municipio de Segovia de Fuentemilanos, Hontoria, Madrona, con sus pedanías de Torredondo y Perogordo, Zamarramala y Revenga (fue en 1971). Los seis primeros se consideran desde entonces barrios incorporados pero la última está reconocida como entidad local menor desde 1983. Su carácter rural, en general, confiere características peculiares a estos siete núcleos en relación con los barrios situados en el casco urbano de la ciudad y quizá por eso desde el movimiento vecinal reclaman demandas de sus residentes que se repiten casi de año en año y con el paso del tiempo se han convertido en carencias crónicas. En cuatro están relacionados con el transporte público, en los más pequeños con las comunicaciones telefónicas y el acceso a internet y, en general, se quejan del mal estado del viario y el mobiliario público —todavía hay muchas calles sin pavimentar— o de insuficientes servicios educativos, deportivos, de ocio para mayores, etc.
La suma de población de los seis barrios incorporados y la entidad local menor de Revenga no alcanza los 2.500 vecinos empadronados, lo que supone algo menos del 5% del número de habitantes del conjunto del municipio, que tras el crecimiento registrado en el primer trimestre, se sitúa en torno a los 51.700 empadronados, según fuentes municipales y a falta de que el Instituto Nacional de Estadística lo confirme.
Los últimos datos oficiales del INE (del año pasado) indican que Zamarramala supera (577 empadronados) por muy poco en población a Revenga (575) y, a continuación se sitúan, Hontoria (480), Madrona (444), Fuentemilanos (276), Torredondo (50) y Perogordo (20).
Sin duda su escasa población, más acusada en Perogordo y Torredondo, influye en algunas de las carencias que señalan sus asociaciones de vecinos, y precisamente desde estos dos pequeños barrios es donde son más comprensivos con los responsables políticos, sobre todo con los municipales, porque entienden, por ejemplo, que no pueden reclamar un autobús urbano sin garantizar el uso de este servicio público, aunque desde Torredondo, Germán Martín, de la Junta Vecinal, considera que sí pueden buscarse alternativas como un servicio de taxi con un acuerdo o convenio municipal que permita subvencionar la carrera en los desplazamientos a Segovia ciudad, por ejemplo, desde los 12 ó 15 euros actuales hasta los 5 ó 6 euros.
Precisamente, la presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de los barrios incorporados, Silvia Pasarón, se hace eco de esta reivindicación recurrente de los vecinos, sobre todo, de Madrona y Fuentemilanos, que actualmente solo pueden usar el servicio de transporte de línea interurbano Segovia-Ávila, con muy escasas frecuencias, especialmente en fines de semana, como apostilla el presidente de la Asociación de Vecinos ‘Nuestra Señora de la Cerca’, de Madrona, Carlos Berrocal.
Los vecinos llevan años pidiendo una línea de transporte urbano o la mejora sustancial de frecuencias en el transporte interurbano, competencia de la Junta de Castilla y León. Pasarón, como otros dirigentes vecinales, apunta que “hay buenas palabras pero no se ha avanzado nada” por las disputas por competencias que llevan “a que se echen la culpa unas administraciones a otras”.
La presidenta de la federación, que es concejala del PP en el Ayuntamiento de Segovia, y forma parte también de la candidatura de los populares para las próximas elecciones, aunque sin posibilidades de ser reelegida, considera que la única que ha movido ficha en este problema del transporte público ha sido la Junta y “el gobierno municipal se ha lavado las manos, siendo como son barrios de Segovia, y por eso tendría que liderar las gestiones”.
En general, Pasarón considera que las demandas que tienen en común los barrios incorporados “son las de siempre: asfaltado, acerado, alumbrado…, además del transporte público”, porque se hacen cosas pero con cuentagotas y las inversiones se quedan cortas. Recientemente la Junta de Castilla y León ha hecho una intervención asfaltando la travesía pero desde la asociación de vecinos, Berrocal comenta que han reclamado que se pongan “pasos sobre-elevados para limitar la velocidad de los vehículos pero la administración autonómica alega que en el caso urbano del pueblo esa intervención compete al Ayuntamiento”.
Carlos Berrocal, que lleva ocho años en la junta directiva de la asociación de Madrona, sostiene que la única inversión municipal en el barrio ha sido la reparación de la cubierta del Centro Cívico, con un presupuesto de 40.000 euros, “que además está motivada porque se hizo mal, pusieron mucho peso, cuando se hizo con trabajadores de los programas de empleo”.
En la última reunión con la asociación ‘Nuestra Señora de la Cerca’, los responsables municipales recordaron las inversiones de 60.000 euros para la demolición del antiguo Velódromo y de 10.000 para la renovación de redes de saneamiento para atajar las inundaciones en la zona baja del barrio incorporado. Sí reconocieron, presupuestadas pero pendientes, las de 23.000 euros en renovación de alumbrado —según los vecinos se han instalado farolas pero sin luminarias o bombillas, y una partida de 50.000 euros para mejora de pavimentación y seguridad de varias vías de Madrona.
Pasarón, sin embargo, llama la atención sobre el hecho de que del proyecto más votado de los Presupuestos Participativos de 2022 en todo el municipio, la reurbanización integral de la calle de Cantarranas, precisamente en Madrona, con un presupuesto estimado superior a los 340.000 euros, “las obras ni se han iniciado ni se sabe nada”.
Otro asunto pendiente es la depuradora de Madrona, “porque se están vertiendo las aguas residuales al río”, según Berrocal.
En Hontoria, entre las reclamaciones pendientes más prioritarias, según Esteban Rueda, de la Asociación de Vecinos ‘San Vicente’, son instalaciones deportivas adecuadas, ya que la pista actual es muy pequeña pero hay terreno para ampliarla y solicitan, además, la construcción de una segunda, así como adecuar una zona de recreo, en el Prado de la Sarna.
Mejora en la limpieza viaria de espacios públicos y elementos para limitar la velocidad en la calle de San Antonio, la travesía, donde en uno de sus extremos hay un parque infantil y ya ha habido algún susto, así como renovación del mobiliario urbano, principalmente bancos y sobre todo en la calle principal, la de Huertas, son otras de las reclamaciones de los vecinos, junto al acondicionamiento de los caminos que unen el barrio con otros núcleos, especialmente con Segovia y Revenga.
Por otro lado, Rueda, aunque admite que es complicado porque Hontoria no tiene entidad jurídica para ello, asegura que insistirá en el consistorio segoviano “pidiendo proporcionalidad en el montante de las inversiones en los barrios” y haciendo valer los ingresos que el Ayuntamiento recibe gracias al polígono industrial, en término de Hontoria, y que en su momento supuso expropiaciones a muchos de sus vecinos.
Mª Antonia Mateos, de la Asociación de Vecinos ‘Virgen de la Visitación’ de Perogordo afirma contundente que “en el Ayuntamiento hasta ahora nos atienden siempre que se lo reclamamos”. Este año, por ejemplo, la empresa concesionaria de limpieza viaria ha comenzado los desbroces antes de junio, que es cuando los responsables vecinales alertan habitualmente de la existencia de maleza. Recientemente, esta representante ha dado aviso, a través de Participación Ciudadana, de la existencia de una escombrera que ha surgido a raíz del abandono de una furgoneta, a la entrada del pueblo, donde además se acumula también basura “que casi no se ve por la altura de la hierba”.
Al igual que su compañero de Torredondo, Mateos no ve viable que una línea de autobús urbano dé servicio regular a Perogordo: “es casi mejor un servicio de taxi subvencionado no solo para nosotros, también para el Ayuntamiento”, concede.
Torredondo y Perogordo, además del transporte público, tienen otra carencia que no depende del Ayuntamiento, las dificultades de comunicación telefónica y conexión a internet. María Antonia Mateos llama la atención, además, sobre el hecho de que a 500 metros de Perogordo está el Centro Penitenciario de Segovia, que sí dispone de calidad en esos servicios. En Torredondo la situación es más grave todavía porque no dispone ni de línea fija de telefonía y la cobertura móvil depende mucho de las condiciones meteorológicas.
Por otro lado, una cuestión pendiente en Perogordo es la reparación de una pared del cementerio tras fuertes precipitaciones de lluvia. Una vez aclarad que no es del Obispado, como el gobierno municipal pensó en un primer momento, la asociación vecinal confía en que pronto se realicen los trabajos.
En Torredondo esperan para estos días a los operarios de FCC para desbrozar en espacios públicos, principalmente en la zona del parque infantil, y Germán Martín recuerda que todavía hay calles sin pavimentar.
Este responsable de la Junta Vecinal del barrio incorporado sí considera que el gobierno municipal que salga de las urnas podría bonificar o reducir el pago de tasas e impuestos municipales “puesto que no podemos tener los mismos servicios”.
Desde Zamarramala se ve Segovia, dice la jota pero no siempre para bien, aunque la que ha sido presidenta de la Asociación de Vecinos ‘Pinilla’ hasta hace aproximadamente un mes, María Teresa de Andrés, coincide con los colectivos vecinales de Perogordo y Torredondo en que los responsables municipales atienden sus llamadas y tienen en cuenta sus sugerencias, lo que no significa que haya cuestiones pendientes y demandadas desde hace tiempo como un centro social para los mayores de este barrio incorporado que compite en población empadronada con la entidad local menor de Revenga.
De Andrés está satisfecha porque por fin, la semana pasada, comenzaron las obras de nuevas aceras y soterramiento de instalaciones, así como renovación de las redes de saneamiento y abastecimiento en la calle Real Alta, donde la inversión se acerca a los 145.000 euros.
Entre las cuestiones pendientes, además del centro de mayores, que fue a Presupuestos Participativos el año pasado frente a los deseos de la junta directiva de la asociación, y con un proyecto dimensionado a las necesidades y no cómo el que se proyectó, mucho más costoso, se encuentra también la instalación de juegos infantiles (columpios, etc.) en el parque situado a la entrada del pueblo por la cuesta que sube desde San Marcos.
Valora, por otra parte, la expresidenta, que se tuviera en cuenta la demanda del refuerzo matinal de los urbanos para que los alumnos de centros educativos, entre otros, puedan llegar a tiempo a recibir clases.
En la Asociación de Vecinos de Fuentemilanos, su presidente, Guillermo Aragoneses, insiste en que contar con un transporte público que al menos cuente con ocho sentidos diarios en cada sentido “es fundamental para la supervivencia del núcleo”, el más alejado de la ciudad. Es necesario, dice, para que los vecino puedan ir a sus lugares de trabajo, a centros educativos, al banco, al médico, a hacer la compra…
Otras necesidades prioritarias de este barrio incorporado es la construcción de un polideportivo cubierto, multiusos, que pueda usarse para actividades culturales, sociales y festivas, entre otras, así como la reurbanización integral de la calle de la Dehesa, que comunica el barrio con el cercano Aeródromo de Fuentemilanos. “Es ahora mismo la vía con más circulación, por delante incluso de la calle principal que es la travesía de la carretera”, afirma Aragoneses que, como portavoz vecinal, ha reclamado a los candidatos electorales estas cuestiones y también la integración de la calle del Frontón, donde se derribó la instalación deportiva que la daba nombre, a la plaza del barrio, con un tratamiento adecuado de espacio público para el uso de los residentes. Añade otras obras menores en el cementerio o el parque de la Fuente del Caño.
Respecto al apoyo a la actividad del asociacionismo vecinal, el gobierno municipal ha resuelto este mes la convocatoria anual de subvenciones, destinando a los barrios incorporados 16.725 euros distribuidos de esta manera: Federación, 2.625 euros; Fuentemilanos, 2.966, Hontoria, 2.917, Torredondo (1.458,6) y Madrona (3.014,44), a los que se suman 14.303 a los seis barrios para sus fiestas patronales, desde los 1.000 euros que recibirá Perogordo a 3.373 para Madrona.
Revenga
Una de las cuestiones recurrentes entre los responsables vecinales de los barrios incorporados, y también de la entidad local menor de Revenga, es que si no pueden tener los mismos servicios que el resto de ciudadanos de Segovia, al menos deberían tener una rebaja o bonificación en impuestos y tasas municipales.
Así lo argumenta el presidente de la Asociación de Vecinos San Sebastián, Pascual Pacheco, que dice que, sin embargo, ninguna formación política, lleva este asunto en sus programas.
Sí reitera, como en otros barrios incorporados, que el transporte público con la capital, en este caso a través de la línea interurbana Segovia-Madrid, que presta el Grupo Avanza, “no solo no ha mejorado, sino que ha empeorado porque cada vez hay más demanda en la entidad pero menos plazas disponibles”, de manera que algunos residentes se han quedado en tierra en alguna ocasión.
Pacheco resume la situación de la entidad local menor, en la que la población se acerca más al millar que los casi 600 que figuran empadronados, según el INE, en que “está igual que hace 15 años” porque, por ejemplo el asfaltado de calles “se hace muy poco a poco, a cuentagotas” y en servicios como el alumbrado, limpieza y desbroce “hay un margen amplio de mejora”. También alerta sobre la desaparición del colegio por la falta de prestaciones como el programa ‘Madrugadores’ o comedor, a lo que se suma la inexistencia de una guardería, lo que motiva que muchos padres empiecen desde muy pronto a trasladar en coche a sus hijos a guarderías de la ciudad y luego continúen matriculándoles allí en otros centros educativos.
La asociación indica también que la rigidez urbanística municipal contribuye a que los más jóvenes busquen vivienda en otros lugares.