
Si nuestras vidas dependen cada día más de los ordenadores, la responsabilidad de Javier de Andrés es mayúscula, por cuanto recae sobre él el buen funcionamiento del Congreso y del Senado.
Este segoviano, nacido en Otero de Herreros en 1954, se trasladó a Segovia para estudiar en el colegio de los Hermanos Maristas. Desde allí se fue a Madrid, donde se licenció en Informática por la Universidad Politécnica en 1980. Inició su andadura profesional como programador en 1980, en el mítico Centro de Proceso de Datos de Vitrubio, del Ministerio de Educación y Ciencia, para participar en importantes proyectos que entonces empezaban a modernizar el país. Pero fue en 1986 cuando ganó las oposiciones al Cuerpo de Asesores Facultativos de las Cortes Generales y se incorporó al Congreso de los Diputados, donde fue uno de los responsables de la implantación de su sistema informático. En noviembre de 1987 ganó el concurso de méritos por el que fue nombrado Jefe del Departamento de Asesoramiento Técnico Informático del Senado, cargo que ejerció hasta septiembre de 1990, cuando pasó a encargarse de la Dirección de Informática del Senado. Desde octubre de 2008 es director de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones del Congreso de los Diputados,.
Como máximo responsable de los servicios informáticos de ambas Cámaras, se ha ocupado de la dirección, impulso y organización de la política informática, primero del Senado y después del Congreso, así como del asesoramiento a los órganos superiores de ambas cámaras y a diputados y senadores.
Su trabajo le ha llevado a intervenir en congresos internacionales de informática parlamentaria. Es autor de varias publicaciones y conferenciante habitual en seminarios relacionados con la aplicación de las tecnologías de la información en el ámbito parlamentario y en la Administración del Estado.
En su trayectoria laboral ha contemplado numerosos debates territoriales en las Cortes, pero tiene una idea clara: “Cuando se habla de derechos históricos de las regiones, me gusta recordar la importancia de Segovia en la Hispania romana”.
Y aunque los informáticos tienen fama de serios, Javier no puede contener la sonrisa cuando recuerda anécdotas como la ocurrida cuando sonó su teléfono móvil en un pleno del Senado con la melodía del cambio de tercio de las corridas de toros; ni las que le pasaron cuando decidió acudir a trabajar al Congreso en bicicleta. Y es que tampoco puede ocultar su pasión por la Naturaleza un segoviano nacido en la falda de la Mujer Muerta, lugar al que regresa en cuanto puede para disfrutar de su familia y de los amigos.
Tan sólo echa en falta en Segovia un detalle para que sea una provincia ideal: “Que tenga un sector productivo que genere puestos de trabajo, lo que no debe ser fácil, aunque merecería la pena intentarlo”.
Mientras, Javier de Andrés está convencido de la importancia de su labor y sigue haciendo que funcione la informática en las Cortes, y que las nuevas herramientas acerquen cada día más la Administración política al ciudadano a través de la tecnología, “de manera que los ciudadanos no sólo estén informados, sino que puedan comunicar fácilmente sus ideas a los parlamentarios para que éstas sean tenidas en cuenta en sus decisiones”.
A fondo:
Un lugar de Segovia: La calle Real
Un lugar de Madrid: El Retiro
Un plato preferido: Cordero asado
Una bebida: Agua de la Sierra de Guadarrama con unas gotas de limón
Una afición o deporte: Senderismo, bici y golf
Un equipo: Real Madrid
Una película: El Golpe, de George Roy Hill
Una canción: ‘Thunder Road’, de Bruce Springsteen
Un lugar al que viajar: Bali