El pasado año, el día 10 de junio, se abría el plazo de inscripción de en los estudios de Bachillerato de Investigación y Excelencia, y los equipos directivos de los institutos ‘Andrés Laguna’, ‘Francisco Giner de los Ríos’ y María Moliner’ se lanzaban en una trepidante carrera a promocionar esta novedosa oferta de estudios de la Junta de Castilla y León. Un año antes, coincidiendo con su cincuenta aniversario, el IES ‘Andrés Laguna’ había estrenado el modelo pionero que favorece una mentalidad científica rigurosa, ordenada y crítica en los bachilleres, y en su presentación pública había contado con el apoyo del consejero de Educación, Juan José Mateos. En junio de 2015, a falta de trece días para la finalización de las clases, los profesores y equipos de orientación no se atreven a informar a sus alumnos del contenido del programa especial, porque no saben las asignaturas que tendrán, ni las prácticas que se podrán hacer, ni las horas lectivas que requerirá, ni siquiera si los institutos podrán llevarlo a cabo.
De momento, los bachilleratos de excelencia han quedado congelados por la aplicación de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), cuya implantación llega a primero de Bachillerato en el curso 2015/2016, según coinciden en señalar Ana Herrero, Margarita Sanz Lobo y Santiago Pinto, directores de los institutos ‘Francisco Giner de los Ríos’, ‘María Moliner’ y ‘Andrés Laguna’.
La Consejería de Educación ha explicados que los cambios derivados de la implantación de la Lomce y el desarrollo de un currículo propio de Castilla y León (mediante la Orden EDU 363/2015, de 4 de mayo) “obligan a modificar la normativa actualmente de aplicación al Bachillerato de Investigación/Excelencia, especialmente en lo relativo a la organización”. En este sentido, —añaden desde el departamento de Educación— y con la finalidad de consensuar con los quince institutos de educación Secundaria que actualmente imparten este bachillerato las diferentes opciones que pueden plantearse, la Dirección General de Política Educativa Escolar mantuvo una reunión, el día 15 de mayo, a la que fueron convocados sus directores y los coordinadores de dicho bachillerato. “En el momento actual, tras analizar las aportaciones recibidas, se está trabajando en la normativa que regule el desarrollo de este bachillerato en el nuevo marco”, aseguran desde la Consejería de Educación.
Los equipos directivos urgen una solución que saque del bloqueo a estos estudios para poder informar con tiempo a las familias, porque de lo contrario puede darse el caso de que los alumnos hagan sus planes excluyendo esta opción por desconocimiento, y finalmente no se cubran los cupos mínimos y se provoque su desaparición. Temen que se esté condenando a la muerte a este programa o que quede desvirtuado con los cambios.
35 horas de clase
El origen del desconcierto, que viven profesores y las familias de los estudiantes, radica en la aplicación de la Lomce que, en opinión de los directores de los centros de Secundaria, deja tan atado el Bachillerato desde el Ministerio de Educación que no da opciones a las variaciones o aportaciones que hacen las comunidades autónomas en el desarrollo de sus competencias, y estrangula el paso a programas especiales, que con la anterior norma sí podían desarrollar. La ley del ministro José Ignacio Wert deja desde Madrid encorsetado el número de horas obligatorias de clases, sin permitir que las comunidades jueguen con algunas de las optativas para itinerarios específicos, y tampoco facilita el desarrollo de más asignaturas de las que la norma general marca.
El condicionamiento llega hasta el punto de que para que se pudieran llevar a cabo las distintas modalidades del Bachillerato de Investigación y Excelencia como estaba configurado y respetando las exigencias de la Lomce, los alumnos tendrían que completar semanas de entre 33 y 36 horas de clase, a diferencia de las 30 que cursan el resto de compañeros. Esta opción que ha sido rechazada ante la Junta por los responsables de los institutos que en Castilla y León cuentan con este modelo de estudios en la actualidad, argumentando que estos estudiantes ya tienen más horas de clase que el resto (32) y, además, deben desplazarse a centros universitarios para hacer sus prácticas e investigaciones. Los docentes entienden que si se llegara a las 35 horas podría bajar el rendimiento de los alumnos y consideran que el tiempo dedicado al estudio resultaría excesivo y asfixiante para los jóvenes, según traslada el director del IES ‘Andrés Laguna’, Santiago Pinto.
Perder asignaturas claves
La otra opción es prescindir de las asignaturas que precisamente marcan la diferencia de este bachillerato, como Iniciación a la Investigación, en el caso de la modalidad de Ciencias y Tecnología, o clases de Francés, en la modalidad especial de Idiomas.
La Consejería de Educación ha explicados que los cambios derivados de la implantación de la Lomce y el desarrollo de un currículo propio de Castilla y León (mediante la Orden EDU 363/2015, de 4 de mayo) “obligan a modificar la normativa actualmente de aplicación al Bachillerato de Investigación/Excelencia, especialmente en lo relativo a la organización”. En este sentido, —añaden desde el departamento de Educación— y con la finalidad de consensuar con los quince institutos de educación Secundaria que actualmente imparten este bachillerato las diferentes opciones que pueden plantearse, la Dirección General de Política Educativa Escolar mantuvo una reunión, el día 15 de mayo, a la que fueron convocados sus directores y los coordinadores de dicho bachillerato.