La vida en verso de un pediatra

José García Velázquez fue una de las caras visibles de la medicina en Segovia, tras ejercer como pediatra en el Hospital durante cerca de 40 años, en los que también pasó por la dirección de Insalud y la Defensoría de la Ciudadanía

García Velázquez sigue vinculado al Colegio de Médicos y a la Asociación Andrés Laguna. / E.A.
García Velázquez sigue vinculado al Colegio de Médicos y a la Asociación Andrés Laguna. / E.A.

Cuando era niño, ya lo tenía claro. En casa “se metían” con él. Como a tantos otros, le daba “respeto” la sangre. Pero estaba convencido. De hecho, no se planteaba otra opción más allá de la . A ello se une su devoción por los niños. De ahí que José García Velázquez decidiera especializarse en pediatría: ejerció durante cerca de 40 años. En 2017 llegó el momento de que diera un paso al lado. Con su jubilación, tuvo que plantearse cómo “llenar de contenido” su tiempo. Convirtió a la poesía en uno de sus hobbies. A ella se había acercado años atrás. Tiene más de tres mil poemas. Es esta la vía de escape de quien aún hoy sigue preocupado por el bienestar de la ciudadanía.

Es de Salamanca. Hizo la mili en Valencia. Trabajó en un hospital de niños. Y allí le hablaron “muy bien” del naciente Hospital General de Segovia. Aterrizó en la provincia en 1978. En 1981 se hizo con una plaza. Y fue así como dio los primeros pasos de una extensa carrera.

Su labor le hacía sentir una gran satisfacción personal. Lo pasaba “muy bien” con los niños. Conforme pasaba el tiempo, iba detectando que los problemas de las familias se acrecentaban. Por ello, en ocasiones se saltaba las “cuestiones burocráticas” para atender las necesidades de los pacientes. Era consciente de que trataba con los más pequeños. Procuraba darles el alta “cuanto antes”. Se imaginaba que eran sus hijos. Y quería que recuperaran pronto la normalidad.

El currículum de García Velázquez parece no tener fin. Durante cerca de seis años (1996-2002), estuvo al frente del extinto Instituto Nacional de la Salud (Insalud). Su llegada a ese puesto fue “rocambolesca”. El PP ganó las elecciones. Nombró presidente ejecutivo de Insalud a Alberto Núñez Feijó, que “pidió el currículum de médicos de cada provincia” para formar su equipo. El salmantino se enteró de que el suyo no lo habían mandado, así que se lo hizo llegar. Y fue el elegido. Recuerda esta etapa con “mucho cariño e ilusión”. Trataba de hacer las cosas “lo mejor posible”. Impulsó la firma de diversos convenios que supusieron verdaderas innovaciones.

Todavía conserva el dosier que elaboró con las informaciones que salían sobre él en prensa. Tiene “una espina clavada”. Se arrepiente de algo que dijo; “No se va a hacer una barrera entre Segovia y Madrid cuando lleguen las transferencias”, recuerda. Pero se hizo. Fue Jefe de Pediatría en sus últimos años. Peleó hasta el final por este asunto. García siguió derivando a niños con problemas oncológicos a la capital “porque atendían de un día para otro”. Los directores “se subían por las paredes”. Esto no le importaba.

Hay un “detalle” curioso: el Ayuntamiento de Segovia lo nombró Defensor de la Ciudadanía. Cuando se lo propusieron, lo primero que pensó es que no le podría dedicar todo el tiempo que le gustaría. “No eran cosas extraordinarias”, cuenta. Aunque sí que resolvía problemas “del día a día”. Estuvo dos legislaturas. Luchaba por defender los intereses y el bienestar de los segovianos. Estaba orgulloso. Se dio cuenta de algo: “Lo que quiere la gente es que la escuches”, sostiene.

En 2017, García Velázquez se jubiló. “Antes nos echaban con 65 años”, lamenta. Adaptarse a su nueva vida no fue sencillo. Es por ello por lo que no ha querido desvincularse de la medicina. Sigue relacionado al Colegio de Médicos y a la Asociación Andrés Laguna para la Promoción de las Ciencias de la Salud. Añora su trabajo. Sobre todo, el contacto con los niños. Vivía por y para su cuidado médico.