La última fase de la recarga del acuífero de El Carracillo empezará antes de que acabe el año

El proyecto está aprobado y existe dotación presupuestaria para llevar a cabo las labores de campo en las próximas semanas

Presa sobre el río Cega desde la que se toma el agua para recargar el acuífero subterráneo de El Carracillo.

La última fase de la recarga del Acuífero del Carracillo podría comenzar antes de que finalice el año, toda vez que el proyecto ha sido ya aprobado, y que existe dotación presupuestaria para llevarlo a cabo.

El último paso en darse ha consistido en la aprobación del proyecto por parte del director general del Instituto Tecnológico Agrario (Itacyl), Rafael Sáez González, este mismo verano.

Previamente, el proyecto se sometió a información pública, una fase que ha concluido y que ha contado con 162 alegaciones, a las cuales se les ha dado contestación en tiempo y forma, y en las que se ha justificado la solución técnica contemplada en el proyecto. Cuando ha sido oportuno, se han introducido las modificaciones que se han estimado viables.

El proyecto, redactado por el ingeniero agrónomo del Itacyl, Alfonso Esteban Pérez, cuenta con un presupuesto de ejecución de 17.411.195,97 euros.

Cabe recordar también que en los presupuestos de este año se contemplaba una partida de 2,5 millones de euros dentro del epígrafe destinado a la modernización de regadíos. La obra está impulsada por iniciativa autonómica mediante convenio con la comunidad de regantes de la zona y que, tras la publicación de la Declaración de Impacto Ambiental, se espera licitar próximamente, aunque en la publicación de los presupuestos se indicó que se haría a comienzos de año.

De hecho, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y el consejero de Agricultura, Gerardo Dueñas, autorizaron en marzo pasado la ejecución de las obras “para la gestión hídrica del sector oriental del acuífero cuaternario y obras de mejora del regadío en la zona norte de El Carracillo, en la provincia de Segovia, que deberán estar comprendidas en el correspondiente plan de obras a realizar por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, y que podrán llevarse a cabo conforme a lo establecido en el Libro Segundo, Título II de la Ley 1/2014, de 19 de marzo, Agraria de Castilla y León, y a su desarrollo reglamentario por el Decreto 1/2018, de 11 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de Concentración Parcelaria de la Comunidad de Castilla y León, en su artículo 69”. Así se recogía en el Bocyl del 13 de marzo pasado.
En relación con este acuerdo, los trabajos podrán dividirse en dos o más partes “para una mejor coordinación de las obras a realizar”, contempla la autorización.
Además de declarar la utilidad pública y el interés general en el medio rural de las obras citadas, se hizo especial alusión a su “urgente ejecución”.

Los agricultores de la zona esperan así que pueda finalizarse ya esta infraestructura hidráulica proyectada en el año 1995.

ANTECEDENTES
La obra contempla una mayor disponibilidad de agua, tanto para riego como para consumo humano. Se pretende renovar los sistemas de regadío de 3.000 hectáreas, de las cuales podrán regarse cada año unas 1.500.

Esta tercera fase completaría un proyecto que se inició siendo entonces ministra de Agricultura la que también fue diputada por Segovia, Loyola de Palacio. Ya entonces la Unión Europea (UE) declaró en 1986 como zonas agrícolas desfavorecidas los términos municipales de Gomezserracín, Sanchonuño, Chañe, Remondo, Fresneda de Cuéllar y Cuéllar, todos ellos incluidos en la zona norte de El Carracillo. Esta clasificación implica un alto riesgo de despoblamiento, con el consecuente peligro de abandono en el uso de la tierra y otras actividades económicas vinculadas a ésta y desarrolladas en el medio rural.
Por este motivo se pretende frenar la despoblación y llevar a cabo acciones que permitan un adecuado desarrollo y promoción de la agricultura en su conjunto dentro de esas localidades.

El proyecto prevé llevar a cabo la oportuna concentración parcelaria, lo cual redundará también en el redimensionado de las parcelas que, al irse reduciendo sus tamaños con el proceso de partición por herencias familiares, van dejando de ser rentables para quienes las cultivan.

Las dos primeras fases de las obras fueron ejecutadas por el Ministerio en la zona sur -Gomezserracín, Chatún, Campo de Cuellar, Narros de Cuellar, Samboal y Pinarejos- para regar gracias a la recarga del acuífero superficial cuaternario con aguas invernales del río Cega. Finalizadas estas, hay que desarrollar la tercera fase que realizará la Junta de Castilla y León en colaboración con la Comunidad de Regantes.

El objetivo es abastecer de agua de riego a los municipios de la zona norte de la comarca: Sanchonuño, Arroyo de Cuéllar, Chañe, Remondo y Fresneda de Cuéllar. En ellos no existe acuífero cuaternario, por lo que no tienen capacidad de recarga como sí ocurre en la zona sur.

La aprobación del proyecto ha abierto la oportuna fase de información pública y plazo de alegaciones. Por eso, el pasado mes de abril, la plataforma ambientalista ‘Cega, el río que nos une’, presentó un recurso de reposición a los acuerdos del gobierno regional.

En el recurso se pide que se suspenda el acuerdo de la Junta del pasado marzo y se insta a que no se lleven a cabo las obras de la tercera fase de la recarga del Carracillo. Desde ‘Cega, el río que nos une’ recuerdan que a través de estas obras se pretende expropiar a los vecinos de Gomezserracín en más de 900 parcelas de pinares una superficie de 247.378 metros cuadrados, a los que se sumarían casi 120.000 metros cuadrados que quedarían afectados con servidumbre de acueducto. También se ocuparían temporalmente, durante las obras, más de 67.000 metros cuadrados.

Para ellos, la Junta de Castilla y León y la Confederación Hidrográfica del Duero, llevan años creando unas “expectativas de agua ilimitada entre los regantes, que aumenta el consumo, cuando la realidad hídrica de cambio climático nos obliga a una disminución del mismo”. Y comparan la situación del Carracillo con la zona de Doñana.

Sin embargo, la postura de los agricultores de la zona es distinta. La disponibilidad de agua resulta beneficiosa para todos, no sólo para los productores de hortalizas. Ellos seguirán cultivando. La diferencia será que les cuesta más si han de seguir profundizando para obtener el agua subterránea.

Por ello, la ejecución de esta obra supondría “garantizar el riego con agua de calidad”, puesto que el de las perforaciones actuales tiene un punto de salinidad más alto y por tanto es menos natural. El agua que llegará del Cega estará filtrado por la arena del pinar, y contará con ph y conductividad bajos, por lo que la calidad del agua va a ser mayor para los cultivos, además de tener menor coste para los agricultores porque tendrán que bombear menos.

Y es que la recarga del acuífero del Carracillo es un proyecto que supone elevar el nivel freático con agua de calidad durante el invierno, en que los caudales de los ríos son abundantes. En cambio, no se toma agua durante el verano “y siempre se respeta el caudal biológico”, recuerda Enrique Herranz, presidente de la Comunidad de Regantes del Carracillo.

Destacan los agricultores que la reticencia principal de quienes se oponen es porque la obra comprende actuar en una masa forestal que incluye pinares de Gomezserracín y pinares públicos del monte Común Grande de las Pegueras. Pero recuerdan que se ha pasado una evaluación de impacto ambiental muy exigente, y se han estudiado y analizado todos los parámetros. Tanto en la carga como en la extracción de agua “se respetarán unos niveles piezométricos marcados por los organismos competentes”, indican.

Actualmente existen limitaciones en la toma de agua del río Cega. Se ha fijado en 1.072 litros por segundo el que hay que respetar y a partir de ahí se puede derivar. Si el Cega baja a ese nivel, se corta la toma y no se deriva ni una gota. Además, en ningún caso se puede coger más del 50% del caudal que lleve el río. Recuerda además que el Ministerio de Agricultura y la Confederación del Duero mantienen unos controles que se intensificarán con la nueva fase.

La última fase de la recarga del acuífero de El Carracillo empezará antes de que acabe el año

Modernizar los regadíos, una prioridad para el sector agrario

La modernización de los regadíos constituye uno de los elementos claves para hacer más rentable la actividad agraria. Es una máxima del sector primario. Pero también contemplado por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León.

De hecho, en los presupuestos de este año, la administración regional programó una inversión para el presente ejercicio, de 22,6 millones de euros en 22 actuaciones para la modernización de regadíos en la Comunidad. Siete de ellas parten de iniciativa propia y las otras 15 pertenecen a convenios tripartitos entre el Itacyl, SEIASA y las comunidades de regantes. La mitad de las actuaciones se desarrollan en la provincia de León, que se lleva dos de cada tres euros de la inversión global, un 66,7 por ciento que representan los 15,1 millones que prevé invertir la Junta en modernización de regadíos en dicho territorio, según figura en los Presupuestos Generales de la Comunidad para 2023.

La siguiente provincia con mayor número de actuaciones es Palencia, aunque no de cuantía, ya que los 2,4 millones de euros contemplados en los presupuestos para las cinco modernizaciones previstas en territorio palentino no superan los 2,5 millones de la única prevista en Segovia, la referente al Carracillo, impulsada por iniciativa de autonómica mediante convenio con la Comunidad de Regantes y que, tras la publicación de la Declaración de Impacto Ambiental, se espera completar con la tercera fase que se licitará en unas semanas.

Dos son las actuaciones previstas para la modernización de regadíos en Zamora, con un montante total de 600.000 euros. En Burgos, en cambio, solo se prevé una actuación, de iniciativa autonómica en Oteo de Losa con una dotación de 636.000 euros. De igual manera, en Soria la modernización de Campillo de Buitrago cuenta con una dotación de 500.000 euros en el presupuesto.