La última escuela

La asociación ‘El corralón’ mantiene en Otones de Benjumea una muestra de objetos escolares de varias décadas y otra etnográfica

Vista general de la recreación de un aula en el Museo de la última escuela de Otones de Benjumea, con mobiliario y objetos del siglo pasado.
Vista general de la recreación de un aula en el Museo de la última escuela de Otones de Benjumea, con mobiliario y objetos del siglo pasado.

El Museo de la última escuela está ubicado en el pequeño pueblo de Otones de Benjumea, entidad local menor perteneciente al municipio de Torreiglesias, distante 30 kilómetro de la capital segoviana. Desde hace 25 años, la Asociación ‘El Corralón’ mantiene uno de los mejores centros divulgativos de labor pedagógica en España, con objetos relacionados desde el siglo XIX y deteniéndose sobre todo en la larga etapa de la dictadura franquista. En proyecto desde 2019 la asocaciación, que también gestiona un museo etnográfico, más reducido, aspira a ampliar la exposición con un aula dedicado a la educación durante la EGB (Educación General Básica), sistema iniciado en 1970 y derogado y sustituido progresivamente con la LOGSE a partir de 1990.

Cuenta Juan Francisco Cerezo, uno de los integrantes de ‘El Corralón’, entidad con más de cuatro décadas de historia, que este año el museo ha recibido una avalancha de visitas, después de que la pandemia obligara prácticamente a cerrarlo al público en 2020 y a mantener muchas precauciones y aforo reducido en 2021. Durante este tiempo los fondos se han incrementado todavía más y superan ya los 25.000 objetos escolares y en torno a 5.000 en el museo etnográfico.

Fue a finales de la década de los noventa del año pasado cuando surgió una corriente de protección y rescate del patrimonio educativo y así surgió este museo pedagógico de ‘La última escuela’.

 

Desde 1996 se adaptó parte de las dependencias de las antiguas escuelas del pueblo con cerca de 800 objetos relacionados con la escuela y la educación en España desde mediados del siglo XIX y a lo largo de todo el siglo XX.

Poco a poco el museo fue ampliándose y ganando espacios como el patio, hasta llegar a los fondos actuales.

Se ha nutrido en parte de donaciones de centros que cuando realizan alguna obra o necesitan espacio llaman a la asociación de Otones para que se lleve cualquier objeto en desuso que sus integrantes consideren de interés para el museo y su proyecto.
Además, entre los más de 50.000 visitantes que Cerez estima que han pasado por allí el cuarto de siglo que lleva abierto, hay algunos que después han querido donar objetos propios o familiares. Un tercer origen son las compras que la propia entidad ha podido realizar en estos años con sus escasos medios económicos.

Los libro de los tatarabuelos, bisabuelos y abuelos están en Otones. De texto, de lectura, de consulta… y también el material escolar, colecciones de juegos y hasta juguetes.
Llama también la atención de cuantos lo visitan el mobiliario de las aulas o clases, desde mesas a pupitres y desde pizarras a todos los utensilios que utilizaban maestros y maestras.

En definitiva, se trata de un recorrido por la historia de la enseñanza y de la escuela española en décadas pasadas pero también un homenaje a maestras y maestros, a las familias, a los niños y niñas de antaño. No en vano, desde ‘El Corralón’ recuerdan que esos años de formación conforman “las raíces más importantes de nuestras vidas”.
La mayor parte de los fondos son libros, unos 16.000, a los que se suman, entre otros, 4.000 objetos de menaje escolar.

Atendido por voluntarios, el museo recibe visitas de personas de todas las edades, de niños a universitarios, de centros educativos a todo tipo de asociaciones y también familias y otros particulares.

Cuenta Cerezo que hace unos años quienes acudían al museo eran personas que habían pasado su época escolar, al menos en parte, durante el franquismo “pero ahora la inmensa mayoría fue a la escuela en democracia, con la EGB, la LOGSE, etc.”

De ahí el proyecto de ampliar las instalaciones con un aula dedicada a la EGB “porque tenemos material suficiente”, explica. El problema, como casi siempre, es la financiación. La pandemia paró en parte el proyecto pero cuentan en la asociación que cada vez que ha pasado una autoridad, de la institución que sea, han planteado la iniciativa, de momento con buenas palabras pero sin concretar nada, aunque también reconocen que hasta ahora no han presentado una solicitud formal por escrito en ningún organismo público.

La ampliación, en una zona anexa, comprendería unos 20 ó 25 metros cuadrados de exposición.

El Museo de la última escuela de Otones de Benjumea está reconocido como una de las 16 iniciativas más notables de todo el país en la publicación ‘Los Museos Pedagógicos en España: entre la memoria y la creatividad’, obra coordinada por Pablo Álvarez Domínguez, doctor en Pedagogía por la Universidad de Sevilla.

También ha recibido premios como el ‘Fuentes Claras’, que concede la Junta de Castilla y León o el ‘Macario Asenjo Ponce’, del grupo de acción local Codinse, del nordeste de la provincia.

En 2019 la Asociación ‘El Corralón’ fue reconocida en los Premios de la Diputación de Segovia, en la categoría de Cultura, por sus más de 40 años de implicación en su ámbito y “en el desarrollo de importantes proyectos culturales”. Esta entidad cuenta con unos 350 socios en un pueblo con poco más de 50 vecinos empadronados.

Para visitarlo
Este museo pedagógico está en la calle de las Escuelas de Otones de Benjumea y antes de acudir a visitarlo es necesario concertar una cita a través de los teléfonos 686 068 041 / 921 434 750 / 628 674 840 / 921 501 017 o de los correos electrónicos jfcm@usal.es y asociacioncultural.elcorralon@gmail.com.

Además, a través de la plataforma web de Museos Vivos —www.museosvivos.com— se pueden reservar visitas y los interesados reciben una clave.

Son cuatro los museos ubicados en el medio rural de la provincia de Segovia que forman parte de la red ‘Museos Vivos’, que integran casi 70 espacios repartidos por pequeños municipios de Castilla y León, algunos de menos de 30 habitantes. Pero están abiertos las 24 horas del día los 365 días del año gracias a un sistema ‘Smart’ que ha sido seleccionado para concurrir en los Rural Inspiration Awards 2022. Los otros tres segoviano son el Martinete de Navafría, el Aula de la Transhumancia y las Hundas en Arcones.

El libro de firmas del museo da fe del nivel de satisfacción de sus visitas guiadas, en torno a una hora. Cerezo comenta que “todos salen gratamente sorprendidos tanto por los fondos como por las explicaciones históricas que ofrecemos”.

Museo etnográfico
La Asociación ‘El Corralón’ gestiona también en Otones un museo etnográfico que se ubica en la denominada Casa del Marqués, porque sirvió de residencia de temporada a una familia de la nobleza con propiedades en la zona.

Han sido los propios vecinos de la localidad los que han ido atesorando objetos antiguos cotidianos para reconstruir la vida en los pueblos de la comarca al menos hasta la segunda mitad del siglo XX, desde los relacionados con tareas agrícolas o ganaderas a oficios como albañilería, carpintería o herrería.

También recoge utensilios caseros o enseres domésticos y la colección se completa con juegos y fotografías cedidos por familias para dar testimonio de la vida que se llevaba en el medio rural.