
Al contrario de lo que se piensa, la época primaveral es un periodo del año propicio para la recogida de setas y hongos. Sin embargo, tras una campaña otoñal que finalizó sin los resultados esperados, el episodio de sequía que vive el conjunto del país desde principios de año no ofrecen, por el momento, perspectivas halagüeñas para la actual temporada. A pesar de ello, los conocedores y aficionados a la micología se muestran esperanzados ante la previsión de lluvias en los próximos días, que puede cambiar en gran medida la situación.
“La temporada micológica de primavera se conoce menos, parece que no es la época para esta actividad, aunque hay un creciente interés y cada vez más personas se interesan por ella”, asegura el presidente de la Sociedad Micológica Segoviana, Ramón Saiz. En esta misma línea se posiciona Saúl Reus, miembro de la Asociación Micológica de la Villa de Riaza, al considerar que «es una campaña de recogida de setas muy buena y, a veces, mejor que la de otoño».
De hecho, Saiz asevera que “si se dan las condiciones, puede haber setas en la provincia todo el año”. No obstante, este deseo no se cumple en gran medida. Precisamente, el técnico de truficultura y micología de la Fundación del Centro de Desarrollo Forestal y de su Industria de Castilla y León (Cesefor), José Miguel Altelarrea, se atreve a sentenciar que la actual campaña está “totalmente parada”.
Humedad y temperatura
La falta de precipitaciones -ya sea en forma de nieve o lluvia- ha arrasado con todas las expectativas, a lo que se suma que aún «hace mucho frío», estima el presidente de la Sociedad Micológica, quien explica que, para que los hongos germinen, «tienen que darse unas condiciones adecuadas». Con ello, se refiere a una humedad concreta, pero también a una temperatura apropiada, «en torno a los diez y 15 grados». Y, en suma a ello, que no se produzcan fuertes heladas.
Sin ninguna duda, la micología depende de estos dos factores -humedad y temperatura-. “Si falla una de los dos no quiere decir que no salgan las setas, pero sí se pueden ver muy afectadas”, augura Reus. Y sobre todo en primavera, ya que las setas de esta temporada son principalmente “especies termófilas”, sostiene. A su vez, manifiesta que “aún la temporada micológica de primavera puede salvarse si empieza a llover”. “Estamos a la espera”, confía el miembro de la asociación riazana.
Todo ello tiene una explicación, ya que, aunque el hongo esté en el terreno permanentemente, tienen que darse las condiciones necesarias para que germinen y suelten las esporas. “En cuanto ven la oportunidad, lo hacen”, indica Saiz, quien precisa que, precisamente, “las setas salen para dispersar” estas esporas.
De este modo, los aficionados a la recogida de setas y hongos miran con esperanza al cielo en busca de precipitaciones, pues todo puede cambiar de un día para otro. “Puede ser que no haya nada o, de modo contrario, como el otoño pasado, que empezó de maravilla pero dejó de llover y el brote de setas paró”, advierte. Aunque es cierto que todavía salieron algunas después del episodio de precipitaciones a principios de octubre, “pronto se secaron”, recuerda.
Multitud de especies
Si los deseos se cumplen, está previsto que los aficionados a la micología salgan al campo en los próximos meses en busca de multitud de especies de setas. En la provincia de Segovia, la primera de la temporada es la seta de marzo o marzuelo (Hygrophorus marzuollus), que, como su nombre indica, salen generalmente a mediados de este mes, por lo que necesita la lluvia mucho antes que el resto y son frecuentes en las zonas umbrías de los pinares. Es una de las especies más empleada por los restaurantes en estas fechas, que pueden llegar a pagar entre 20 y 25 euros por kilo de marzuelo o, por otro lado, entre diez y 15 euros si la campaña es abundante.
No obstante, también es muy popular el perrechico(Calocube gambosa), conocido también como seta de San Jorge y denominado ‘el rey de la primavera’; o bien, las setas de pradera, colmenillas y diferentes ejemplares de Helvellas y Morchellas. En suma a ello, se pueden encontrar setas que también son populares en la campaña otoñal, como los champiñones, senderuelas, setas de cardo y diferentes especies de boletus.
Otro de los ejemplos conocidos es el de la trufa negra, “muy asociada a los árboles del género Quercus, sobre todo encinas y rebollos”, detalla Saiz, quien determina que, en la provincia de Segovia, “principalmente se encuentran en los encinares y hay tanto trufa silvestre como plantaciones”.
Así, queda patente la importancia que tiene la época de la primavera en el calendario micológico de muchos segovianos, quienes esperan con ansia las precipitaciones y temperaturas adecuadas para comenzar y cerrar una buena temporada.