Placa conmemorativa de la Catorcena. / E.A.

El próximo año 2022 corresponde a la iglesia de San Juan de los Caballeros la celebración de la Catorcena. Desde que el templo se cerrase al culto en el año 1843 y se agregara a la Santísima Trinidad, ha sido esta parroquia la que ha acogido, con fidelidad, la celebración de la Catorcena. Sin embargo, el próximo año, será la parroquia del Cristo del Mercado – Santa Teresa la que lleve a cabo esta celebración. Siguiendo la ruta iniciada por la parroquia de San Frutos, que en el año 2020 acogió la Catorcena de San Facundo, nuevamente será una parroquia de reciente creación la que se encargue de su celebración. Digo, de reciente creación pues, aunque la ermita del Cristo del Mercado data de 1411, la parroquia fue creada en el año 1971, funcionando la ermita como templo parroquial hasta el año 1975 en que se compraron los locales existentes enfrente de la ermita, y fueron adaptados como iglesia. En el año 2008 la Diócesis decide unir las parroquias de Santa Teresa de Jesús (situada en la carretera de Villacastín) y el Cristo del Mercado, creando una Unidad Parroquial (UPA), debido a la escasez de sacerdotes, la proximidad entre ellas y el empeño por unificar esfuerzos y actividades. Desde ese momento, empiezan a funcionar como una única parroquia en cuanto a planes y proyectos pastorales, sin perder cada una de ellas su propia personalidad jurídica e idiosincrasia. La ermita del Santo Cristo de la Cruz es la principal seña de identidad del barrio, a la cual todos los vecinos dirigen su mirada y sus oraciones. Fue levantada por los segovianos tras escuchar la predicación de San Vicente Ferrer el 3 de mayo de 1411 y allí rinden culto a la imagen bendita de Cristo en la cruz, talla de madera (s. XVI), tan popular por vestir las faldillas moradas y a la que tantos fieles acompañan las tardes del Jueves y Viernes Santo, cuando procesiona por las calles de Segovia, dirigida por la Cofradía penitencial que lleva su nombre.

Tras la prueba de fuego que supuso en el año 2020, la decisión de incorporar esas parroquias de nueva creación a la celebración de la Catorcena, estrenándose en ello la parroquia de San Frutos, se ha visto que es una gracia espiritual enorme para aquellos barrios y, en general, para toda la ciudad. Supone un tiempo de profundización y crecimiento espiritual de los vecinos y feligreses, al tiempo que se rejuvenece esta fiesta tan popular, que desde hace unos años empezaba a mostrar signos de agotamiento, principalmente por parte de aquellas parroquias que más catorcenas acumulaban en su demarcación. Es muy de agradecer está implicación y es necesario recordar que lo esencial de esta fiesta es la exaltación a la Eucaristía.

La Reseña de la Catorcena anuncia a los vecinos y feligreses de la parroquia Cristo del Mercado – Santa Teresa que, en el próximo año 2022 y concretamente el primer fin de semana de septiembre, celebrarán la fiesta eucarística de la Catorcena. Y se anuncia con tanta antelación, para que todo el barrio se prepare a una fiesta en la que participará no sólo la parroquia a la que corresponde su turno catorcenal, sino que se une a ella la ciudad entera, pues es una celebración en la que, desde 1410, año en que se produjo el milagro eucarístico en la sinagoga judía, hoy convento de Corpus Christi, catorce parroquias de Segovia, se comprometieron a celebrar anualmente esta fiesta de reparación y adoración a Jesús Eucaristía. Para ello, se ha de formar la llamada Junta de Catorcena, es decir, un grupo de personas encabezado por los párrocos, que se encarga de diseñar y programar con tiempo, los actos que se desarrollarán en esos días. Personas comprometidas que representen a la totalidad de grupos y asociaciones parroquiales, que aporten ideas y recojan el sentir de todos los feligreses. Sin duda que, las celebraciones religiosas son el principio y fundamento de esta fiesta, que se concretan en tres acciones, adoración, celebración y exaltación. La profundización en el misterio eucarístico como centro de la vida del cristiano, ha de ser el eje en el que gire todo. Los momentos de adoración ante el Santísimo previos a la celebración de la Misa, ayudan a entrar de lleno en el misterio de amor supremo. La formación en este aspecto contribuirá también a que el fiel cristiano comprenda, admire y de gracias por este regalo del cielo. Todo ello nos lleva a alabar y agradecer a Cristo su presencia viva y real, y lo hacemos manifestando nuestra fe, también de forma pública, llevando procesionalmente al Santísimo Sacramento por las calles de nuestro barrio. Las parroquias del centro lo hacían hasta el convento del Corpus Christi; en esta nueva situación que se produce de barrios más alejados a este punto, es razonable pensar en realizar esta procesión sólo por el barrio, pero sin olvidar que la iglesia del convento del Corpus, es un elemento esencial de la celebración catorcenal, por lo que sería deseable que, alguno de los actos programados por la parroquia, se realizara en esta iglesia. La parroquia peregrina hasta este santuario eucarístico y, junto a la comunidad de Religiosas Clarisas, reza y alaba. En estos dos últimos años, la pandemia impidió realizar la procesión sacramental por las calles, esperemos que en el Cristo del Mercado si se pueda realizar.

Si bien es cierto que, la parroquia del Cristo- Santa Teresa asume el turno de una iglesia sin culto como es San Juan de los Caballeros, conviene recordar que este templo tuvo sus orígenes en época visigoda, entre los siglos V y VII, mientras que, en el siglo X se dispuso la construcción actual de la iglesia. Se trata de un templo románico de planta basilical con tres naves separadas por arcos sobre pilares cilíndricos; la nave central es el doble que las laterales, con crucero, torre sobre uno de los brazos del crucero, atrio en el costado meridional que continúa hacia poniente donde termina con un gran pórtico ojival y tres ábsides semicirculares. En el interior del templo se encuentra la capilla de los Nobles Linajes, fundada según la tradición por D. Fernán García de la Torre, capitán segoviano que participó en la toma de Madrid y estableció la Milicia de los Quiñones, que tenían por fin defender a la población ciudadana los domingos y días festivos, mientras las gentes se ocupaban de cumplir con el precepto dominical. En esta capilla que alberga sus restos mortales en un sepulcro de piedra, se reunían la Junta de los Nobles Linajes de Segovia, de ahí le viene al titular de la iglesia, San Juan Bautista, el sobrenombre de “Los Caballeros”. En esta zona de la ciudad se asentaron muchas familias nobles que contribuían a la defensa de la ciudad, al estar justo al lado de la muralla, aunque también muchas familias humildes. Los libros parroquiales indican un censo máximo de 34 familias. En esta parroquia desarrolló su labor pastoral el sacerdote y cronista de Segovia Diego de Colmenares, desde 1617 hasta su muerte acaecida en 1651. La parroquia funcionó como tal hasta el 11 de mayo de 1843, fecha en la que, siguiendo las leyes desamortizadoras, se suprimió el templo y es agregada a la Santísima Trinidad junto a las iglesias de San Facundo, San Pablo, San Román y San Sebastián. En 1849 empieza a utilizarse como almacén del Museo Provincial de Segovia. Posteriormente, se usó como garaje, almacén de maderas y refugio de transeúntes; estos usos tan dispares hicieron que, el templo sufriera grandes desperfectos y padeciera una situación de abandono y dejadez hasta el año 1904, en que es comprada por el ceramista Daniel Zuloaga. Allí instala su taller y realiza una serie de reformas que lleva a cabo hasta que fallece, en el año 1921. En 1947, se crea en este mismo espacio el Museo Zuloaga, que pervive hasta el día de hoy, gestionado por la Junta de Castilla y León.

Es curioso observar cómo, al desaparecer incluso físicamente algunas de esas parroquias, con ellas desaparecían también las cofradías que tenían, las obras artísticas que albergaban (retablos, cuadros e imágenes), así como los cultos que se celebraban en las mismas, pero lo que nunca desapareció fue la Catorcena.  Al llegar el turno correspondiente de esas iglesias, los fieles de la demarcación parroquial se unían para realizar la celebración catorcenal. Es un voto popular inalienable, que los fieles han conservado como una preciosa herencia recibida. Son parroquias que dan señales de vida cada catorce años, un hecho insólito y único que sólo ocurre en Segovia. Nuevamente hay que agradecer la incorporación de las nuevas parroquias a esta celebración y desearlas que vivan con ilusión los meses previos de preparación y los días principales de la Catorcena. No serán pocos los que participen por primera vez en esta fiesta o la redescubran por haber participado hace años, junto a sus padres o abuelos, de las catorcenas de los barrios en los que vivían cuando eran niños.