Salida de la procesión el Viernes Santo en 2017. / Juan Martín Mayoral

El fotógrafo en paramotor José Luis Martín Mayoral ‘Mayo’ sigue recibiendo siete años después felicitaciones y reproducciones en redes sociales de la imagen que captó el Viernes Santo de 2017, de la salida de la Procesión Pasos de la Catedral de Segovia, desde su exclusivo y singular mirador de la vida de su ciudad, con su cámara y volando en paramotor. Instantáneas absolutamente inspiradoras en las que fusiona la belleza del patrimonio, las estrechas calles del casco histórico, la singularidad del momento protagonizado por las Cofradías y Hermandades y una luz única.

La Junta de Cofradías de la Semana Santa Segoviana publicó esta imagen aérea en la primera edición de su revista oficial en el año 2018, de la que se editaron 5.000 ejemplares. Una publicación que ya se hacía eco de una foto ‘viral’. “En la imagen se aprecia perfectamente cómo la cabecera de la procesión y el paso de ‘La Oración en el huerto’ se encuentran ya en la calle Cronista Lecea, mientras ‘La Flagelación’ acaba de realizar su salida de Catedral”, resumía el texto publicado, para definirla como “una verdadera joya que merece la pena descubrir”.

‘Mayo’ recuerda que de todas las fotos que hizo esa tarde eligió la que mejor expresa lo que sintió en el vuelo. “Vi que salía la procesión de la Catedral a lo lejos y que podía coger esas instantáneas. Sabía que era cuestión de dejar que iniciaran el recorrido para hacer esa foto…”, que estaba “en el momento justo”.

En muchas ocasiones son salidas con un propósito concreto, como captar desde su paramotor acontecimientos deportivos y sociales como la Media Maratón o la Marcha de Mujeres. Volando, ‘Mayo’, deja registrado en imágenes áreas lo que acontece en Segovia. En este caso, en la pequeña historia que hay detrás de esta singular manera de atrapar el acto central y más multitudinario de la Semana Santa de Segovia está el componente de la casualidad, según remarca su autor.

Son fotos vespertinas, con la luz que refleja la ciudad pasadas las ocho y media de la tarde, porque se puede volar hasta el ocaso. La percepción de la caída del día, del atardecer, es diferente a vista de pájaro que desde el suelo. Ese día tuvo el tiempo suficiente para hacer las fotografías antes de la llegada de la noche.

Para volar en paramotor es conveniente que el viento sea flojo y estable y así poder desplazarse de un sitio y a otro “con cierta libertad”, resume ‘Mayo’. de esa manera puede mantenerse arriba “suspendido y no arrastrado como la vela de un barco”. Esta aeronave que es “un ala flexible, de tela y cordinos, muy ligera y la que más despacio vuela”.

Martín Mayoral reconoce que esa fotografía de 2017 se hizo “viral” y en poco tiempo tuvo miles de reproducciones y se convirtió en un gran estandarte de la Semana Santa de Segovia, que ese año estrenaba su declaración de Interés Turístico Nacional. Como anécdota, cuenta que una amiga segoviana, que entonces residía en Santiago de Chile, le comentó que le habían enseñado una foto de Semana Santa “con la Catedral de la ciudad en la tu que naciste”.