
El reconocimiento popular de que goza el Judión de La Granja sigue siendo tan elevado que la demanda supera la oferta. Una década después de que pusiera en marcha la Marca de Garantía para proteger este producto, continúan las gestiones para lograr un marchamo de mayor nivel, la Indicación Geográfica Protegida (IGP).
La producción anual, que ronda los 13.000 kilogramos, resulta insuficiente para atender las ventas que se realizan bajo la marca del Judión de la Granja, un producto gastronómico que es reconocido desde hace mucho tiempo, tanto en las tiendas como en los restaurantes.
Por esto motivo hace una década que un grupo de personas, conscientes de la necesidad de amparar a un producto auténtico de Segovia, y que estaba siendo objeto de fraude por al utilizarse el nombre para fines comerciales de legumbres de otras zonas, impulsaron una marca de garantía.
En el año 2013 se pusieron en marcha para buscar tan ansiada protección. Se aprobó el Reglamento de Uso por parte del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), consiguiendo una figura de calidad para evitar imitaciones y fraudes.
Se reunieron varias personas como promotoras de esta marca, que se registró el 3 de enero de 2014 en la Oficina Española de Patentes y Marcas del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Nació la asociación Tutor del Judión de La Granja como entidad gestora de la Marca de Garantía, la cual cultiva el Banco de Semillas con el que se suministra semilla identificativa del territorio, generando así nuevas producciones de judión que posibilitan su puesta en comercialización.
El Ayuntamiento del Real Sitio de Ildefonso es el titular de la marca y busca desde hace años la revitalización de un recurso hortícola histórico de la provincia, como elemento decisivo de desarrollo local y provincial, y una alternativa de generación de riqueza, de desarrollo económico y empleo.
El Ayuntamiento granjeño cuenta con la colaboración de otras instituciones como la Diputación provincial. Renuevan de forma periódica el convenio para desarrollar acciones que permitan la implantación y gestión de la Marca de Garantía. Se busca también el mayor aprovechamiento posible de las ventajas comparativas de dicha marca
La asociación Judión de La Granja se compromete a realizar una previsión anual valorada de las actividades de desarrollo del objeto del citado convenio; poner semillas de judión producidas a partir de semillas y procesos controlados, a disposición de cultivadores; y promover el judión como recurso de desarrollo económico local y provincial, fomentando el nacimiento de iniciativas relacionadas con su producción, conservación, envasado, elaboración y comercialización.
El calendario cultivos establece que este producto se siembra en la primera veintena de mayo aproximadamente. Y es a partir de septiembre cuando se realiza la primera cosecha para concluir la recogida a finales de octubre. Las vainas se extendían y secaban al sol, hasta que se abrían, procediéndose entonces a recoger el fruto, que seguía secándose hasta que se endurecía.
Pero este año, dado que el calor ha continuado en octubre, la fase de recogida se ha prolongado en el tiempo. Las huertas continúan verdes gracias al riego que se sigue aportando a las plantas.
PREVISIONES
En estas circunstancias, las previsiones para este año apuntan a que se podrá recuperar la normalidad tras un 2022 marcado por una fuerte caída en la producción debida al intenso y prolongado calor que marcó el verano del año pasado. De acuerdo con los datos de la asociación Tutor, la caída de la producción pasada fue del 60 ó el 65 por ciento respecto a una temporada normal. Para este otoño se confía en recuperar las 13.000 toneladas que pueden recolectar los 27 productores acogidos a la Marca de Garantía. Los cultivadores del Judión de la Granja están “ilusionados”, asegura Guzmán Gilsanz, técnico de la asociación Tutor.
De acuerdo con sus previsiones, las condiciones climáticas han sido más benignas y podría hablarse de una campaña “normalizada”.
También recuerdan que continúan con las gestiones administrativas en las que se sigue trabajando para lograr una Indicación Geográfica Protegida (IGP) que va más allá de la Marca de Garantía (MG) como un marchamo más elevado y exigente, y que contaría con el respaldo legislativo de ámbito europeo, después de que tanto desde el Itacyl como desde el Ministerio de Agricultura se hayan aprobado los informes técnicos con los que acudir a Bruselas donde se ratificaría la IGP.
La asociación Tutor sigue trabajando difundiendo la necesidad de trabajar en este ámbito y facilitando a los cultivadores las semillas certificadas, así como evolucionando en la mecanización del cultivo, con la adquisición de una desgranadora mecánica o un banco selector de los frutos.
En la asociación Tutor se integran en la actualidad medio centenar de socios: alrededor de 30 productores, dos envasadores con marca propia, media docena de restaurantes y más de una docena de tiendas. Todos ellos pueden identifarse en la página web que tiene la asociación (www.eljudion.lagranja-valsain.com).
La certificación es la única forma de garantizar al consumidor la autenticidad y calidad del producto frente a sustitutivos comercializados con esa denominación y que no corresponden a las características propias del ‘Judión de La Granja’, que tiene su lugar de producción en los municipios de la falda de la Sierra de Guadarrama, aunque el centro neurálgico es el Real Sitio de San Ildefonso.

Una huerta en un lugar emblemático
Que un alimento típico se produzca en un sitio emblemático, multiplica su exquisitez.
Es lo que esperan este año Borja y Alberto Hernández, que han sembrado por primera vez Judión de La Granja en la Huerta del Caño, un espacio que han recuperado y que se encuentra a los pies de Pedraza. Durante décadas se utilizó para el autoabastecimiento de muchos hogares de la villa medieval. Ahora podrá ser consumido en los restaurantes dePedraza, uno de los templos del turismo de Segovia.
Alberto Hernández, aficionado a escudriñar en los archivos de su familia, ha adecentado la huerta, que estaba en desuso y que hace siglos pertenecía a sus antepasados. Ha preparado 2.500 metros cuadrados para cultivar esta legumbre que espera a cosechar en los próximos días.
La Huerta del Caño, nombre que recibe este espacio, se encuentra a los pies del recinto amurallado de Pedraza, junto a la Casa del Águila Imperial, el centro temático abierto sobre la antigua iglesia de San Miguel, restaurada al igual que sus jardines de origen cisterciense.
El nombre de la huerta obedece al hecho de que se surte del agua que rebosa del caño del que se abastecían los vecinos de Pedraza antes de la llegada del agua corriente a las viviendas, a mediados del siglo XX. A este caño, que también se ha usado hasta hace poco como abrevadero para el ganado, llega el agua desde un manantial permanente. Baja por el acueducto situado cerca de la iglesia de San Miguel o Casa del Águila, y, siempre por gravedad, baja hasta una alberca desde la que se riegan las huertas, para desembocar luego en el arroyo San Miguel, afluente del río Cega, que desde aquí cruza toda la provincia hasta Valladolid.
Así, en un entorno natural e histórico maduran estos días los judiones de La Granja de la Huerta del Caño de Pedraza, que se enmarca dentro de la Marca de Garantía, y donde sus dueños esperan realizar alguna actividad de promoción de la legumbre más emblemática de la gastronomía segoviana.
La familia Hernández está ligada a estas tierras desde hace siglos. Ya en el siglo XVIII se dedicaban a la producción de lana de las ovejas que tenían en estas laderas de la Sierra de Guadarrama su lugar de pasto, e incluso de trashumancia a través de las cañadas que configuraron la historia de la comarca.
En su afán por descubrir las peculiaridades de sus antepasados, Alberto Hernández ha descubierto que su familia llegó a exportar lana a otros países europeos. Era la época en la que Segovia gozaba de la fama mundial textil por su actividad de producción de paños.
La historia se repite y ahora, la actividad hortícola de la familia Hernández recibe la visita, inspección y sello de la asociación Tutor del Judión de La Granja para certificar la autenticidad de sus legumbres.
Pronto, estos judiones podrán figuran en las cartas de los restaurantes de Pedraza como Judión de la Granja cultivados a los pies de la villa.