
La Asociación Cultural Grupo de Danzas La Esteva, con sus danzantes y músicos, acompañados por las voces e instrumentos de la Ronda Segoviana protagonizaron ayer una nueva edición de las ‘marzas’, una tradición recuperada por ambas formaciones hace una década que se ha convertido ya en un evento esperado cada mes de marzo por los amantes de la cultura tradicional, y muy bien recibido por quienes visitan la ciudad, ya que se desarrolla por el centro histórico y monumental.
La lluvia y la temperatura fría para el final de la primavera no deslució las ‘marzas’ de la Ronda y de La Esteva porque la música puede con todo y más si las estaciones donde hacen parada están bien dispuestas con viandas y bebida.
«De casa salimos con mucha prudencia, a cantar las marzas si nos dan licencia». Esta ronda de ‘marzas’ es un recorrido que evoca al que hacían los mozos en los pueblos hasta avanzado el siglo XX recorriendo casas, en especial donde había mozas o solteras, para pedir un aguinaldo como recompensa por los cantos que entonaban. Recibían así generalmente un donativo en especies: pan, chorizo, morcilla, lomo, castañas o frutos secos.