
La agricultura y la ganadería de precisión, junto con la inteligencia artificial (IA), son las principales tendencias globales de innovación del sector tecnológico en la agroalimentación en 2023, según un nuevo estudio presentado esta semana en Madrid Fusión.
Un informe de la Fundación Europea para la Innovación y Aplicación de la Tecnología (Intec) destaca también el impulso a la innovación en los ámbitos de las proteínas alternativas, la biotecnología, la trazabilidad, la agricultura vertical, las plataformas de venta de productos de proximidad y la conversión de residuos.
En un taller organizado en el congreso gastronómico, el vicepresidente ejecutivo de la Fundación Intec, Juan Francisco Delgado, ha señalado que la inteligencia artificial acapara un 30 % de la inversión en tecnología aplicada al sector agroalimentario, que crece en general a un ritmo del 9 % anual.
Asia está liderando la inversión en ese terreno, seguida de Estados Unidos y Europa, en un contexto influido por el cambio climático, la guerra de Ucrania y el aumento de los precios de las materias primas y la energía.
En España, por ejemplo, Delgado ha explicado que la digitalización está siendo mayor en la ganadería que en la agricultura, a la vista de los resultados más rápidamente visibles respecto a la calidad de la carne, la producción de leche o el bienestar animal.
A su juicio, uno de los problemas en España es la atomización de la producción, con más de 90.000 explotaciones que en el 80 % de los casos tienen menos de cinco hectáreas, lo que “dificulta mucho el trabajo competitivo y la eficacia en el trabajo con los datos”, por lo que es recomendable la unión de los productores en cooperativas.
Los alimentos funcionales, los derivados de las plantas, el cultivo de carne y pescado en el laboratorio y los insectos son otras de las tendencias que cambiarán las pautas de consumo en el futuro, según el estudio.
Además de la lucha contra el cambio climático, la tecnología también va a contribuir a reducir el desperdicio de alimentos, que supone un tercio de la producción global y que en los países desarrollados se concentra en la distribución y el consumo.
La financiación de empresas emergentes o ‘startups’ en el sector de las tecnologías agroalimentarias creció en 2021 el 45 % respecto al año anterior, hasta los 51.700 millones de dólares (unos 47.500 millones de euros), con un interés creciente de los fondos de inversión.
En España, las inversiones en estas empresas son “bajas” y la mayoría de ellas se encuentra en una fase inicial, con menos de 500.000 euros de financiación, en parte porque faltan aceleradoras especializadas, ha detallado Delgado.