
La industria cárnica de la provincia de Segovia, una de las actividades más significativas de la economía provincial, atraviesa una de las peores crisis de las últimas décadas, fundamentalmente por la imposibilidad de seguir asumiendo el elevadísimo coste de la electricidad, disparado desde el verano de 2021.
Así lo señala la Asociación de Industrias de la Carne de Segovia (AICA), integrada en la Federación Empresarial Segoviana (FES). Ambos colectivos aseguran que es “importante” que el Gobierno atienda esta demanda.
De hecho han iniciado una recogida de firmas, porque las consecuencias “ya se están haciendo visibles”.
La electricidad es, precisamente, el recurso más necesario para su actividad, ya que se requiere un gran consumo durante las 24 horas del día para garantizar su producción en condiciones óptimas.
La factura de la luz es ahora, según los casos, un 200 y hasta un 300 por ciento superior a la de principios del año pasado,
El presidente de AICA, Juan Marcos Garrido, explicó que son decenas de miles de euros, y en el caso de las empresas más grandes de cientos de miles de euros. “Un incremento de estas dimensiones en el recurso que representa un alto porcentaje de nuestro coste total, es completamente inasumible, y lo que nos está planteando ya dificultades muy serias que ponen en grave riesgo nuestra continuidad. No salen las cuentas”, argumentó.
A este elevado precio de la electricidad se ha sumado, en muchos casos, el sobrecoste añadido por el tope del gas, lo que ha vuelto a disparar las facturas como empresas que tienen la categoría de grandes consumidoras. “Es inviable repercutir ni siquiera un pequeño porcentaje al precio de venta”, apuntó Garrido.
En este sentido, AICA y FES demandaron con carácter de urgencia que se apliquen bonificaciones importantes a esta industria, teniendo en cuenta que este coste representa un porcentaje muy elevado de su facturación y valorando que muchas empresas del sector ya han realizado inversiones importantes para reducir el consumo y apostar por energías limpias y renovables.
Según AICA, hay empresas que ya han bajado su producción para poder bajar así los costes y, otras se plantean paralizar las contrataciones temporales que, en fechas de alta demanda, solían hacerse en anteriores ejercicios. “Incluso algunas ya estudian plantear expedientes de regulación de empleo para tratar de aguantar hasta que la factura de la luz vuelva a ser asumible”, sentenció Garrido.
DESABASTECIMIENTO
Además, si la situación no cambia, en un plazo de un año podría haber problemas de desabastecimiento en el mercado en el caso concreto de los jamones, debidos a posibles cierres y mermas de producción.
Si no se aplican esas bonificaciones, o se implementan otras medidas de apoyo compensatorias, la supervivencia de muchas empresas de un sector tan importante en la economía segoviana como el de la industria cárnica, de enorme arraigo en el territorio y con una alta capacidad para generar riqueza y empleo, estará en serio peligro.
Por otro lado, desde el sector de la ganadería también han advertido de que el impuesto a los envases de plástico no reutilizables, cuya entrada en vigor está prevista para el 1 de enero del 2023, añadirá nuevas cargas económicas y administrativas a unas empresas ya muy dañadas en los últimos años. Por ello, ante la “compleja situación” del sector, solicitan la eliminación de nuevas cargas como es el del impuesto al plástico que utilizan muchas empresas. “Solo así podremos seguir manteniendo nuestro liderazgo exportador”, alertan
CALEFACCIÓN
En algunos subsectores, como el de la cunicultura, también señalan que la factura de la luz se les ha triplicado y ha puesto “contra las cuerdas la viabilidad de sus explotaciones”. Así lo indica el vicepresidente de la asociación de productores Conacun, Ángel Cadenas, quien ha tenido que cerrar hace un mes una de las dos granjas que tiene en la provincia de León.
En estas instalaciones, la climatización de las granjas se debe hacer en muchos casos con equipos de suministro eléctrico, con el consiguiente gasto continuo.
La directora de Intercun, la segoviana Mari Luz de Santos, subraya que actualmente están centrados en potenciar una campaña de comunicación y promoción sobre la carne de conejo especialmente en el canal Horeca -restauración y hostelería- con la intención de contrarrestar la bajada de la demanda en los hogares.
Para facilitar ese consumo, el sector ya ha hecho un esfuerzo “muy importante” dotando de nuevos formatos al producto para que sean “mucho más fáciles” de cocinar y se hagan más “hueco” en los lineales de los supermercados.
En el siguiente eslabón, el de los mataderos, la situación es similar y la subida de costes que asumen también les cuesta repercutirlos a la parte consecutiva de la cadena, según el presidente de la Asociación de Mataderos de Conejos (Madecun), Javier Gómez.
A la subida del coste de los insumos, se suman los costes básicos de funcionamiento del matadero, que se mantienen a pesar de que la actividad ha bajado porque hay menos entradas de conejos. Una ecuación que se traduce en un encarecimiento del 25 % en su actividad respecto a hace un año.
Por el momento, no se ha recortado plantilla, “salvo algún matadero puntual” que ha aplicado ERTE, ya que necesitan ese “mínimo de personal para funcionar”.
No obstante, reconoce que están a la espera de cómo evoluciona la situación porque, de prolongarse en el tiempo, “habría que acondicionar los puestos de trabajo”.
Gómez defiende el “gran esfuerzo” que han hecho los cunicultores y los mataderos para seguir avanzando a pesar de las circunstancias. En ese sentido, destaca el céntimo por kilo de conejo que pagan a la interprofesional Intercun para que lo inviertan en publicidad y estudios de mercado con el fin de potenciar el consumo del producto.