
La Iglesia de Santa Eulalia ultima las obras con las que recuperará el edificio anejo al templo ubicado en uno de los laterales, donde la parroquia habilitará una serie de locales destinados a las actividades pastorales que desarrolla a lo largo del año. Los trabajos comenzaron antes del verano, tras la decisión parroquial de emprender unas obras que devolverán al inmueble su aspecto anterior a la remodelación realizada hace varios años, que dejó visible este espacio en una solución arquitectónica orientada a mostrar una parte menos conocida del templo, pero que restó gran parte del espacio del que disponía la parroquia.
Tras concretarse la creación de la unidad parroquial entre Santa Eulalia y Santo Tomás, se decidió llevar a cabo esta obra, con el fin de poder habilitar espacios comunes en los que poder desarrollar la actividad conjunta de ambas parroquias. Inicialmente, la obra será sufragada con los fondos propios de la parroquia, y cuenta con el visto bueno de la Comisión Territorial de Patrimonio del Gobierno regional, que ha realizado el seguimiento de los trabajos.
La parroquia deberá abordar también la protección de las pinturas aparecidas en la actual fachada del templo, que tras ser descubiertas fueron protegidas por un falso tejadillo de metacrilato, cuya construcción supuso en su día una fuerte controversia ante la cuestionable solución arquitectónica que se aplicó a tal fin, ya que antes había un pequeño tejadillo que daba cobertura a la entrada del templo.
De este modo, Santa Eulalia volverá a sufrir una nueva transformación de la fisonomía de su templo, ubicado en el corazón de lo que fuera conocido en su día como el gran arrabal de Segovia. Construido en el siglo XII, conserva un gran número de elementos arquitectónicos románicos, antes de a importante reforma realizada en el siglo XVII que rediseñó el templo con arreglo a los elementos y la estructura típica del barroco.