
Los pabellones, pasillos y celdas de La Cárcel ceden este fin de semana su espacio a la amplia oferta del comercio tradicional en Segovia en la primera edición de la Feria del Comercio Segoviano, una iniciativa que trata de insuflar optimismo y apoyo a un sector especialmente golpeado por la crisis del Covid y que afronta con gran incertidumbre las consecuencias económicas que puedan derivarse del conflicto Ucrania-Rusia.
Un total de 23 comercios de todo tipo de especialidades –textil, moda, complementos, alimentación, libros- se dan cita en esta convocatoria que surge fruto del acuerdo entre el Ayuntamiento , la FES y la Asociación Comercio de Segovia, y que servirá como test para el desarrollo de otras tres ediciones más contempladas en el convenio de colaboración entre las instituciones antes citadas.
La alcaldesa Clara Luquero, el presidente de FES Andrés Ortega, el presidente de FECOSE Roberto Manso y el representante de Comercio de Segovia Alberto García refrendaron con su presencia el apoyo a esta iniciativa, y animaron a los segovianos a aprovechar la oportunidad no sólo de conocer un espacio como el de la antigua cárcel, sino de acercarse a la oferta comercial de productos y servicios “de nuestra tierra”, tal y como aseguró la alcaldesa.
Así, Luquero subrayó el esfuerzo municipal por apoyar a un sector “que tan mal lo ha pasado durante la pandemia”, y expresó su deseo de que el comercio de proximidad y las empresas familiares “puedan tener un futuro, por lo que esta feria será la primera toma de temperatura para conocer su alcance de cara al resto de ferias.
Por su parte, Andrés Ortega señaló que la feria surge del trabajo conjunto entre todas las instituciones, y su organización pone de manifiesto la importancia de un sector que acapara buena parte del PIB provincial y que necesita del apoyo de todo el tejido económico.
Alberto García expresó su deseo de que la feria sea un éxito, ya que la Cárcel “es un espacio magnífico por el que hemos apostado siempre”, y destacó el trabajo realizado para “que nadie quede fuera”, porque lo que se busca es apoyar al comercio.
Pese a esta inyección de optimismo, ni los comerciantes ni los empresarios se sustraen a la cada vez mayor incertidumbre que emana de los efectos de la invasión rusa a Ucrania, y que ya comienzan a verse en hechos como la subida de los precios de los carburantes o la falta de algunos productos como el aceite de girasol.
A este respecto, Ortega aseguró que “aún es pronto” para evaluar estos efectos, pero indicó que el sector comercial se verá obligado a abordar una transformación, por lo que invitó a los empresarios a aprovechar las ayudas habilitadas a este fin por las distintas administraciones.