
Cuando la dimensión de un diestro como Julián López ‘El Juli’, seguro de sí mismo, y la paciencia de un público como el de Madrid, que no siempre espera y que no siempre esperó a este torero, se unen permiten ver faenas que surgen de la nada. Impensables en un primer momento viendo las condiciones de un toro y que acaban tuteando al premio tangible de la oreja. Al final, el trofeo termina siendo el reconocimiento y el respeto de la afición. Buen paso del madrileño por la Feria de San Isidro, colocación y ejecución de la suerte suprema aparte, en una tarde en la que el envío de Alcurrucén no destacó en su conjunto, pero que tuvo un tercer toro, de nombre ‘Pocaprisas’, encastado y para estar a la altura, para haber caído en mejor suerte u otro contexto. Y es que Tomás Rufo ya siente el peso de la exigencia y la vara de medir de Las Ventas. Una presión que Morante de la Puebla deseaba palpar con medio oponente, y fue con el segundo de su lote, tras haber despachado a tres astados en lo que lleva de serial isidril sin ninguna opción, donde dejó detalles y se gustó. Para esperar.
El cinqueño, bajo y con cuello, fiel al encaste Núñez, salió un tanto frío para torearlo con el capote, pero prometía humillación. No se empleó en el picador, circunstancia que a El Juli le viene hasta mejor para acomodar su toreo de trazo profundo. Tuvo clase y nobleza el toro ante la exposición del madrileño, que llegó a reducir la muleta a un cuarto en terrenos comprometidos donde además el viento puso complicaciones. “¡Ventajista!”, le exhortaron desde el tendido. La duración del astado fue corta, pese a que lo administró el diestro, y redujo distancias. Faena que no tenía el toro. En la cercanía terminó El Juli, sacando pases de contenido. Se tiró a matar consciente de que era Madrid, donde tanto le miden, sabiendo que iba a pinchar. El callo volvió a salir.

Le faltó fuerza y no tuvo transmisión el quinto, un toro serio y largo, que no se empleó en el caballo. Aun así, sacó tandas de naturales idas a más ante la sosa embestida del animal. No se esperaba nada del astado y El Juli, gracias a la paciencia del público para ir haciéndolo, realizó una faena maciza bien estructurada. Obra importante sin antagonista, que pinchó desconfiado.

Detalles de Morante para reencontrarse
Sorteó en primer lugar un astado colorado y ojo de perdiz, basto de hechuras, que resultó manso y distraído desde la salida. No lo vio Morante por ningún lado o lo vio desde el inicio: otro toro que no le valió en la Feria. Por eso, al tomar la muleta ya aprovechó también para coger la espada. Abrevió, con toda la lógica del mundo, como si llegara tarde a cenar. Tendría caviar. Mientras, la querella con un tuerto seguía vigente en Madrid.
Pudo desquitarse y Las ventas disfrutar de la esencia de su concepto con el fino, armónico y bien hecho cuarto. Un astado noble que permitió rivalizar en quites Morante Vs. Juli: el primero por verónicas y dos medias a pies juntos, y el segundo por chicuelinas. Después, el de La Puebla, ajustado, templado y congelando el tiempo, dejó detalles; aprovechando la clase venida a menos del animal por la falta de raza. Cobró un pinchazo y un volapié para recoger una ovación, que le sirvió para recontrarse con Madrid.

Toro encastado para demostrar
Importante toro de muleta fue el primero de Rufo para demostrar en Madrid que también podía con el exigente. Bajo de hechuras, fue un ejemplar encastado que tuvo chispa en el embroque del joven espada. Pedía llevarle cosido y el torero estuvo por momentos desbordado. Le costó acoplarse a la embestida y, aunque dejó buenos pases, terminaron siendo a granel y no lo cuajó. Mató mal y el toro fue ovacionado en su arrastre. Mejor estuvo con el que cerró plaza, pero ya el público estuvo frío con él. Firmó rubricó muletazos de poder ante un antagonista venido a menos. Así terminó una tarde, de las alteran y descolocan rangos en la temporada taurina o ponen a cada uno en su lugar.
Ficha
Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Octavo festejo de la Feria de San Isidro. Lleno de ‘no hay billetes’. Toros de Alcurrucén, desiguales. Sobresalió el encastado tercero.
Morante de la Puebla, silencio y ovación.
Julián López ‘El Juli’, ovación y ovación (un aviso).
Tomás Rufo, silencio(un aviso) y silencio.
Saludó Fernando Sánchez tras parear al sexto.
El cartel del viernes 19: Castella, Manzanares y Aguado con Jandilla
Si este jueves se colgó el ‘no hay billetes’, el viernes, 19 de mayo, volverá a repetirse otro lleno en Las Ventas. En esta ocasión, hacen el paseíllo el francés Sebastián Castella, José María Manzanares y Pablo Aguado, en el que será el primer compromiso en la Feria de San Isidro para los tres toreros. Uno de los carteles del serial, en el que está anunciado un envío de la Jandilla-Vegahermosa (19.00 horas).