Juan Cuellar Lázaro, Cronista Oficial de Fuentepiñel y de la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña.
Juan Cuellar Lázaro, Cronista Oficial de Fuentepiñel y de la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña.

Juan Cuellar nació en Fuentepiñel y decidió que conocer y comprender a fondo la Historia Medieval era una buena manera de orientar la vida, por lo que se Licenció en esta materia hace ya unos años. Ya en 2012, se doctoró en la Universidad Complutense con una tesis que tenía un título muy significativo: “Fuentidueña, Comunidad de Villa y Tierra, Segovia, siglos XIII-XVIII”.

Juan Cuellar es además, desde el año 2000 Cronista Oficial de Fuentepiñel, desde 2009, Cronista Oficial de la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña y, desde 2017, académico de San Quirce… En su currículum destaca también una amplia bibliografía en la que hay títulos como “Palacios y Alcáceres” o varias publicaciones sobre México. De cómo se fraguó este currículum, de sus investigaciones y del futuro de una zona de Segovia tan especial como desconocida… él mismo nos lo cuenta.

— ¿Cómo fue nombrado cronista de Fuentepiñel y de la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña?
— El nombramiento en Fuentepiñel fue a raíz de que el Ayuntamiento quiso elaborar un escudo y una bandera. Con ese motivo me pidieron que realizara un expediente histórico, necesario para hacer la solicitud y me nombraron cronista.
El nombramiento en la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña, formada por 21 pueblos, fue a propuesta del Centro Segoviano en Madrid y con el voto unánime de los delegados de los pueblos que la componen.

— Háblenos de su recorrido profesional.
— Mis estudios estuvieron siempre más encaminados a mis gustos personales que una posible profesión o un puesto de trabajo. Desde siempre yo tuve inquietudes por investigar sobre esta zona de la provincia, en la que se incluye mi pueblo, con tanto contenido histórico y con tan escasa bibliografía. Desde joven, fui acumulando todo lo que caía en mis manos, sin importarme de qué época era o la posible trascendencia pero, acumulé mucho material y, con los años, lo fui dando forma.
No hay una época concreta en la que digo, “Me gustaría trabajar sobre esto…”. Quizá una de las razones fue que mi abuelo, del que he heredado el nombre porque me llamo igual que él, fue presidente de la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña, ese fue un detalle que me aportó cierta curiosidad… y pensé que tenía que investigar sobre esto. Iba por diferentes lugares y sabía que tenían historia pero, los datos no estaban recogidos en un documento, se trasmitían bis a bis… pero no había ningún lugar concreto donde estuviera la información sobre esta zona.
El propio Archivo de la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña, prácticamente no existía. Todo lo que había eran papeles sueltos, legajos sin orden. Ha sido necesario elaborarle con cosas de aquí, cosas de allí, referencias en un lugar, en otra publicación… Datos que he ido sacando de un lado y de otro…

— Eso me recuerda que, en otros tiempos, el patrimonio, no era tan valorado… Hasta llegar a un cierto momento la historia, el patrimonio… ha importado poco y, lo que ha quedado, en algunos casos, ha sido “a pesar de…”
— Sí, ha sido gracias a particulares que han tenido alguna inquietud de preservar o guardar algo que, las propias instituciones que tenían que velar por ello, no lo hacían. A lo mejor, esas instituciones no tuvieron esa inquietud para que aquello se guardara y lo pudieran conocer las siguientes generaciones.

— Por ejemplo, Fuentidueña es una fuente inagotable de todo… de historia, de arte…
— Fuentidueña fue uno de los lugares estratégicos de la línea de defensa del Valle del Duero junto con Cuéllar, Sepúlveda, Portillo, Simancas (no solo eran poblaciones segovianas). Esas poblaciones fronterizas, eran el lugar, primero de ataque y más tarde de defensa, ante las posibles contraofensivas musulmanas que en algún momento, entre los siglos X y XI, se produjeron. Entorno a estas poblaciones importantes, surgieron las Comunidades de Villa y Tierra, que son “cuarenta y tantas”, en el Valle del Duero.
Fuentidueña no llegó a adquirir la importancia que alcanzaron otras pero tuvo la suya. Quizá esto ocurrió porque la población no estaba ubicada en una vía de comunicación importante pero, en cambio, destacó como centro administrativo, económico y judicial… De toda la Comunidad que, en su momento, estuvo compuesto por unas cuarenta aldeas, ahora quedan veintiuna y, de ellas, dieciséis son municipios y el resto, barrios o entidades locales menores como Pecharromán, Los Valles de Fuentidueña, Tejares, Vivar de Fuentidueña y, Vegafría.

— Ser el cronista desde 2009, de una zona tan importante desde el punto de vista histórico tiene que dar muchas sorpresas, encontrar muchos datos sorprendentes…
— Sí, he encontrado sorpresas y, en general, agradables. La sorpresa más agradable es que, desde siempre, pese a la rivalidad habitual entre los pueblos vecinos, en la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña, es más fuerte el concepto de pertenencia a una institución que les une y les defiende y, han sabido defenderse, por fuerte que fuera el adversario, como en siglo XVI, en el caso de los Luna, de Álvaro de Luna.
Este sentimiento ha sido siempre tan fundamental que, en este año 2019, los Premios de la Diputación Provincial, concretamente el premio “Juntos”, lo ha recibido la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña.

— ¿Qué función tienes en las poblaciones que forman la Comunidad de Villa y tierra como cronista?
— Lo que los distintos Ayuntamientos me encargan es, básicamente, dejar constancia en la prensa, de las cosas que se hacen. Los pueblos de la Comunidad, saben que si quieren que algo salga y vea la luz, al encargármelo, tienen la certeza de que va a salir publicado. Algunas veces me avisan para que me desplace como en el caso de Sacramenia, con el arreglo de la ermita de San Miguel y los actos que realizaron o, en Fuentesaúco. Si se hace alguna actividad especial… Siempre intento dar publicidad a la zona para que sepan que seguimos existiendo.También he llegado a denunciar, en algún artículo en El Adelantado de Segovia, el estado de las infraestructuras, de las carreteras… Hasta donde puedo, pongo en conocimiento general lo que tenemos.

— Pero el cronista no solo tiene la obligación de mirar a través de retrovisor sino, también el de ver cuál es el presente, el hoy y, cómo se plantea el futuro…
— El pasado está casi todo investigado porque esta Comunidad no generó una gran cantidad de documentación. Una de mis sorpresas más agradable fue que parte de la documentación, el Archivo de la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña, estaba en una hornacina que se había hecho a tal efecto en el interior de la iglesia de Fuentepiñel, en la hornacina que está al lado del órgano. Allí se conservaba el archivo, cerrado con tres llaves que estaban en manos de tres personas diferentes para que no se pudiera manipular . A mediados del siglo XX, se le sacó de ahí y la gente pensó que se había perdido o lo habían vendido a un trapero pero, inventariando el Archivo Municipal de Fuentepiñel, me lo encontré. Estaba allí, atado, había unos 63 legajos desde mediados del siglo XVI a mediados del siglo XIX.
En esos legajos se encontraban los límites con los pueblos cercanos y, las comunicaciones vecinas, con Cuellar y con Sepúlveda, sobre todo, e incluso los resultados de algunos pleitos con los señores de Fuentidueña.

— A mí, perdona, esta historia de la hornacina y las tres llaves , me suena a película de Indiana Jones…
— Es que, por alguna circunstancia, decidieron que el archivo, supongo que por seguridad, para evitar que se profanara o algo así… se debía guardar. La depositaria de este archivo de la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña, era la Iglesia de Fuentepiñel y esta es una hornacina que sigue existiendo, que está ahí, y en la que queda, al menos, uno de los candados que la cerraban. Todo perfectamente documentado.
Las llaves las tenían el alcalde de Fuentepiñel, el secretario de la Comunidad y el procurador de la Tierra, contando con que estamos hablando de los siglos XVI y XVII.

— ¿Cuando lo contáis la gente sonríe?
— Cuando doy alguna conferencia, como por ejemplo hace unas fechas en el Casino de la Unión, invitado por la Asociación de Amigos del Patrimonio, de Pedro Montarelo, puse una diapositiva en la que se ve un órgano maravilloso y, al lado, una hornacina cerrada. Pregunté qué les llamaba la atención de la fotografía y me contestaron, como era de esperar, que el órgano. Entonces, les conté que en esa hornacina había sido guardado el archivo de la Comunidad de Villa y Tierra… las caras eran, al menos, de sorpresa.
Sigo pendiente del tiempo pasado, pendiente de alguno de los archivos vecinos donde pueda salir “algo” como puede ser en el archivo de Cuéllar, dirigido por Julia Montalvillo que, de vez en cuando me envía algún dato sobre Fuentidueña pero, eso ocurre en pocas ocasiones.
Ahora lo que me preocupa y sigo haciendo a diario, es revisar la prensa escrita y las redes sociales, para saber las cosas que van apareciendo de la Comunidad o de sus pueblos. Con todo ello, voy haciendo una hemeroteca, con los datos de cada uno de los pueblos que caen en mis manos.

— ¿Hay algún dato que en este momento estés buscando?

— De los datos más antiguos, sería interesante saber el momento de la fundación de la Comunidad pero, si no ha aparecido ya, entiendo que no va a aparecer.
Me preocupa más que algún dato concreto el que siga existiendo esta idea de que la Comunidad es necesaria y que no se desgaje con las Nuevas Unidades Básicas de Ordenación del Territorio, que está elaborando la Junta de Castilla y León… Aunque por funcionalidad administrativa, pueda existir alguna “separación” pero, desde un punto de vista histórico, para estos pueblos, es imprescindible seguir juntos. La propia gente se conoce y tiene ese concepto de identidad, las fiestas… Yo, como cronista, intento que la Comunidad siga en el candelero no sin dificultad pues, es difícil competir, a nivel provincial, con otras poblaciones.

— Ya que hemos hablado de historia, de pasado. ¿Cómo ves el futuro? Le ves apoyado en el turismo, la cultura… Imagino que la despoblación, como en otros lugares, también está atacando.
— La despoblación es el cáncer de la España rural. A los políticos se les llena la boca de palabras bonitas, en las elecciones todo el mundo promete iniciativas contra la despoblación pero, todos sabemos que muchas de estas iniciativas son “vender humo”. Sabemos lo que hay.
Fijar población poniendo dificultades para que te puedas hacer una casa, para que te arreglen una carretera, para que los niños no tengan que ir “ni se sabe dónde” al colegio o, al médico, aunque en el pueblo solo viva gente mayor… Es un poco complicado.
Deberían facilitar las infraestructuras, que son imprescindibles y tomar medidas para que los pueblos no se vallan al “carajo”, y que cruces un pueblo y solo veas vacío, soledad y ruinas. Por lo menos que puedas decir: “Bueno, aquí, aunque solo sea de vez en cuando, hay vida”. Hoy día es lo que tenemos, no sabemos lo que pasará el día de mañana.
Esta es una Comunidad que está relativamente cerca de la “colmena” de Madrid, los madrileños necesitan un lugar donde ir para su evasión y esta zona no está tan lejos. La prueba es que han ido surgiendo iniciativas de turismo rural en el entorno del Duratón, que no solo son las Hoces en Sepúlveda, también es muy bonita la zona de Fuentidueña, San Miguel de Bernuy y toda esa zona… Pero los políticos se lo tienen que plantear en serio, no solo con iniciativas de campaña electoral en las que dicen… “hasta dentro de cuatro años, ya no me acuerdo de ti”.
Les puede interesar en las elecciones municipales en cuanto que, a veces, gracias a los alcaldes, sacan sus diputados para las Diputaciones… procuradores para las Cortes, diputados y senadores….Los políticos, en general, prometen lo que saben que luego no van a poder afrontar o, no van a cumplir o, “dan largas hasta la siguiente” y mientras, una limosnita por aquí, te arreglo este camino, te bacheo aquella carretera….Curiosamente, suele ser en vísperas de las elecciones… ¡Lo que pasa en todos los sitios! Pero, a veces, siendo cronista de una zona como esta, no te queda más remedio que indignarte por las cosas que van sucediendo o, las cosas que deberían suceder, pero no suceden.

— Para terminar, me han hablado del “saludo Fuentepiñelano” ¿qué es?
— Toda una tradición que puse en marcha hace unos cinco años y voy realizando, prácticamente a diario. Voy por el número 1824 y tiene una evidente continuidad. En estos Saludos Fuentepiñelanos aprovecho para insertar alguna noticia o algún dato o fiesta que se produce en esos momentos. Son pequeñas crónicas de cosas que suceden en el entorno de Fuentepiñel y sus habitantes. El Saludo, incluye una foto, y el pequeño comentario.
Los Cronistas Oficiales, tenemos un Boletín Oficial Digital que se publica cada 15 días y, el encargado de recoger las aportaciones para el Boletín de los diferentes Cronistas, ha localizado estos Saludos y los publica, prácticamente todos dentro del Boletín porque los considera interesantes.

— ¿Se publican en algún otro lugar?
— En mis páginas de Facebook y de Twitter y, si es un tema principalmente local, lo cuelgo en páginas como “Segovianos por el Mundo” o, “Pueblos de Segovia”. Sin pedir amistad, ya tengo cerca de 500 seguidores.