
Los avances tecnológicos ahora también repercuten en el modo en el que se lee y en la manera en que los escritores se enfrentan a su trabajo. ¿Cambiará el papel del escritor en un mundo dominado por el algoritmo? ¿Habrá robots capaces de suplantarlos? Sobre esta cuestión debatieron este viernes las escritoras Carme Riera y Nuria Barrios, el novelista Javier Sierra y el especialista en derechos de autor, Javier Díaz de Olarte. La Biblioteca Pública de Segovia acogió este evento enmarcado en la XVI edición del Hay Festival 2021.
La tecnología, que evoluciona de forma continua, ha marcado los últimos tiempos. “Ya estamos leyendo textos escritos por máquinas”, explicó el editor y presidente del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO), Daniel Fernández. Esto forma parte de la llamada inteligencia artificial; las máquinas aprenden por sí mismas y tratan de competir con la inteligencia humana, lo que repercute de forma directa en el derecho de autor, puesto que esos aparatos generan unas informaciones a partir de otras ya existentes.
El periodista y escritor Javier Sierra comenzó su intervención dando respuesta a la pregunta que planteó Fernández al comienzo del evento: ¿Los robots escribirán novelas? “Sí”, contestó de manera rotunda, a pesar de que puso en duda el valor de la información que estas máquinas generan, en ocasiones, a partir de fragmentos de Wikipedia o de Internet.
Sierra también hizo referencia a las conocidas como “granjas de bots”, que están determinando la política actual. “Países muy importantes de nuestro entorno se dedican a construir mensajes que lanzan a las redes sociales y que son capaces de polemizar”, explicó el novelista. Así, planteó la posibilidad de que en un futuro próximo algún discurso político se genere a través de robots que seleccionan parte de las intervenciones de otros grandes interlocutores.
Es aquí donde entró en juego una de las cuestiones principales: ¿quién tendría los derechos de una obra de un gran autor que ha creado una máquina? De acuerdo con Díaz de Olarte, “una máquina no puede poseer derechos”, por lo que se ha de poner el foco en la protección de “la creación autónoma o semiautónoma del robot”. Esto lleva al escritor a creer que en algún momento habrá que plantearse “si lo que estamos leyendo en la literatura es artificial o humano”.
En 1987, la escritora y académica de la RAE Carme Riera escribió un relato en el que ya hablaba de este asunto; una escritora deja el ordenador en reposo y al día siguiente detecta que su cuento ha sido escrito con fragmentos de otros autores. “En aquella época los ordenadores aún daban pánico y quizá por eso escribí ese texto”, declaró Riera. Pero destacó lo que todavía no son capaces de hacer: “Arreglar la sintaxis”.
De igual forma, la escritora Nuria Barrios puso como ejemplo al ganador del Premio Espasa de ensayo de poesía 2020, el venezolano Rafael Cabaliere, que tiene cerca de un millón de seguidores en Twitter, donde publica cada día un poema. “No pudieron localizarlo, ni siquiera lo conocían, por lo que empezó a correr un revuelo de que era un robot”, aseguró Barrios. De ser así, se trataría de un robot escritor, no de un gran creador, aunque “la creatividad no es sinónimo de éxito”, añadió. Esto lleva a la también traductora a considerar que, si generan contenidos susceptibles de ser encuadernados, sí existen robots escritores.