Interior de la iglesia de Santa Eulalia.
Interior de la iglesia de Santa Eulalia.

La Diócesis de Segovia celebra cada año La Catorcena, fiesta de profunda significación eucarística que fue instaurada como expiación de una profanación del Santísimo Sacramento que tuvo lugar en 1410. Esta fiesta de La Catorcena, tiene, por lo tanto, un trasfondo histórico y teológico.

Carácter histórico de La Catorcena: Los sucesos de Corpus Christi

Durante la minoría de Juan II (1406 y 1419) se acusó a varios judíos segovianos de haber profanado en su Sinagoga mayor una forma consagrada. “Según el relato del fraile franciscano Alonso de la Espina incluido en su Fortalitium fidei contra iudeos, sarracenos aliosque christiane fidei inimicos, es decir, “La fortaleza de la fe contra los judíos, musulmanes y otros enemigos de la fe cristiana” un grupo de judíos segovianos compró a un sacristán una forma consagrada para profanarla en su sinagoga. Tras intentar sin éxito quemarla y temerosos de las consecuencias, estos judíos decidieron entregar la forma al prior del monasterio dominico de Santa Cruz de Segovia. Éste lo denunció entonces al obispo segoviano Juan Vázquez, que a su vez informó del hecho a la reina Catalina de Lancaster, madre y tutora de Juan II que se encontraba en ese momento en la ciudad. Las autoridades detuvieron a los acusados que fueron sometidos a tormento. Entre los detenidos se encontraba Meir Alguadex, médico del difunto Enrique III, que en su testimonio dijo haber asesinado también al monarca. Tras ser declarados culpables, los reos fueron arrastrados por la ciudad y desmembrados. Como el obispo segoviano, según continúa narrando Espina, quería profundizar en la investigación de los hechos, los judíos sobornaron a su maestresala para que le envenenara. Descubierta la conjura, al maestresala y algunos judíos fueron ejecutados, huyendo otros de la ciudad” (1). Esta descripción ha de ser leída con precaución a causa del antisemitismo del autor. Fue redactada hacia 1460 posiblemente en Segovia y publicada en Lyon en 1511 (2).
Segovia vivía tiempos de hostilidad hacia la comunidad judía y la consecuencia por parte de las autoridades fue la expropiación de su Sinagoga mayor que fue entregada al obispo de Segovia que la consagra como iglesia bajo la advocación de Corpus Christi. El obispo se la entregó a la abadía agustina de Santa María de Párraces. En 1571 “Manuel del Sello con su hermano Antonio del Sello y Juana de Tapia su mujer, compraron la casa y ermita de Corpus Christi a los canónigos de Párraces que la poseían desde el milagro del sacramento y fundasen un convento de la Penitencia (…) Compróse la casa, y dispuesta la habitación lunes trece de enero de mil y quinientos setenta y dos años” (3). Actualmente pertenece la comunidad de religiosas clarisas franciscanas.

Carácter teológico de La Catorcena

La expropiación de la Sinagoga mayor no solo trajo su conversión en iglesia bajo la advocación de Corpus Christi, también, la festividad litúrgica anual denominada Catorcena. Este nombre viene del compromiso de las catorce parroquias de la capital, existentes entonces, de exaltar la presencia de Cristo en la Eucaristía en acción de gracias por el milagro eucarístico. El año anterior al de su Catorcena la parroquia celebra en la misma semana la Reseña y las parroquias de Santa Eulalia, Santa Columba y San Martín, celebran además anualmente, la fiesta de la Catorcenilla. En el caso de la parroquia de Santa Eulalia fue por privilegio dado por el rey Enrique IV al constituir la Real Cofradía del Santísimo Sacramento. Se desconoce el motivo de este privilegio, pero quizá tengamos que ponerlo en relación con el hecho de que este monarca tenía en estos barrios sus palacios o residencias. En San Martín el conocido como “Palacio de Enrique IV” y en la parroquia de Santa Eulalia, el rey tenía su casa de recreo o de caza en el lugar conocido como “El Campillo”.

Los días de la Catorcena son unos días fundamentalmente eucarísticos en las parroquias a las que corresponde su celebración que congrega a los fieles a la adoración de Jesús Sacramentado, celebración solmene de la Eucaristía y procesión del Santísimo.
La manera de regular esta devoción en torno al Santísimo fue a través de las cofradías sacramentales en las parroquias. Además, en 1648 el obispo fray Francisco de Araujo aprueba las Constituciones de la Venerable Congregación Sacerdotal de Nuestra Señora de La Fuencisla y Señor San Pedro de la ciudad de Segovia, con el objeto de mantener y documentar la tradición de la Catorcena de Segovia. En el primer capítulo de estas constituciones se dice que “tiene por objeto continuar las Funciones de la Catorcena, para desagraviar a Jesús Sacramentado, conservar el espíritu sacerdotal entre sus miembros y prestar los socorros espirituales después del fallecimiento”.

Iglesia de Santa Eulalia.
Iglesia de Santa Eulalia.

La “Catorcena Grande” y la” Catorcenilla” en la parroquia de Santa Eulalia
Santa Eulalia se encuentra en el conocido como Arrabal Grande del Mercado y era el mayor de los arrabales segovianos regado por el arroyo Clamores, motor de la antigua industria pañera. La iglesia, en su origen, era de estilo románico y ha tenido diferentes transformaciones especialmente en el siglo XVII. No se tiene certeza de la fecha de inicio de esta celebración de la Catorcena que habría que situarla en la segunda mitad del siglo XV. En el año 1470 el rey Enrique IV funda en la parroquia de Santa Eulalia la Real cofradía del Santísimo Sacramento: “En santa memoria que reynó y vivió en esta ciudad por los años de 1470 según aparece en el libro más antiguo con el que se ha gobernado dicha cofradía y de la perpetua tradición de los hermanos individuos de ella quienes han seguido en ese concepto”.

Este libro antiguo de la cofradía da comienzo el 23 de mayo de 1586 y en él no se deja constancia de la fundación Real de esta cofradía por el rey Enrique IV, pero sí se refiere al privilegio dado por el rey de la celebración anual de esta festividad con respecto a las demás parroquias “en la fiesta de desagravios de Cristo Sacramentado”. Según dice el texto, no se conserva el privilegio original dado por Enrique IV “aunque para ello se han practicado las posibles diligencias y se persuade a que si hubo alguno que acreditase esta tan antigua como Real Fundación se había perdido por el poco cuidado y celo en la custodia de los papeles”.

Desde la cofradía se realizó una búsqueda de datos y se encuentran que “en la página 99 hecha el 2 de mayo de 1688 ser fundación del señor rey don Enrique IV siguiendo esta expresión en todas las demás hasta la conclusión de dicho libro: de que se infiere haber tenido su origen en tan sagrado y piadoso celo como manifestó este cathólico monarca al señor Sacramentado cuando vivió en esta ciudad por los referidos años: es sin duda que, habiendo hallado nuestros predecesores noticia de esta verdad y notado el descuido que se había padecido en honrar su establecimiento y fundación con la augusta memoria del rey don Enrique 4º determinaron no se contiene en ninguno de los acuerdos esta tan importante noticia que han seguido constantemente en todo, ellos, lo que se observara en adelante por los hermanos secretarios de esta cofradía”.

Tanto en el libro de los acuerdos de 1586, 1688 y 1776 se deja constancia del testimonio de la fundación Real de la Cofradía del Santísimo Sacramento de la parroquia de Santa Eulalia, así como el privilegio de celebrar la Catorcenilla: “Porque no es verosímil que una fundación de esta clase y tan antigua como acredita la preferencia en su función anual a las demás parroquias en la fiesta de los desagravios de Cristo Sacramentado”. Otro dato a tener en cuenta referido a esta fundación es el asiento que nos ofrece un inventario de 1716 donde se deja constancia de: “Un frontal de altar mayor rico, encarnado con su cenefa izo de bordado de imaginería con sus reales y es el que sirven al terno del Rey don Enrique”.

El 26 de septiembre de 1772 el obispo don José Martínez Escalzo realiza visita pastoral en la parroquia y observa que esta cofradía carece de constituciones pues se había gobernado mediante acuerdos entre los hermanos y deja constancia de la obligatoriedad de tener unas constituciones para su gobierno. En virtud de ello se redactaron y aprobaron estas constituciones el 3 de febrero de 1776.

Iglesia de Santa Eulalia.
Iglesia de Santa Eulalia.

El patrón tradicional para los festejos nocturnos que acompañaban a las funciones religiosas era la iluminación de la torre y fachada principal de la iglesia con vasos o faroles de colores, el disparo de cohetes, músicas y bailes populares, el repique casi continuado de las campanas y la decoración de los balcones de los edificios que formaban la parroquia. La fiesta comenzaba la noche anterior con la iluminación de las casas de la parroquia, en lo que se consumía gran cantidad de cera. El domingo, a primera hora de la mañana, los feligreses que vivían en las calles por donde iba a discurrir el cortejo procesional ponían colgaduras que, para decorar toda la fachada de la casa, desde el tejado hasta el suelo, con tafetanes, tapices y otros géneros que frecuentemente se alquilaban en Madrid y Valladolid. Terminaba la función religiosa, el refresco, la comida y el baile que alegraban la vida de sus gentes.

Con la celebración de la Catorcena era habitual la colaboración de las cofradías existentes en la parroquia para el gasto de cera, refresco, acompañamiento, etc. En el libro de acuerdos de la cofradía de Nuestra Señora del Rosario de la parroquia de Santa Eulalia, desde 1777, se recoge la reunión mantenida el 28 de marzo de 1812 donde se propone por parte de la Cofradía del Santísimo a la del Rosario, el adelanto de su festividad a la Catorcena y la ayuda económica. Con esta propuesta el párroco y diputados salieron de la sala de la congregación, se reunieron en la sacristía para deliberar la respuesta y someterla a votación. La cofradía del Rosario dispuso conceder el adelantamiento de la fiesta, el acompañamiento y cera, el gasto del predicador y la ayuda económica de 200 reales. En la historia más reciente, el 8 de septiembre de 1939 se incorpora por primera vez la cofradía de la Soledad Dolorosa a los actos de La Catorcena.

Era costumbre en las parroquias adheridas a esta fiesta de la Catorcena, aprovechar el año correspondiente y el previo para realizar obras de mejora en el templo. En el libro de cuentas de la Catorcena que da inicio en 1771 se deja constancia de obras de albañilería, trabajos de platería, dorados en las imágenes, arreglo de puertas, el dorado del Santo Cristo de la Esperanza, vestimentas litúrgicas, el embaldosado, empizarrado y blanqueo de la iglesia y en los últimos años importantes obras en capillas o en su arquitectura.

¿Cuál es el sentido de las catorcenas?
La festividad de la Catorcena, desligada ya de su significado original, aúna el carácter histórico y teológico en torno al culto y exaltación de la presencia de Cristo en la Eucaristía. Como cofradía estrecha los gestos de fraternidad, ayuda en la mejora de templos y su ornamentación, se organizan actos culturales y, sobre todo, mantiene vida la fe en torno a la Eucaristía siendo una de las celebraciones religiosas y festivas de mayor tradición en la ciudad.

0330Este año corresponde a la parroquia de Santa Eulalia la celebración de la “Catorcena Grande” frente la “Catorcenilla” y es un símbolo de identidad de los barrios y sentimiento común entre los segovianos, un acontecimiento excepcional que revitaliza nuestra fe hondamente sentida y vivida en torno a la Eucaristía.

(1) Bartolomé Herrero, B. (2012). El patrimonio judío de la ciudad de Segovia. Empresa Municipal de Turismo. Ayuntamiento de Segovia. Segovia, pp. 17-18. La historia también fue recogida, entre otros autores, por Garcí Ruiz de Castro Comentarios sobre la primera y segunda población de Segovia (1551), Diego de Colmenares Historia de la insigne Ciudad de Segovia y compendio de las historias de Castilla (1637) y Gabriel María Vergara Martín Tradiciones segovianas (1921).

(2) Ruiz Hernando, J.A. (2008). El barrio de la Aljama hebrea de Segovia. Caja Segovia. Obra Social y Cultural. Segovia, p. 180.

(3) Colmenares, de, D. Op.cit., p. 321.