Hace un buen número de años, cuando el cambio climático sólo era una frase y el progreso quedaba demasiado lejos, se manejaba con cierta frecuencia la expresión de que “en Segovia solamente hay dos estaciones: invierno… y la del tren”. Más allá de la exageración de la frase, quedaba el hecho cierto de que la estación de ferrocarril que se ubicaba en la avenida Obispo Quesada formaba parte del paisaje de la ciudad, aunque durante su construcción no fueron pocos los segovianos que expresaron sus quejas por la lejanía de la construcción que diseñó Gumersindo Canas y dirigió el ingeniero Miguel Muruve y Galán (al estilo de la estación de Granollers), y se inauguró el 1 de julio de 1884, hace ya 140 años. Evidentemente el crecimiento de la ciudad fue acallando las críticas.
La instalación se inauguró el 1 de julio de 1884 con el Segovia-Medina, y cuatro años más tarde acogió los primeros trayectos a madrid por villalba
Aunque en un principio la línea no tenía un gran interés para la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, conocida como ‘Norte’ y que fue la promotora de la construcción, el hecho de que fuera el camino más corto para llegar a Asturias y Galicia desde Madrid, puesto que existía un trazado que llegaba a Medina del Campo vía Ávila, llevó a que paulatinamente el número de viajeros fuera lo suficientemente amplio como para que casi cuatro décadas más tarde el Rey Alfonso XIII ordenara la construcción en el recinto de una Sala Regia para descansar en sus visitas a la ciudad, en una obra que se prolongó durante dos años, de 1911 a 1913, época en la que también se llevó a cabo la pavimentación del patio de viajeros para evitar el mucho polvo que se producía.
También fue reformada en 1926 cuando se construyó la marquesina y se ampliaron las instalaciones. En los años 40 se edificó el pabellón de correos. En 1991 se realizó una profunda reforma tras la que se descubrió al público la Sala Regia.
MÁS DE 40 AÑOS DE ESPERA
Precisamente la presencia de esa Sala Regia fue la que impulsó la incoación, en noviembre del año 1982, del expediente para que la estación se incluyera en la lista de los Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Cultura con la categoría de monumento. Pero, como las cosas de palacio suelen llevar una velocidad distinta a la de la vida, el expediente se quedó durmiendo el sueño de los justos, y ya cumple 42 años así.
Cierto es que la simple incoación del expediente ya le aplica al bien patrimonial, con carácter preventivo, toda la protección jurídica prevista en las leyes, y que la Estación de Ferrocarril sí está incluida en la lista de Bienes de Interés Cultural de la Junta de Castilla y León, pero 42 años de expediente abierto son muchos años, y por ello hace cuatro se impulsó por parte del Partido Socialista en la Comisión de Cultura de la Junta de Castilla y León una Proposición no de Ley para instar al Ministerio de Cultural a resolver un papeleo que por entonces acumulaba un retraso de ‘sólo’ 38 años.
Todos los partidos políticos con representación en la Comisión de Cultura se pusieron de acuerdo en trabajar para superar la maraña burocrática y la Proposición No de Ley salió adelante, dejando claro que la petición iba dirigida al Ministerio de Cultura, puesto que la antigua estación ferroviaria es de titularidad estatal, gestionada por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif).
CERRANDO PUERTAS Y VENTANAS
Pero desde aquella Proposición No de Ley del año 2020, hasta agosto de 2024, pocas cosas se han movido en lo que se refiere a la declaración de Bien de Interés Cultural para la estación de ferrocarril, a la que la llegada de la Alta Velocidad y el hecho de que sea estación de destino y no de paso ha ido relegando poco a poco, sino al olvido porque sigue habiendo actividad, sí a un cierto abandono que en 2021 obligó a Adif a cerrar la fachada y el interior de los edificios que conformaban la estación cubriendo los vanos y entradas con chapas metálicas desmontables, en una decisión que entidad responsable de este inmueble justificó “por la necesidad de tomar medidas de protección debido a las repetidas acciones vandálicas que desde hace aproximadamente dos años ha venido soportando la estación de Segovia Centro”, según explicó un portavoz de Adif a esta Redacción.
Chapones desmontables en las cristaleras y puertas tanto en el edificio de viajeros como en el que se situaba enfrente, supusieron una cierta mejora en la seguridad del edificio, que no en sus aledaños, con graffitis en los vagones (¿abandonados?) así como en las ventanas tapiadas del edificio, lo que aumenta la sensación de abandono de la instalación, que cuenta con cinco vías de las que sólo funcionan dos, y tres andenes.
A finales de 2021, una propuesta de Podemos-Equo en el Ayuntamiento de Segovia para impulsar la revitalización de la Estación de Ferrocarril a cuenta de los fondos europeos fue aprobada por unanimidad por los grupos del Ayuntamiento de Segovia, y no faltaron voces como la de Asociación Amigos del Ferrocarril Ciudad y Tierra de Segovia, el colectivo que más interés ha mostrado en devolver a la estación de tren el esplendor de antaño, que instaron a que la rehabilitación fuera emprendida cuanto antes con el fin de proteger las instalaciones. Pero de nuevo el camino de las palabras a los hechos volvió a ser demasiado largo, y la estación de ferrocarril se mantiene con su maleza, sus vagones abandonados y sus graffitis en puertas y ventanas, a la espera de tiempos mejores.
EL APUNTE
El Real Decreto 111/1986, de 10 de enero, de desarrollo parcial de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español establece en su artículo 12 que ‘De acuerdo con lo previsto en el artículo 6.b) de la Ley 16/1985, corresponde al Ministerio de Cultura tramitar los expedientes para declarar de interés cultural los bienes integrantes del Patrimonio Histórico Español adscritos a servicios públicos gestionados por la Administración General del Estado’
LA MITAD DE FRECUENCIAS
La línea Segovia-Cercedilla, la 53 en la lista de líneas de Renfe, que se extiende hasta Madrid, cuenta actualmente con 26 frecuencias semanales, una reducción significativa en comparación con las cifras anteriores a la pandemia, cuando las frecuencias eran el doble. Los ingresos de esta línea no llegan a cubrir apenas un tercio de sus costes, registrando un déficit anual de alrededor de medio millón de euros desde hace cuatro años. Debido a estas dificultades, la línea sigue siendo considerada una Obligación de Servicio Público debido a su importancia para la conectividad de los pueblos de la sierra con Segovia y Madrid.
Y por ello el pasado mes de marzo, se llevó a cabo una reunión entre la Asociación Amigos del Ferrocarril Ciudad y Tierra de Segovia, los alcaldes de los municipios de la línea Segovia-Cercedilla, y el representante institucional de Renfe en Castilla y León, Teodomiro González. La diputada de Asistencia a Municipios e Igualdad, Pilar Martín, también estuvo presente para escuchar en las demandas de los usuarios de los trenes de Cercanías y Media Distancia.
el billete desde segovia a cercedilla tiene un coste de 3,80 euros y existe un abono mensual de renfe para esta línea con una reducción del cincuenta por ciento, ya que está subvencionado por las dos comunidades
Los representantes locales manifestaron su preocupación por la conservación y mejora de la línea ferroviaria, y el representante de Renfe, Teodomiro González, aseguró que no se desmantelará ninguna línea y se buscará potenciar las existentes, con tres frecuencias de lunes a jueves, cuatro el viernes y cinco los sábados y los domingos y festivos, insistiendo los usuarios y alcaldes en la necesidad de aumentar las frecuencias de los trenes.
Durante la reunión, también se abordaron las dificultades y confusiones relacionadas con los transbordos en Cercedilla y las diferencias entre los bonos de viaje entre Segovia y Cercedilla en comparación con los trayectos hacia Madrid. Actualmente el billete desde Segovia a Cercedilla tiene un coste de 3,80 euros, puesto que la línea está incluida en el Convenio de Transportes firmado entre Castilla y León y Madrid, gracias al cual el abono mensual de Renfe para esta línea tiene una reducción en el precio de aproximadamente el cincuenta por ciento de su precio original, ya que es subvencionado por ambas comunidades autónomas.
Para enfrentar estos desafíos, se propusieron varias soluciones durante la reunión. Entre ellas, se destacó la necesidad de incrementar los trenes durante las épocas estivales y proporcionar ayudas económicas a los vecinos que utilizan el tren de manera regular. También se discutió la posibilidad de introducir trenes turísticos o lanzaderas con trayectos constantes, lo que podría atraer más usuarios y aumentar los ingresos.
Otra cuestión abordada fue la necesidad de mejorar la infraestructura de la línea. Se solicitó a Renfe que traslade a Adif la necesidad de arreglar apeaderos y señalizaciones en las estaciones, esenciales para garantizar la seguridad y la comodidad de los pasajeros, así como para atraer a más usuarios.