Juan Manuel Bonet ofreció una ponencia sobre el paisaje castellano

Alrededor de 70 personas asistieron al coloquio del director del Instituto Cervantes en París, que aludió al trabajo de artistas en el tema de Castilla durante los siglos XIX y XX

Juan Manuel Bonet, director del Instituto Cervantes de París, ofreció ayer una ponencia titulada “Pintura y poesía de la meseta castellana”, en la iglesia de San Quirce y con motivo del Curso de Pintores Pensionados en Segovia.

Bonet expuso el paisaje de las dos castillas, recordando a pintores, poetas, dramaturgos y fotógrafos que retrataron en su tiempo aquel paisaje plano, de tierra ancha, castillos en ruinas y ciudades muertas. Comenzó hablando de Velázquez y otros pintores del 98, como Ignacio Zuloaga. En cuanto a poetas, leyó algunos poemas de Antonio Machado, como referente en Segovia, o Enrique de Mesa como referente en El Paular.

Poetas como Carlos de Jaes o Darío de Regoyos, y poetas como Pío Baroja o Unamuno supieron retratar a la perfección el paisaje castellano en sus obras aún siendo de la periferia de España, algo que Bonet quiso destacar en su ponencia a la que asistieron alrededor de 70 personas, entre amantes del arte, público en general y alumnos del Curso de Pintores Pensionistas.

En los años 20 y 30, artistas modernos como el escultor toledano Alberto Sánchez y el pintor manchego Benjamín Palencia, crearon la Escuela de Vallecas, antes pueblo de la periferia madrileña. También Sánchez, en su exilio a Moscú, retrató, con ayuda del director de cine soviético Grigori Kózintsev, el paisaje de La Mancha en la estepa rusa, con una versión del conocido Quijote.

En la posguerra, artistas como el pintor Juan Manuel Díaz Caneja destacaron por recordar el paisaje castellano en la memoria, en su estancia en la cárcel por sus ideales comunistas.

Bonet también hizo referencia al Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, que miraba hacia el paisaje castellano. Poetas como Blas de Otero, Unamuno, Claudio Rodríguez o Francisco Pino supieron plasmar en sus poemas el paisaje castellano, transmitiendo al lector aquellas anchas llanuras que caracterizan el centro español. No faltaron las alusiones a fotógrafos como Gabriel Cualladó, recogió en sus instantáneas la Castilla más pura, a finales del siglo XX.

En definitiva, Bonet buscó seguir la constante castellana y reivindicó la búsqueda de raíces en ambas castillas.