
Juan Carlos Monroy Jiménez es el nuevo concejal de Cultura de Segovia pero no es un desconocido en el ámbito cultural de la ciudad, donde en los últimos ocho años ha ejercido como gestor cultural independiente antes de entrar a forma parte del equipo de gobierno del Partido Popular que dirige el alcalde José Mazarías. Nacido, y bautizado, en Sepúlveda, donde su padre, guardia civil, estaba destinado en ese momento, a los dos años la familia se trasladó a la capital segoviana y desde entonces, en 1972, su barrio ha sido El Carmen, aunque pasó una larga temporada en Madrid como publicista y cosechó importantes premios en creatividad, entre otros dos leones en Cannes. Es, además, autor de dos novelas: ‘Yo maté a Kaulak’ y ‘La palabra sexo en el título vende más’ y de dos libros de relatos: ‘Relatos con alma’ y ‘Las manos llenas’.
—¿Cómo fue ese proceso de la publicidad a la gestión cultural?
— Estudié Marketing y Comunicación en una escuela privada en Madrid, entre 1989 y 1992 pero al terminar coincidió con una crisis económica y era bastante complicado entrar a trabajar en el ámbito de la comunicación. Acababa de abrir la Facultad de Publicidad en Segovia, entonces dependiente de la Universidad Complutense, y me reenganché a esa formación, también para obtener el título oficial. Hice la carrera en cuatro años en lugar de cinco porque cursé 4º y 5º el último, un curso por la mañana y otro por la tarde. Ese mismo año encontré trabajo en Madrid, en el ámbito de la comunicación, donde estuve 25 ó 26 años. Regresé a Segovia hace ocho años y, como siempre había tenido la cultura muy presente en mi vida, hice un máster en gestión de dirección de proyectos culturales y gestión de recursos culturales y desde entonces he combinado ambas facetas, la de comunicación y la de gestor cultural.
— Además, el Ayuntamiento de Segovia no le resulta desconocido porque ha trabajado en el anterior mandato para la Concejalía de Participación Ciudadana, algo que no pueden decir otros compañeros y compañeras del equipo de gobierno ¿no?
— Conozco los entresijos del Ayuntamiento porque he llevado la comunicación y actividades de Participación Ciudadana, principalmente creando contenidos orientados a los colectivos asociativos: asociaciones de vecinos y entidades inscritas en el Registro Municipal de Asociaciones y Entidades Ciudadanas (RMAEC). En el gobierno municipal hay compañeros que provienen de la administración pública y otros del ámbito privado, con lo cual yo creo que es bastante rico porque todos tienen algo que aportar.
— ¿Como gestor cultural, por ejemplo para el Palacio de Quintanar o Fundación Caja Segovia, entre otras entidades, durante los últimos años, qué aspectos ha observado, recogido, analizado que puedan servir ahora para desarrollar el proyecto cultural en el ámbito municipal en Segovia?
— Creo que Segovia, primero por su situación geográfica absolutamente privilegiada, porque está muy próxima a Madrid y también a Valladolid, una capital del Estado y otra de la comunidad autónoma, tiene mucho potencial y, por otro lado, es una ciudad Patrimonio de la Humanidad, con una serie de monumentos: los tres clásicos de Acueducto, Catedral y Alcázar pero, además, un entorno de edificios, la Muralla, rincones, parques, patios… que hacen que sea una joya en el ámbito patrimonial y con enorme potencial en el ámbito cultural, que la convierten en un referente muy atractivo. Para mí es importante desarrollar en mi propia ciudad lo recogido durante la trayectoria profesional, aportando los conocimientos adquiridos en comunicación, como publicista, y tratar de revitalizar aún más si cabe la cultura de Segovia desde otro enfoque. En eso estoy ahora como concejal de Cultura.
— Coincidiendo casi con la constitución y puesta en marcha de las nuevas corporaciones municipales en toda España han surgido varios casos de censura o de cambios de programación que se achacan desde algunos ámbitos políticos a cuestiones ideológicas. ¿Qué opinión le merece esta polémica reciente?
— La cultura en general siempre es muy sensible a este tipo de comentarios y opiniones. No voy a entrar en debates sobre censura sí o no. La cultura es libertad de expresión y ésta la recoge la Constitución. La interpretación que desde algunos sectores se hace de que algo se tiene que censurar, en una sociedad democrática, libre, abierta y madura como la nuestra, ahora mismo no tiene lugar pero la verdad es que nos encontramos con casos que no debería existir en esta sociedad. En todo caso, lo único positivo, si hay algo, es que genera un debate público sobre cultura. Ya está. Pero ante todo la cultura tiene que tener libertad de expresión. En el Ayuntamiento Segovia no se ha producido ningún conflicto por este tipo de cuestiones.