
Es uno de los nombres claves en la historia del rejoneo. De hacer su presentación en público con 12 años a pasar a ser figura con tan solo 17 y abrir cartel en corridas de tanta trascendencia como la Beneficencia o la Goyesca de Madrid. De ser discípulo aventajado de grandes maestros como Simao da Veiga o João Nuncio a torear en puntas en Pamplona o un ‘miura’ en Burgos. Sin antecedentes taurinos familiares, de una recomendación del torero sepulvedano Victoriano de la Serna, nace la inspiración de Josechu Pérez de Mendoza (Madrid, 1940), un rejoneador castellano con nombre de pelotari vasco que revolucionó el toreo a caballo, tal y como acuñaron crónicas en su primera salida en hombros por la Puerta del Príncipe de la Maestranza de Sevilla en 1958 tras la recomendación de Juan Belmonte. Además, cuenta en su haber con ser el primer rejoneador que abrió la Puerta Grande de Las Ventas.
Nacido en el barrio madrileño de Chamberí un 4 de julio y bautizado en la Iglesia de la Milagros, con apenas 15 días fue trasladado a Segovia. Aprendió a montar a caballo de la mano del director de la Escuela Española de Equitación en Viena (Austria), Alois Podhajsky. El 3 de mayo de 1953 debutó en Coca (Segovia) poco después de que De la Serna insinuara a su padre que tenía cualidades para el rejoneo y en su primer festejo actuó junto a Domingo Ortega, Antonio Bienvenida, Pedro Martínez ‘Pedrés’ y el torero de Sepúlveda, donde cortó dos orejas y un rabo a un ejemplar de Patas Blancas, que llevó por nombre ‘Comisario’. Al año siguiente sumó ocho paseíllos y el 23 de septiembre de 1956, con 16 años, llegó su presentación en Madrid. Una tarde en la que lidió un astado de El Pizarral de Casatejada, con el resultado de una vuelta al ruedo. Compartió cartel con los diestros Guillermo Carvajal, Antonio Vázquez y Mario Carrión.

PRIMERA PUERTA GRANDE DE LAS VENTAS
El 23 de mayo del 1957 regresó a Las Ventas para actuar en la corrida en honor del Sha de Persia, Reza Pahlevi, y la Emperatriz Soraya, los Reyes de Persia. Lo hizo acompañado de los toreros Antonio Chenel ‘Antoñete’, Antonio Vázquez y Joaquín Bernardo, con ejemplares de Jaral de la Mira. Aquel año sumó otro paseíllo en la Monumental de Madrid, el 8 de septiembre, en el que cortó dos orejas al toro ‘Pajarito’ de la ganadería de Tomás Prieto de la Cal; siendo el primer rejoneador de la historia en salir por la Puerta Grande de Las Ventas y fue llevado en volandas hasta la Plaza de Manuel Becerra. Aquella temporada la culminó con una veintena de festejos.
Ya en 1958, el 25 de mayo paseó otra oreja en Madrid de un astado de Alicio Tabernero, y el 12 de junio toreó en la Beneficencia, al lado de Manolo Vázquez, Ramón Solano ‘Solanito’ y Curro Girón. Según la ficha de aquella tarde documentada por el tratadista José María Sotomayor en su libro ‘Plaza de Toros de Las Ventas 1931-2014’, Pérez de Mendoza cortó una oreja y salió en hombros junto a Girón.

BELMONTE RATIFICA EL TRIUNFO DEL SEGOVIANO EN SEVILLA
El 5 de julio, fecha del Corpus Christi, en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla sucedió “algo que nunca podrá olvidar”, tal y como recoge ‘El Cossío’: “Aquel día brindando un par de banderillas al diestro Rafael Gómez ‘El Gallo’; toreando con su célebre jaca ‘Cotufa’ sin cabezada y al salir del par en elevada haciendo el cristo, la Real Maestranza se venía abajo. El presidente le concedió la oreja y como se resistía a dar la segunda que el público pedía con fuerza, el Pasmo de Triana, Juan Belmonte que se encontraba en el palco haciendo las funciones de asesor, se levantó y gritó al presidente: ‘¡Aquí en Sevilla mando yo y a ese torero se merece la segunda!’. Y así fue: Josechu Pérez de Mendoza como rejoneador y por primera vez en la historia abrió la Puerta del Príncipe de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. (…). Fue llevado a hombros hasta el Hotel Colón y al día siguiente la prensa resaltó el acontecimiento afirmando que un rejoneador castellano con nombre de pelotari vasco ha revolucionado el toreo a caballo”.
La cabeza del toro ‘Napoleón’, de Guardiola Soto, se encuentra actualmente en propiedad de la Real Maestranza de Caballería. Cinco días después volvió a Las Ventas para actuar en la corrida del Montepío de la Asociación Nacional de Veterinarios Titulares de Plazas de Toros. Dio una vuelta al ruedo tras lidiar un ejemplar de Herederos de Florencia J. de la Cerdilla.
1959, CAMPAÑA AMERICANA
Fueron años de acumular numerosos festejos y consecuentemente éxitos, en los que llegó recorrer prácticamente todo España con paso por ciudades como Barcelona, Valencia, Córdoba o Palma de Mallorca y “hasta llegó a torear en Pamplona cortando una oreja a un astado de la ganadería de Lisardo Sánchez, habiendo sido sorteado éste en puntas con los matadores”, sostiene ‘El Cossío’. Incluso dio el salto a países como Francia o Portugal; además de realizar en 1959 campaña americana con actuaciones en “Manizales, Medellín y Palmira”, tal y como recoge el crítico Pablo Pastor; y según ‘El Cossío’ en “la década de los 60 torea 12 corridas en Colombia, llegando a sustituir en alguna ocasión al maestro Antonio Ordóñez en Manizales. Josechu Pérez de Mendoza, durante la famosa ‘Guerra de Espuelas’ -por la que se vetaba de alguna manera al portugués João Moura, añadido a un brote de peste equina-, fue de los pocos rejoneadores que no tuvo reparos en torear junto a Moura en casi ocho festejos seguidos”.

INAUGURACIÓN DE LA PLAZA DE CUÉLLAR
Por otro lado, fue el primer rejoneador que pisó la actual Plaza de Toros de Cuéllar, diseñada por el entonces arquitecto municipal Elías Heredia, que se prolongó en tres fases entre los años 1958 y 1960. Aún en construcción, las fiestas de 1959 ya contaron con festejos en el nuevo escenario tras años llevándose a cabo en los ‘tablaos’ del coso de la Plaza Mayor. Pérez de Mendoza, según publicó Nuria Pascual Mayo en un completo reportaje en El Adelantado en 2009 que llevó el nombre ‘Una Plaza de Toros para la Villa’, actuó el martes 1 de septiembre -al parecer también hubo dos novilladas los días 29, 30 y 31 de agosto- “aunque no estaba anunciado” y “logró abarrotar los tendidos provisionales y fue él quien con su presencia en esta última novillada de feria bautizó la nueva plaza”.
Compartió cartel con el diestro Clemente Castro ‘Luguillano’. También hizo el paseíllo el 30 de agosto de 1960, junto al vallisoletano Pablo Yustos, con un exitoso balance de “dos orejas, rabo y la pata de los dos astados que lidió”, tal y como apunta la crónica de aquel día de José Galache en El Adelantado. Después, en diversos portales de información taurina viene expuesto el 1961 como el año de la inauguración oficial de la Plaza, aunque la principal referencia es la de 1959; de hecho la Peña Taurina ‘El Encierro’ de Cuéllar organizó en 2019 una exposición con motivo del 60 aniversario, con diferentes piezas gráficas para repasar la historia del actual coso.

UN FIJO EN LAS GOYESCAS
Pérez de Mendoza fue un fijo en las Corridas Goyescas de la plaza madrileña. ‘El Cossío’ remarca que «el domingo 25 de junio de 1961, participó en la Goyesca organizada por Joaquín Calvo Sotelo como director del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Con esta suma tres Corridas Goyescas consecutivas. En conmemoración de la coronación de Carlos IV, haciendo el paseíllo con la Duquesa de Alba, llegó a cortar un trofeo al toro de Amelia Pérez Tabernero«. Asimismo, como efeméride llegó a torear en Casablanca en homenaje a la coronación del Rey Mohamed V de Marruecos. De 1961 a 1964 pisó los principales cosos, de Cataluña a Andalucía, pasando por Madrid o Segovia. En la provincia también hizo gala de su rejoneo en localidades como Cuéllar, La Granja de San Ildefonso, Santa María la Real de Nieva o Riaza, además de la capital.

LA CUADRA SUFRE UN ACCIDENTE DE TRÁFICO
En 1964 tras torear en Salamanca el camión de la cuadra sufrió un accidente de tráfico, en el que murieron ‘Cotufa’, caballo insigne del segoviano, y ‘Tani’, y ‘Relicario’ y ‘Velázquez’, junto a otros dos, tuvieron secuelas irremediables. Pérez de Mendoza tuvo que cortar la temporada; lo que supuso un varón en su carrera. Regresó en 1966 hasta que en 1968 decidió retirarse. Después, entre 1975 y 1980, actuó de forma puntual.

CUADRILLA
Pérez de Mendoza estuvo acompañado por su cuadrilla que contó con Pedro Palomo, Manuel del Olmo y Pedro Martínez ‘Pedrillo’ como banderilleros. Fernando Aguado, padre del actual crítico y escritor taurino Paco Aguado, desempeñaba la función de mozo de espadas y Ciriaco, de mozo de cuadra; siendo los apoderados José Morales Mingorance, Ramón de Cea y Juan Palma.
LEGADO EN EL REJONEO
Entre sus aportaciones artísticas al rejoneo moderno, según destaca ‘El Cossío‘ están “el balaceo del tercio anterior del caballo citando de frente al toro, el galleo en la suerte de banderillas, el rejoneo a dos manos sin cabezada ni bridas en el caballo, banderillear a dos manos en dos tiempos- es decir poniendo la primera por la izquierda, cambiando de pata y mano el caballo, para luego poner después la segunda por el lado derecho – o introducir la Alta Escuela en la plaza conjuntamente con el rejoneador Ángel Peralta”.