La ciudad de Segovia ha perdido a uno de sus vecinos más ilustres: el pasado sábado, 9 de septiembre, fallecía a los 81 años José Miguel Merino de Cáceres, arquitecto que realizó numerosos trabajos que mejoraron notablemente el aspecto de Segovia. Sobre todo, en lo que se refiere a uno de sus más grandes monumentos y atractivos turísticos: el Alcázar, al que dedicó 50 años de su vida. No en vano, fue su Maestro Mayor (arquitecto conservador) y patrono. Durante este tiempo ha acometido numerosas labores de restauración y mejora en la fortaleza.
Su labor comenzó en 1973 como Maestro Mayor y en 1979, tras el fallecimiento del Marqués de Lozoya un año antes, le sucedió como Vocal del Patronato del Alcázar de Segovia por el Ministerio de Cultura. Entre los numerosos trabajos que ha realizado en este tiempo para la fortaleza destacan la reconstrucción del artesonado de Sala de la Galera, la restauración de la muralla sur de la Plazuela (y su continuación por todo el adarve hasta revellín) y la restauración de la Torre de Juan II. La cara sur del Alcázar aumentó en más de 15 metros su esbeltez gracias a su brillante intervención en el llamado Puente de Santa Bárbara.
Aunque quizás su obra cumbre en el entorno del Alcázar fue la recuperación y adaptación de la Casa de la Química, situada junto a la entrada del monumento, efectuadas en 1992 y 2020. Gracias a él, Segovia volvía a disfrutar de este emblemático edificio que supone el mayor exponente de arquitectura neoclásica en Segovia y que fue el Laboratorio del Real Colegio de Artillería, en cuyo interior enseñó el célebre químico francés Louis Proust. Hoy en día se ubican allí las taquillas del Alcázar.

La última de sus intervenciones en este monumento segoviano fue la controvertida remodelación de la Plazuela de la Reina Victoria Eugenia entre 2018 y 2021. Unos trabajos que no estuvieron exentos de dificultades, a causa de la pandemia, y de polémica por los daños irreparables que causaron en un pinsapo de más de un siglo de vida que, más tarde, tuvo que ser talado.
Sea como sea nadie puede negar que ha sido un grandioso Maestro Mayor. Quizá por ello el pasado mes de junio, durante el Día del Alcázar, se le hizo entrega de la Medalla de Plata del Alcázar en el momento de su paso a patrono emérito, ocasión en la que recibió un bonito reconocimiento por sus 50 años en la institución.

MÁS ALLÁ DEL ALCÁZAR
Pero la labor de este ilustre arquitecto no se limitó Alcázar. Dentro de Segovia también trabajó en mejorar otros edificios, como la rehabilitación de la fachada del Mediodía de la Casa de los Marqueses de Lozoya o su participación en los planes directores de la Catedral y los monasterios de Santa María de Palazuelos y Santa María del Parral. Ejecutó multitud de otras tareas en favor del Patrimonio Histórico de la ciudad que fueron claves para que fuera nombrada Patrimonio de la Humanidad en 1985.
Aunque José Miguel Merino de Cáceres también trabajó en otros provincias como Ávila o Toledo, no cabe duda de que en Segovia están algunos de sus proyectos más importantes. El patrimonio de Segovia y su provincia están, gracias él, mejor conservados. Y quizás suene a tópico decirlo, pero aunque ya no esté con nosotros, su legado permanecerá en la ciudad para siempre.