Indulto sí; indulto no. La eterna dicotomía que siempre surge cuando un astado destaca en la plaza por su comportamiento. Pañuelo naranja, con el que así se concede, o azul, que indica vuelta al ruedo al ejemplar. División de opiniones, que difícilmente pone a todos de acuerdo. La vara de medir de cada aficionado es distinta y la exigencia en criterios se guía por términos tales como bravura, presentación o juego en el picador, aunque en ocasiones también influye en el público la afinidad -sesgada- por una determinada ganadería o diestro en cuestión. En el Reglamento de Espectáculos Taurinos, regido por el Ministerio de Justicia e Interior en el BOE núm. 54, de 2 de marzo de 1996, viene expuesto que el indulto de reses está “encaminado a lograr una mejora de las ganaderías, pero exigiendo ciertas garantías para el acierto en la decisión, como son las de implicar a los participantes en la fiesta y al propio ganadero”.

Según el Artículo 83, en las plazas de toros de primera y segunda categoría, cuando una res por su trapío y excelente comportamiento en todas las fases de la lidia, sin excepción, sea merecedora del indulto, al objeto de su utilización como semental y de preservar en su máxima pureza la raza y casta de las reses, el Presidente podrá concederlo cuando concurran las siguientes circunstancias: que sea solicitado mayoritariamente por el público, que lo solicite expresamente el diestro a quien haya correspondido la res y, por último, que muestre su conformidad el ganadero o mayoral de la ganadería a la que pertenezca.

Ordenado por el Presidente el indulto mediante la exhibición del pañuelo reglamentario, el matador actuante deberá, no obstante, simular la ejecución de la suerte de matar. A tal fin, utilizará una banderilla en sustitución del estoque. Una vez efectuada la simulación de la suerte y clavado el arpón, se procederá a la devolución de la res a los corrales para proceder a su cura. En tales casos, si el diestro fuera premiado con la concesión de una o de las dos orejas o, excepcionalmente, del rabo, se simulará la entrega de dichos trofeos. Al indultar un astado, el ganadero debe reintegrar al empresario en la cantidad o porcentaje por ellos convenido.

Esta es la hoja de ruta de los indultos, una concesión que en las dos últimas décadas se ha visto incrementada en los ruedos; llegando a crearse el término de ‘indultitis’ o la ya habitual frase de “el indulto de todos los días”, bien por el trabajo desempeñado en las ganaderías -al correr o entrenar a los animales- que se ve reflejado después en el buen juego de los astados y/o por el relajamiento de criterios. En la provincia ha habido varios en los últimos años, pero también se produjeron algunos antes del actual Reglamento. Esta recopilación reúne algunos de los indultos más sonados, aunque no vienen recogidos todos ante la falta -en ocasiones- de mayor documentación.

1969: GABRIEL DE LA CASA EN SEGOVIA

En Segovia capital el recuerdo gira en torno a 1968, año en el que la corrida por San Pedro -29 de junio- resultó “memorable”, tal y como resumió el crítico Pablo Pastor en El Adelantado. Se lidiaron toros de Amelia Pérez-Tabernero y Gabriel de la Casa indultó a ‘Navajito’. El madrileño, que falleció hace un año -el 3 de marzo- a los 73 años, paseó aquella tarde “una oreja y los máximos trofeos simbólicos”. Festejo triunfal en el que Sebastián Palomo Linares también cortó tres orejas y rabo; y el segoviano Andrés Hernando, una.

EL SEGUNDO DE VÍCTOR BARRIO, EN PEDRAZA

Otra concesión del siglo pasado tuvo lugar en Pedraza en 1989, a cargo de Pedro Vicente Roldán, actualmente banderillero con toreros como Ginés Marín, a un novillo de la divisa de Teodoro Saénz de Miera. En este mismo coso, el segoviano Víctor Barrio, en su etapa como novillero sin picadores, también indultó a un ejemplar de Conde de Mayalde en 2009 y paseó hasta tres orejas y rabo. Fue el segundo de su carrera, tras el de Villanueva de Perales (Madrid) unos meses antes con la ganadería de Elisa Lucero (1 de mayo).

Ese mismo año, el francés de origen magrebí Mehdi Savalli fue el protagonista en una corrida que se celebró el 23 de agosto en Villacastín al hacer lo propio con el sexto toro lidiado del hierro de Adolfo Martín, de nombre ‘Repollito’, herrado con el 92 y cárdeno de capa. Cuatro orejas y rabo simbólico, en triunfo compartido con Fernando Robleño, que paseó tres. Por otra parte, diez años antes, en 1999, el salmantino Álvaro de la Calle entró en la historia de la fiesta de los ‘Santos Toros’ de Sepúlveda al indultar un novillo de Eladio Vegas.

Víctor Barrio, el mayoral de Baltasar Ibán, Domingo González, y Damián Castaño, en Cantalejo. / A.M.
Víctor Barrio, el mayoral de Baltasar Ibán, Domingo González, y Damián Castaño, en Cantalejo. / A.M.

TRES MÁS EN CANTALEJO

Cantalejo desde que el 9 de julio de 1999 estrenara su nueva plaza ha sido un desfile de las principales figuras del toreo del siglo XXI. Desde Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’, diestro que lidió el primer toro en el actual coso, a Jesús Janeiro ‘Jesulín de Ubrique’, Enrique Ponce, Julián López ‘El Juli’, Morante de la Puebla, José María Manzanares, Miguel Ángel Perera o Alejandro Talavante. Desde entonces, el ruedo briquero ha vivido importantes tardes y faenas repercusión, con numerosas vueltas al ruedo a los astados; así como indultos como el del 18 de agosto de 2011 a un toro de pelo sardo del hierro de Montalvo, de nombre ‘Naranjito’ y herrado con el 54, a cargo del albaceteño Miguel Tendero. Dos orejas y rabo simbólicos, en una corrida en la que compartió Puerta Grande con el recordado Iván Fandiño.

El 17 de agosto de 2014 volvió a darse esta acción con la ganadería de Baltasar Ibán y el toro ‘Provechoso’, con el número 16, cinqueño y negro de capa. El encargado de dar lidia a este ejemplar fue el salmantino Damián Castaño, que obtuvo los máximos trofeos, en una tarde en la que también actuaron los segovianos Javier Herrero, que resultó herido, y un arrollador Víctor Barrio, con cuatro orejas.

Alejandro Marcos simula suerte suprema ante ‘Destilado’ en la plaza de Cantalejo, tras la concesión del indulto. / A.M.
Alejandro Marcos simula suerte suprema ante ‘Destilado’ en la plaza de Cantalejo, tras la concesión del indulto. / A.M.

El último indulto secuenciado en Cantalejo y hasta la fecha en la provincia de Segovia fue el 16 de agosto de 2021, con la divisa de Domingo Hernández y el diestro salmantino Alejandro Marcos como ejes. De nombre ‘Destilado’, fue “un toro bien hecho, serio y tirando a astifino, que no pudo encontrarse con mejores manos”, resume la crónica de El Adelantado de aquel día; y añade: “Las de un salmantino que en cada muletazo pide un cuadro de Mario Pastor. Los remates por bajo y el empaque en cada pase son dignos de que queden inmortalizados en un lienzo. Toro y torero fusionaron su clase para consumar el indulto: un triunfo inapelable para Marcos y una vida al lado de un lote de vacas para el astado”.

El diestro francés Juan Leal, con las orejas y rabo simbólico en Riaza. / A.M.
El diestro francés Juan Leal, con las orejas y rabo simbólico en Riaza. / A.M.

DOS EN RIAZA

El coso de Riaza, que se levanta sobre su porticada Plaza Mayor, también ha sido testigo de dos concesiones en los últimos años. El domingo 20 de septiembre de 2015, ya fuera de los días de las fiestas de la Virgen del Manto y Hontanares puesto que la novillada fue aplazada previamente por lluvia, Daniel Menés indultó a ‘Martinete’, un utrero de Torrealba. Tres orejas y rabo simbólico computó el madrileño, en una tarde en la que Mario Alcalde fue herido y en la que Igor Pereira paseó dos apéndices.

Juan Leal, junto al ganadero José Escolar y el mayoral en Riaza, al conceder el indulto a ‘Cantito’. / A.M.
Juan Leal, junto al ganadero José Escolar y el mayoral en Riaza, al conceder el indulto a ‘Cantito’. / A.M.

La historia se repitió tres años después, el sábado 15 de septiembre de 2018, en esta ocasión con una corrida de José Escolar. El francés Juan Leal se encontró con ‘Cantito’, un toro cárdeno en negro, herrado con el número 34. “Importante fue el toro por el pitón izquierdo”, relata la crónica de El Adelantado; y continúa: “Leal abrochó la faena con circulares invertidos y un arrimón en una baldosa y cierto sector de la concurrencia se puso en pie para pedir el indulto. El torero aprovechó las arrancadas que seguía regalando el ejemplar para provocar el indulto y el presidente así lo concedió, causando división de opiniones. El diestro obtuvo los máximos trofeos, que paseó junto con el ganadero y el mayoral”.

‘ORÉGANO’, EL PRIMERO EN CUÉLLAR

El 31 de agosto de 2016 la plaza de Cuéllar vivió su primer indulto. Fue de la divisa gaditana de Lagunajanda y llevó por nombre ‘Orégano’. El diestro que lo lidió fue David Mora y salió en hombros junto al jienense Curro Díaz y el local Javier Herrero. Al año siguiente, la titular de la ganadería María Dolores Domecq, descubrió una placa en la plaza de toros para que quedara constancia de una corrida que fue historia de la Villa.

EL ESPINAR, NAVA DE LA ASUNCIÓN O AGUILAFUENTE

Otras concesiones de este siglo, se dieron en 2010 en Aguilafuente, en 2016 en El Espinar o en 2017 en Nava de la Asunción. El de Aguilafuente fue el 23 de octubre, en una corrida en la que tomó la alternativa el colombiano Juan Ortiz y en la que el madrileño José Ramón García ‘Chechu’ indultó un toro de Fernando Peña. De padrino de la ceremonia ejerció el diestro de Valdemorillo (Madrid) Julio Pedro Saavedra, vecino de la localidad segoviana desde hace años, en una tarde de triple triunfo.

En El Espinar se dio un hecho inusual el 14 de agosto de 2016, al indultar en su debut con picadores el local Jaime Rodríguez un novillo de El Parralejo, ‘Hechizo’, número 34 y negro. Por otro lado, el 18 de septiembre de 2017 el municipio de Nava de la Asunción acogió un festival para conmemorar el 50 aniversario de su plaza de toros y el madrileño Luis Miguel Encabo indultó un novillo de El Torreón. Dos orejas y rabo simbólicos, en un festejo en el que el portugués Víctor Mendes, Vicente Ruiz ‘El Soro’, José Pedro Prados ‘El Fundi’ y el novillero colombiano Leandro Gutiérrez se repartieron otros siete trofeos.