Hasta el año que viene San Mateo

El barrio de Nueva Segovia despide las fiestas dedicando el último día a su patrón, y con cientos de personas degustando su tradicional judionada en el patio de la iglesia

Las fiestas del barrio de Nueva Segovia llegaron a su fin tras poder disfrutar de cuatro intensos días repletos de actividades gastronómicas, deportivas, juegos infantiles, actuaciones musicales, de magia y humor.

La última jornada festiva estuvo dedicada a su patrón, San Mateo. El día grande de las fiestas del barrio comenzó con la misa solemne y con una procesión en la que cientos de personas acompañaban a su santo. Al ritmo de la dulzaina y el tamboril los vecinos y peñistas se posicionaban ante San Mateo, para dedicarle el tradicional baile de la jota. A lo largo del recorrido se pudieron oír varias voces alzadas que gritaban: “¡Viva San Mateo!”.

Tras finalizar la procesión, la reina de las fiestas, Fátima Barbao, la dama, Yoanna Aguilera, y dos componentes de la comisión de festejos, pusieron sobre sus hombros las andas para que el vecino del barrio, Jesús Durán, comenzara la subasta. Los devotos y devotas de Nueva Segovia muy animados en el acto, quisieron tener el placer de poder meter hasta el interior de la iglesia a su patrón, San Mateo, en vilo.

El alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes, la concejala de cultura, Clara Luquero, el portavoz del PP de la capital, Jesús Postigo y su concejal, Jesús Rivilla, tampoco se quisieron perder el día grande de las fiestas del barrio y estuvieron presentes en la misa, la procesión y posteriormente en la judionada.

“Es un barrio muy extenso, y no es fácil asumir esta posición y unirse como ellos lo han hecho”, declaró el Arahuetes.

150 kilos de judiones congregaron a más de setecientas personas en el patio de la iglesia para celebrar su tradicional judionada. “Llevamos trabajando desde las ocho de la mañana y hemos hecho un rico guiso con panceta, morcilla y otros muchos ingredientes”, señala el cocinero Urbano González. Con este año ya son 29, y los fondos que recaudan en esta comida popular están dedicados a las reformas y necesidades de la iglesia.

Con juegos, música y muchas risas, los vecinos se despidieron de San Mateo hasta el año que viene.