
La empresa adjudicataria del servicio de recogida de residuos está obligada por contrato a tener un stock de al menos un 5% del total de contenedores repartidos por la ciudad (más de 1.800) y reponerlos por deterioro, desgaste u otras causas que motiven la situación de fuera de servicio.
En este sentido, la quema de una treintena de contenedores, en su mayoría de papel/cartón, en menos de un año, ya que la instalación de los actuales se llevó a cabo en abril de 2021, genera un problema que puede repercutir económicamente en toda la ciudadanía, según señala el concejal Ángel Galindo, ya que a este ritmo “la tasa de reposición se va a superar” mucho antes de que se cumplan los diez años de contrato.
“Tengo que lamentar y rechazar que haya unos pocos que se divierten quemando contenedores que son de todos y generan un perjuicio a toda la ciudad”, afirma el edil de IU.