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Una de las actuaciones en La Alhóndiga. / NEREA LLORENTE

La 37º edición del Folk Segovia pone punto y final tras cuatro días de actividades con un éxito en organización y asistencia, a pesar de las imprevistos sucedidos y las restricciones impuestas por la situación general de la pandemia.

El veterano festival, que cuenta con el patrocinio del Ayuntamiento de Segovia, dio comienzo el pasado jueves y se despidió ayer tras dos conciertos de cierre en San Juan de los Caballeros a cargo del grupo vallisoletano Abrojo Folk y la formación segoviana Ruin Rapaz.

“Ha habido lleno en todos los espectáculos”, detalla la directora de Folk Segovia, Cristina Ortiz, que se enorgullece de la gran afluencia de público en todas las actividades.
En concreto, se han sucedido conciertos en diferentes localizaciones de la ciudad, dos talleres gratuitos y, por último, una feria discográfica y dos exposiciones dispuestas en las instalaciones de La Alhóndiga.

Así, centenares de personas han podido disfrutar de la la exhibición de instrumentos tradicionales del musicólogo segoviano Pablo Zamarrón, pero también de la muestra fotográfica titulada “Folk en el 84” de Paco Manzano, a los que Ortiz ha querido agradecer su colaboración.

No obstante, no olvida a todos los voluntarios que han trabajado desinteresadamente en el desarrollo del festival, pues “sin ellos, nada de esto habría sido posible”, declara la directora, que se estrena por primera vez en el cargo tras suceder a Jaime Lafuente.

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El grupo guadalajareño Las Colmenas en una de sus actuaciones/NEREA LLORENTE

Imprevistos y soluciones

Ha sido la primera edición que dirigía Ortiz, aunque ya contaba con la experiencia de haber programado otras actividades el pasado verano. “Estamos muy contentos”, indica la directora. Y es que, a pesar de que se enfrentaba a la organización del festival en una época ardua y complicada, “todo ha salido a pedir de boca, la gente ha salido muy contenta y agradecida”, añade.

Es cierto que Folk Segovia ha tenido que lidiar con constantes cambios de condiciones en las actuaciones y, sobre todo, con la “caída a última hora de dos grupos por temas relacionados con el Covid”, sostiene Ortiz. Un hecho inesperado que pudieron resolver rápidamente con la banda gallega Lume de Biqueira, que amenizó con sus gaitas y percusiones el Atrio de San Lorenzo; y, por otro lado, el grupo guadalajareño Las Colmenas, que sustituyó a Marala el sábado en La Alhóndiga. Sin embargo y tal como asegura Ortiz, no ha habido “ningún contratiempo mayor”.

El festival abre sus escenarios para “devolver al pueblo lo que el pueblo nos ha dado”

De este modo, en vista de lo enunciado por la directora y la gran cantidad de público de todas partes de España que ha asistido a las actuaciones, se puede determinar que la edición se ha resuelto con la mirada puesta en el futuro. Folk Segovia se despide de la ciudad con un ‘hasta pronto', pues tal como garantiza la directora, trabajará para que el festival “siga en boca de todo el mundo”.

“Hemos superado la prueba con creces, ha quedado una edición redonda”, sostiene. Todo con el objetivo de llenar Segovia a través de la música tradicional, una ciudad que siempre se ha implicado con el folclore. “Es importante devolver al pueblo lo que el pueblo nos ha dado”, considera la directora. Así, Folk Segovia es el festival que permite abrir los escenarios a la música tradicional de nuestros antepasados para que “como una rueda, vuelva al público, a nosotros”, concluye.