Milagros Marcos asegura que no se pueden aplicar criterios economistas cuando se gestiona para el medio rural. / KAMARERO
Milagros Marcos asegura que no se pueden aplicar criterios economistas cuando se gestiona para el medio rural. / KAMARERO

— ¿Qué balance puede hacerse de estos años al frente de la Consejería de Agricultura y Ganadería?
— El balance es positivo teniendo en cuenta que hay que seguir trabajado y mejorando. Es positivo porque hemos conseguido mejorar los elementos de gestión. En buena medida hemos ajustado todos los pagos pendientes con los agricultores y, además, derivados de la crisis económica. Por lo tanto, la cuenta con los agricultores y ganaderos está saneada. Todo esto lo hemos conseguido mediante medidas de gestión, ya que se han pagado en el mismo año de su solicitud las ayudas medioambientales en su mayor parte. Por otro lado el cambio de modelo ha ido evolucionando hacia lo que hemos denominado plataforma de competitividad, es decir trabajando en el marco de la cadena de valor. Todo esto es importante para que el sector primario consiga la rentabilidad que necesita con su trabajo, que haya equilibrio entre los tres agentes de la cadena de valor: el sector primario, la industria y la distribución. Hemos conseguido contratos a un año en el sector de leche de vacuno, algo histórico en este entorno; y además un compromiso por parte de la industria agroalimentaria de cubrir los costes de producción. Además se ha conseguido mejorar la información gracias al Observatorio de Precios, disponible para todos. Son solo algunas mejoras.

—Desde el PSOE se han pedido explicaciones sobre los expedientes de incorporación de nuevos agricultores ¿qué puede decirles?
— En Segovia en los siete últimos años se han incorporado 150 jóvenes, es decir, 21 al año. De todos un 17% eran mujeres, o sea, tres mujeres cada año. En estos tres años que llevamos de legislatura, en la región se han incorporado 205 jóvenes, 80 en las últimas solicitudes, es decir, 68 al año. Si se incorporaban 3 mujeres ahora se incorporan 14. Por tanto se están triplicando las incorporaciones y cuadruplicando las de mujeres.
En este tema sí quiero decir que es complicada la incorporación. Pero estamos trabajando para que el campo sea más atractivo para vivir y trabajar. Para ello estamos incorporando tecnología, agricultura de precisión, buscando proyectos de investigación que mejoren la competitividad. Es complejo, es cierto. Incluso trabajamos con la nueva PAC para que haya mecanismos que permitan el relevo generacional: que los mayores den paso a los jóvenes. Pero insisto, es necesario que haya explotaciones y que haya tierras a las que poderse incorporar, y para eso pedimos mecanismos en la nueva PAC que permitan facilitar ese relevo.

— Recientemente ha hablado de la necesidad de modernizar el medio rural ¿Se está logrando?
Por supuesto. Hemos regulado un nuevo decreto de concentración parcelaria y se ha creado una planificación estratégica para las inversiones en materia de regadíos. Hemos cambiado el sistema de formación, adaptándolo a las necesidades, haciéndolo más flexible, aprovechando nuestros recursos, nuestros centros de formación, de modo que en ellos no solo se imparte FP, sino también módulos vinculados a la formación para el empleo, por lo tanto más prácticos. Por otro lado hemos cambiado el modelo de investigación. Hay más de 120 proyectos en marcha a través del Itacyl, cuando la media estaba en los 30. Son proyectos elaborados a demanda del propio sector, con el que estamos trabajando de forma integrada. Por lo tanto son muy importantes para la investigación y para su desarrollo. Aún así, hay que seguir creciendo, trabajando y esforzándose realmente para que esa cadena de valor tenga un equilibrio estable en el futuro.

— ¿Qué situación presenta el vacuno de leche tras la desaparición de las cuotas lácteas?
— Hay que recordar que no se ha perdido cuota de mercado. El sector tiene la misma o mayor cuota de mercado de la que había antes de la crisis. La producción es superior a la media nacional y el precio está también por encima en este momento. Es cierto que teníamos que haber previsto antes la situación que se derivaba del fin de las cuotas lácteas, igual que se hizo con la remolacha: trabajar previamente con la industria para tener un contrato estable, una garantía, y sobre todo un control de la producción. No puede ser que de repente, con el fin de las cuotas, crezca el producto sin ir acompasado con una demanda. Eso es lo que ocurrió: creció mucho más la producción que la demanda. Es cierto que España es deficitaria en producto lácteo, pero no en leche líquida. Lo es en un tipo transformado que no se elabora habitualmente en España. Por lo tanto se están importando quesos de otros países, elaborados de una forma que nosotros tradicionalmente no hacemos. Por ello estamos dando formación a las industrias queseras para diversificar el tipo de producto e ir generando y sustituyendo lo que se importa por lo que se produce en Castilla y León.

— Otro sector en crisis es el ovino, que no deja de perder efectivos ¿Hay forma de que tengan unos precios rentables y garantizar así su futuro?
— Lo que se ha conseguido a través de la plataforma de competitividad es que todas las industrias de la Comunidad ofrezcan contratos de un año, de forma que en el cómputo total el beneficio esté por encima del coste de producción. Hasta ahora no se conocían los costes de producción, y ahora estamos ayudando a aquellas explotaciones cuyos costes están por encima de la media. Eso se está haciendo mismo con el ovino de leche. Para ello trabajamos con Interovic leche para conseguir el contrato estable a un año.

— ¿Se puede mejorar la identificación y el etiquetado en el cordero o el lechazo para evitar el impacto de las importaciones?
— Sí, de hecho firmamos un acuerdo con la IGP que utilizan la marca Tierra de Sabor para identificarlo. Otra cosa es que no haya producción suficiente en Castilla y León y se traigan de fuera. Hay controles estrictos, incluso en los camiones de transporte y en los mataderos para evitar que aparezcan con una identificación que no les corresponde. El que haya lechazo de otras zonas es lógico en un mercado global en momentos de mucha demanda. Lo cierto es que tienen que estar claramente identificados. Pero también los ciudadanos deben saber que el que lleva el sello Tierra de Sabor es lechazo de Castilla y León.

— Volviendo a la agricultura, un problema que arrastra es el escaso dimensionamiento de las parcelas ¿Hay posibilidad de reconcentrar parcelas que lo hagan más rentable?
—Sí, de hecho están comprometidas partidas presupuestarias. No solo eso, sino que además la nueva regulación prevé la posibilidad de que haya concentraciones voluntarias o de cooperativas. De este modo, si están de acuerdo los propietarios, se harán. La administración financia las obras de los caminos para que el coste sea el mínimo. En este momento se está trabajando en Segovia en todas las zonas posibles y especialmente en la zona del Carracillo. Aquí va aparejado con su sistema de riego y la modernización del regadío. De hecho ya está en tramitación, y en fase de información pública hasta el día 26 de este mes.

— ¿Cuándo podría verse materializado?
A partir de esa fecha tendríamos que enviarlo a la Consejería de Medio Ambiente para elaborar el informe ambiental y de ahí se envía a la CHD y ya podríamos iniciar la licitación. Nuestra idea es licitarlo este mismo año. De hecho hay 29 millones de euros previstos en los presupuestos.

—¿Incluyen las dos cosas: reconcentración y regadíos?
—Efectivamente, corresponden a la reconcentración y, en paralelo ir haciendo toda la modernización del regadío. Es un tema muy importante teniendo en cuenta las posibilidades que se abren en el territorio. Es la zona hortofrutícola por excelencia, que acumula un porcentaje muy importante del total, que permite la diversificación de los cultivos, y sobre todo la generación de empleo y asentamiento de población. Gracias a ello hay ya casi 17 habitantes por metro cuadrado frente a los 7 de media de Castilla y León.

— Entonces ¿hay margen para el crecimiento de la actividad agroindustrial?
—Una vez que se instale la modernización habrá margen más que suficiente para crecer en transformación y en envasados de productos de quinta gama. Es la garantía de futuro, posiblemente el mayor nicho de futuro y empleo en la provincia está en esta zona. Es lo que nos diferencia a Castilla y León en cuanto a calidad. Somos los primeros productores de puerro. El 50% de puerro nacional lo produce esta zona; y somos los segundos o terceros a nivel de producción de zanahoria. Además se pueden intensificar cultivos proteicos muy demandados tanto para el consumo humano como para animal. También será ventajosa para el territorio la producción de guisantes u otras variedades que además aportan nitrógeno al terreno y, por lo tanto, ayudan al medioambiente.

—La Consejería lleva tiempo apoyando a productores e industriales con sellos como Tierra de Sabor, pero ¿no existen demasiados sellos que despistan a los consumidores extranjeros y que dificultan la exportación?
—Es cierto que tenemos marcas regionales, provinciales y marcas territoriales. Hay muchas marcas para los mismos productos, como en los vinos por ejemplo. Pero cuando vendemos hacia el exterior, debemos hacerlo bajo la marca España, que es una marca de calidad. De hecho lo primero que hicimos con Tierra de Sabor para exportar fue ponerle la bandera de España y la frase ‘Heart of Spain’, es decir, corazón de España. Una cosa es el cariño que podemos tener a nuestra provincia o a nuestra Comunidad Autónoma, y otra lo que nos aporta negocio. Es en lo que tenemos que trabajar, aquello en lo que ayude a los empresarios a vender más, sin duda, la unión hace la fuerza.

— Entiendo que hay buena sintonía en este sentido con el Ministerio de Agricultura?
—Sí, desde luego que sí. En las ferias vamos conjuntamente, de forma integrada. Tierra de Sabor lleva la marca España cuando sale a los mercados exteriores.

—Regresando a Segovia, hace poco se quejaron alumnos del Centro Ecuestre de que no recibían clases prácticas por falta de medios. ¿Se ha solventado esta situación?
—Sí. Hubo un problema puntual que se solventó porque el módulo superior que implantamos requiere especialización y una categoría profesional que no estaba contemplada en la relación de puestos de trabajo de la Administración. Se ha dado una solución alternativa y ya se están impartiendo las clases con normalidad. La formación en el Centro Ecuestre es excelente. Este año ha habido un incremento muy importante. Partíamos de una media de 30 alumnos a tener otros 30 más estudiando o trabajando para obtener certificados de profesionalidad. El resto de actividades también se ha ido incrementado. Hay cerca de 150 alumnos en total: 42 de competición, 34 de formación, 22 de carácter social y 30 en actividades agrarias. Se ha potenciado la parte de formación en lo que es el incremento de alumnos, y por otro lado se está generando muchísima actividad general.

— ¿Ha sido acertado entonces el nuevo modelo de gestión del Centro Ecuestre?
—Ahora hay más actividad y eso se nota en la ciudad cada fin de semana. Hay muchos más concursos ecuestres. Todos los concursos internacionales o nacionales importantes se celebran en Segovia. La empresa que lo gestiona está generando una actividad económica y lógicamente la más interesada es la propia empresa.

— A su lado tenemos el Centro de Acuicultura ¿Está teniendo la actividad que tenía prevista?

— Es cierto que tenía poca actividad hasta ahora. Pero se está incrementando en un 80% la actividad y en un 40% el personal. Trabajamos ahora en varias iniciativas demandadas que pueden generar beneficios para el sector. Hay dos líneas principales. La primera para desarrollar alimentos para peces cuya proteína provenga de fuentes vegetales de Castilla y León, como alternativa a las harinas de pescado, y por tanto mayor rentabilidad para piscicultores y empresas productoras de pienso, porque se reduciría hasta en un 12% el coste del producto en origen. La segunda línea relevante es de investigación: son más de 49 proyectos que se realizan en las 9 piscinas que están funcionando. Se trabaja en la mejora de la sanidad de los peces a través de aplicación y estudio de nuevos productos y aditivos naturales para la prevención de enfermedades y reducción del uso de medicamentos. Por lo tanto, conseguiríamos productos más saludables y más seguros para el consumidor.

— ¿Se mantiene para los dos tipos de peces, agua dulce y salada?
—Sí. Están las nueve piscinas funcionando y hay proyectos en todas ellas. Además hemos incrementado un 40% la plantilla de investigadores y un 80% la actividad. Tanto el Centro Ecuestre como el de Acuicultura están abiertos y hay mucha actividad.

— El sector porcino no ve bien el decreto de purines que la Consejería ha aplazado un año. ¿Es preciso ponerlo en marcha?
—Sí. Hay que cumplir el protocolo de París y Europa exige su cumplimiento, aunque ha dado un plazo a las comunidades autónomas para su adaptación. Pero quiero mandar un mensaje de tranquilidad a los porcinocultores. Segovia es la primera productora de porcino en la Comunidad y en censo. El 1 de enero de 2019 entrará en vigor el decreto que limita la posibilidad de esparcir purines de forma aérea, pero se abre el plazo desde ese momento para que se inicien los procesos de transformación y adaptación de la maquinaria. En muchos casos no van a necesitar maquinaria nueva porque sí que se permite esparcirlo sobre cubierta vegetal y por lo tanto hay mecanismos de adaptación sencillos. Por otro lado, vamos a dar tiempo suficiente para que en función del Plan Renove que saca el Ministerio, se puedan hacer las adaptaciones necesarias. Por tanto, es cierto es que desde 2019 no se va a poder esparcir aéreamente y esto es razonable. Pero el resto de las prácticas habrá que irlas adaptando.

—Recientemente se han reducido los requisitos para autorizar las instalaciones ganaderas, según denuncian asociaciones ecologistas ¿Está de acuerdo?
—No. No se han reducido las exigencias. Lo que se ha hecho es simplificar los trámites. Las exigencias tanto para explotaciones ganaderas como para industrias agroalimentarias no son menores. Lo que hay es una simplificación en la tramitación administrativa. Documentos que antes requerían de varios meses (hasta nueve meses para la industria agroalimentaria) ahora se reducen a unas pocas semanas. Si en todos los sectores y en todas las áreas de actividad económica se lleva a cabo una simplificación administrativa, alguien tendrá que explicar por qué no tienen los mismos derechos las explotaciones ganaderas o el sector agroindustrial de la Comunidad de Castilla y León. La industria agroalimentaria representa el 10% de la industria de este país. Hablamos del 29% de la actividad económica y del empleo de la industria de Castilla y León y de un 5% del PIB. Es un esfuerzo muy importante por parte de los empresarios para garantizar una actividad que está totalmente vinculada al desarrollo de la agricultura y de la ganadería. La industria agroalimentaria y el sector primario están absolutamente ligados. Si queremos actividad económica —y lo vemos en el Carracillo claramente donde hay hasta un 16% más de población en el entorno donde hay regadío y donde hay actividad económica e industria— hay que facilitarlo. Por lo tanto que me digan cómo luchamos contra la despoblación ¿poniendo más trabas a quién quiere generar actividad económica en los municipios?

—Estamos a poco más de un año de nuevas elecciones autonómicas ¿Se siente animada para continuar en la política regional?
— Yo estoy animada para seguir ayudando a mi Comunidad Autónoma y seguir trabajando por Castilla y León, porque creo que merece la pena. Hasta donde las fuerzas me den y donde yo pueda aportar, desde luego que seguiré trabajando para ayudar a mis paisanos, que es al final a lo que nos dedicamos. Yo soy funcionaria, por lo tanto, en este momento lo que estoy es desarrollando una vocación de prestación de servicio público, que es muy interesante y estoy agradecida de poderlo hacer, lógicamente.

— Siguiendo en plano político ¿qué opinión le merecen las últimas encuestas, en las que se prevé que Ciudadanos aumente su peso en el panorama regional?
—Creo que hay que estar muy atentos a la situación política que vive España y al equilibrio entre las diferentes fuerzas. Sería una irresponsabilidad no tener en cuenta la evolución de otros partidos . Pero también creo que los ciudadanos de Castilla y León tienen claro qué partidos creen en el territorio, cuáles les pueden resolver los problemas y qué partidos no. Y está claro que el PP es el partido del campo, el que apoya la actividad agraria y ganadera, el que consiguió una PAC bien financiada; es el partido que está día a día tocando tierra y gestionando. Siempre es más complicado gestionar, que decir a los ciudadanos lo que quieren escuchar. Es más difícil gobernar que ser un gobierno o partido que nunca ha tenido que tomar decisiones. Cuando decides, siempre puede haber alguien que puede estar en desacuerdo. Un partido como Ciudadanos, que no cree en el medio rural, que tiene planteamientos solo economicistas, que plantea que para ser rentable no tenía que llegar el AVE a Castilla y León porque no hay población suficiente, que planteaba cerrar todos los pueblos (creo que de menos de 5.000 habitantes), que quiere eliminar las diputaciones… En cambio, el PP cree en el medio rural, en el territorio y además pensamos que tenemos libertad absoluta para vivir donde consideremos mejor. Lo que tienen que hacer los partidos políticos cuando gobiernan no es cerrar los pueblos, sino poner servicios para que haya igualdad de condiciones en la calidad de vida de las personas para que puedan vivir donde decidan. Es más costoso, desde luego. A Castilla y León le cuesta más mantener escuelas en municipios de pocos alumnos, claro; tener consultorios médicos en municipios, y somos los únicos en este país con consultorios en municipios de 50 habitantes. Nos cuesta más, pero queremos prestar servicios sociales en un territorio disperso. La solución de Ciudadanos es que todos vivamos en la capital de provincia. Pues sinceramente, yo no lo comparto.