
La escritora Espido Freire afirmó ayer en el Hay Festival de Segovia que “hay personajes a los que hemos caricaturizado que esconden verdades importantes y, al contrario, cuando mira hacia atrás, se da cuenta “cómo eran de ridículos alguno autores que ahora están de moda, como Hans Christian Andersen, que hasta Dickens se hartó de él”. En una conversación con Alberto Rey acerca del podcast que protagoniza esta autora ‘orgullos y prejuicios’, Freire añadió que, hace diez años nadie se acordaba de Emilia Pardo Bazán, “que tiene mil anécdotas, como que era considerada una vieja ridícula”.
En la línea de su podcast que, según reconoce, se acerca a algunos de los tópicos más inamovibles de esta sociedad, tan libre, tan moderna o tan desprejuiciada, solo en apariencia, quien saltó al panorama literario español al convertirse con 25 años en la ganadora más joven del Premio Planeta, ha reflexionado por qué “los mediocres son ascendidos antes que los inteligentes”.
Partiendo de que esos conceptos son “subjetivos y depende del afecto que tengamos a la persona”, Espido Freire considera que “la mayor parte de las cosas ocurren por azar y por estar en el lugar adecuado” y reconoce que lo que ella ha conseguido por su esfuerzo “ha sido poquísimo, no me ha ido bien este año pero no peor que otros, pero mi vida ha marchado mejor”.
Para la escritora, “tratar a los demás con respeto significa que tome sus propias decisiones, incluso aunque sepamos que se están equivocando, hemos venido a acompañar, esa especie de metiqueo en la vida ajena no sirve para nada, desde pequeña desarrollé una tendencia maternal, era Jennifer López pero a nivel bajo”.