El Consejo Consultivo de Castilla y León, en su dictamen a favor de la resolución del contrato a la Unión Temporal de Empresas Serunión S.A. – Grupo Lince Asprona S.L.U., da más relevancia a la sola aparición de una tuerca en la comida servida en un comedor escolar, que al tamaño que pueda tener el objeto extraño al menú y entiende que su hallazgo sugiere una negligencia que constituye un incumplimiento grave de la empresa encargada del servicio.
El dictamen, que fue emitido el pasado día 22 de octubre y cuyas conclusiones fueron avanzadas por esta redacción, coincide con la decisión de la Consejería de Educación de resolver con la empresa Serunión el lote 1 del contrato de gestión del servicio público de comedor escolar en centros públicos docentes dependientes de la Junta durante los cursos 2014-2015, 2015-2016 y 2016-2017, a raíz de la aparición, el pasado 14 de mayo, de una tuerca metálica en un plato de crema de hortalizas servido a los alumnos en el colegio de Palazuelos de Eresma.
El Consultivo precisa en su informe que la nota determinante del incumplimiento que ha dado lugar al procedimiento de resolución contractual “no es la forma, tamaño o peligrosidad del objeto encontrado sino la presencia misma de un objeto metálico en una comida servida en un comedor escolar, cuya ingesta reviste peligrosidad, con los potenciales riesgos que de ello podrían derivarse para la salud y la integridad física de los menores”. Reitera que “el simple hallazgo” en la comida servida en un comedor escolar de “un objeto que, en caso de ser ingerido, es potencialmente peligroso para la salud y para la integridad física”, al no haberse acreditado su origen o procedencia ajena a la concesionaria, “sugiere la existencia de una negligencia, fallo o control inadecuado en la trazabilidad y seguridad de los alimentos, desde su preparación hasta su destino final para ser servida y consumida por los usuarios del comedor escolar; deficiencia que constituye un incumplimiento grave de la concesionaria como responsable de la gestión integral del servicio público de comedores escolares”.
Deficiencia en la vigilancia Para la institución que preside Mario Amilivia y que también integran los consejeros Francisco Ramos y José Ignacio Sobrini, “esta deficiencia en la vigilancia de la adecuada gestión del servicio”, que ha impedido detectar en este caso concreto la presencia de una tuerca en una crema de hortalizas, “conlleva una perturbación grave, y no reparable por otros medios, del servicio público, en la medida que se ha quebrado la legítima confianza en la concesionaria para que pueda prestar adecuadamente el servicio”. El Consultivo entiende también, a pesar de las argumentaciones de la UTE concesionaria, que “no ha acreditado su capacidad técnica y organizativa para poder detectar y prevenir sucesos como el ocurrido”, ni parece estar garantizado que “un hecho de similares características no pueda producirse en el futuro; lo que compromete seriamente la prestación efectiva del servicio”.
Para el Consultivo los elementos probatorios aportados son insuficientes para demostrar la participación de escolares en la producción del incidente, y por tanto no son circunstancias exonerantes de la responsabilidad de la empresa.
El dictamen de la institución propia autonómica con sede en Zamora apunta que la medida resolutoria del contrato no se considera desproporcionada puesto que “la Administración ha de ser extremadamente exigente sobre las condiciones en las que los alimentos se sirven a los usuarios en los comedores escolares, pues está en juego la protección y salvaguarda de un bien jurídico fundamental como es la salud e integridad física de los menores escolares”.