
El verano es tradicionalmente un periodo lleno de actividad. El buen tiempo propicia unas calles llenas de gente con ganas de dejar atrás las malas temperaturas del invierno y los periodos lluviosos de la primavera.
El calor abre mil y una posibilidades que llevaban aparcadas durante meses en un cajón, pero de no guardarse de sus efectos negativos puede trasformar casi sin avisar una bonita velada en una experiencia malísima. Recurriendo al sabio refranero castellano, se podría decir que es mejor siempre prevenir que curar. Poner los medios antes de que se produzcan suele ser la forma más efectiva de no tener que terminar padeciendolos.
El periodo estival se ha abierto antes de lo esperado, dejando unas altas temperaturas que van a acompañar a la provincia durante los próximos meses. La actual ola de calor está dejando máximas de más de 35 grados, una situación que se va a repetir con seguridad varias veces durante el verano.
Como cada año, desde la Gerencia de Asistencia Sanitaria de Segovia realizan una campaña de concienciación para prevenir los riesgos que deja el calor extremo, así como actuar en caso de que estos se manifiesten.
Las enfermeras de Atención Primaria Marta Pérez de Cossio y Judit de Santos, que se encuentran dentro del Grupo de Educación para la Salud de Segovia, resumen los puntos más importantes de una campaña que pretende evitar unas consecuencias para la salud mucho más perjudiciales de lo que la mayoría de la población cree posible.
“Cuando las temperaturas son muy elevadas se produce una pérdida de agua, de iones y de electrolitos que hace que nuestros órganos no funcionen bien”, señala Judit de Santos, a la vez que aclara que las consecuencias del calor atañe a toda la población. “Todos podemos tener un golpe de calor”, afirma.
Especial riesgo con el que cuentan “las personas con edades extremas”, como son los niños, en especial los lactantes, y los mayores de 65 años. No son los únicos, y las personas con enfermedades cardiovasculares, respiratorias o mentales, dependientes o pacientes que están en tratamientos con determinados fármacos también tienen un riesgo añadido. “Esta campaña de prevención es importante. Cada vez los veranos son más largos y calurosos, aumentando el número de olas de calor. Los problemas que nos puede producir en nuestro organismo este incremento de la temperatura en el organismo son importantes. De hecho, desde el año 2000 casi 300 personas han perdido la vida en España por este motivo”, resume De Santos.
El inicio del verano suele ser un momento especialmente propenso en la organización de marchas, excursiones o competiciones deportivas, actividades que pueden suponer un motivo de riesgo. Aparte de la indicación de intentar desplazarlas a otras fechas con mejores condiciones, las enfermeras de Atención Primaria recuerdan la necesidad de hidratarse de forma continua y evitar las peores horas de sol.
Hay que recordar que, contrariamente a lo que se cree, las bebidas alcohólicas tienen un efecto deshidratante, por lo que si se va a tener una larga exposición al sol lo mejor es mantenerlo lejos hasta encontrar un momento más adecuado.
Por su parte, Marta Pérez de Cossio recuerda que la mejor forma de evitar un golpe de calor es “evitar la exposición al sol, en especial en las horas centrales del día, entre las dos y las seis de la tarde”.
Pérez de Cossio recuerda además la importancia de la dieta durante el verano, ya que unas “comidas menos copiosas” y aumentar el consumo de “alimentos ricos en agua y sales minerales” ayuda a evitar los riesgos de padecer los temidos y a la vez comunes golpes de calor. Además, “reducir la actividad física intensa, vestir ropa de colores claros, ligera y que no apriete, la protección solar y cubrir la cabeza” también ayudan.
Las condiciones en casa son importantes, por lo que se recomienda estar en “los lugares más frescos” y tener “durante el día persianas y ventanas cerradas” para después “ventilar por la noche”.
“La piel tiene memoria”
La larga exposición al sol puede provocar muchas consecuencias negativas para la salud. Golpes de calor, quemaduras, manchas en la piel o incluso algunos tipos de cáncer son algunas de ellas. “La piel tiene memoria”, señala De Santos, recordando la importancia de no cometer excesos con el sol.
El más desconocido es el golpe de calor, mucho más frecuente de lo que se cree y que en sus estados más graves “puede llegar a provocar la muerte”. “Se está atendiendo a más personas por golpe de calor que otros años” y en fechas “muy tempranas”, lo que hace sospechar que pueda ser un verano especialmente complicado en este aspecto.
“Normalmente empieza con calambres, con un poco de agotamiento o malestar, dolor de cabeza, nauseas o sed intensa. Cuando no se resuelve esta situación, deriva en un golpe de calor”, señala la enfermera. Los síntomas, de no buscar solución, van a peor, a los que se suma la desorientación. En su estado más avanzado, el cuerpo alcanza el límite, hasta el punto de llegar a convulsionar, entrando en coma y, si no se atiende convenientemente, derivando en la muerte del paciente.
¿Cómo actuar ante un golpe de calor? La respuesta más certera conlleva el traslado del doliente al hospital más cercano o llamar al 112. En caso de buscar aplacarlo, la solución más exitosa pasa por aplicar “medidas de enfriamiento”, cuenta Pérez de Cossio. Estas actuaciones pasan por llevar al doliente a un lugar con sombra y a poder ser fresco, darle abundante agua y remojar ciertas partes del cuerpo, principalmente “la nuca, cara y axilas”.