Los cebos envenenados han causado en la provincia de Segovia, entre 1992 y 2017, la muerte de alrededor de 408 animales, según un Informe elaborado por SEO/BildLife, WWF España y Eva Mínguez. El uso ilegal de estas sustancias genera un gran impacto en la biodiversidad y afecta sobre todo a aves como el buitre negro, el buitre leonado, el alimoche, el quebrantahuesos o el milano real; y a mamíferos como el oso pardo, el lobo ibérico, el lince ibérico o el zorro. Incluso, a veces, estas sustancias pueden causar la muerte de animales a los que no iban dirigidos, como pueden ser los domésticos.
En la provincia segoviana, el milano real es la especie que más ha sufrido los envenenamientos en el periodo recogido en el informe, con 113 intoxicados, seguido por el buitre negro con 52 casos, el alimoche con 19, el águila imperial ibérica con 16, los perros domésticos con un total de 15 fallecimientos, y, por último, el lobo, con 3.
Los tóxicos se suelen utilizar para el control de depredadores debido a una mala gestión de la caza o la ganadería. La mayor parte de los casos registrados en España se deben a una mala gestión cinegética, con la finalidad de dar muerte de forma indiscriminada a carnívoros que pueden consumir especies de caza como la perdiz y el conejo, siendo el zorro el principal perseguido.
La segunda causa radica en el uso ganadero, persiguiendo sobre todo al zorro, a perros asilvestrados y al lobo. En este caso, el veneno se utiliza principalmente en las épocas de paridera, cuando el ganado es más vulnerable, y en las ocasiones en las que no tienen una vigilancia continua al encontrarse sin pastor.
Otros motivos pueden ser la agricultura para proteger los cultivos, la apicultura y la colombicultura.
Según los datos registrados por los análisis toxicológicos, se han utilizado más de 80 sustancias nocivas sin contar con los casos que tienen lugar en el medio urbano. A nivel nacional, las más utilizadas son el aldicarb, el carbofurano, la estricnina y el metomilo.
Desde ONGs con iniciativas como el Programa Antídoto, hasta las comunidades autónomas con la creación de estrategias y planes de acción, se trabaja en la conservación de especies amenazadas por el uso ilegal de venenos, y en la prevención, disuasión y persecución de los casos de envenenamiento.
En los últimos años se ha notado una reducción de los casos en España, y esto se debe a las mejoras en la normativa, en la formación de agentes y técnicos o la vigilancia. Aun así, es necesario que se incrementen las medidas y los equipos, porque la situación general todavía es preocupante, según indican los autores del informe.