Sin él saberlo, un vencejo común (Apus apus) nacido en Segovia, en concreto en su Acueducto, revelará en breve uno de los secretos mejor guardados de la colonia de esta especie que cría en el monumento romano. Descubrirá, ejerciendo así de confidente, dónde pasan el invierno los vencejos que después, en los meses cálidos, alegran el cielo azul segoviano con sus juegos veloces, y ello sin parar de jirriar.
Hace ahora un año, un equipo de ornitólogos, dirigido por Javier de la Puente, de SEO/Birdlife, capturó cuatro vencejos en la calle Almira, utilizando para ello una ‘red japonesa’, prácticamente invisible para las aves. A los cuatro ejemplares se los puso un minúsculo geolocalizador, de 0,7 gramos de peso, procediendo a continuación a su liberación, de forma que pudieron emigrar cuando llegó el momento oportuno, sobre finales de julio.
Ayer, el mismo equipo, del que forman parte ornitólogos segovianos —el colectivo Atthis— organizó una ‘recaptura’ de vencejos. ¿Cómo se hizo?. Colocando de nuevo una red japonesa en idéntico lugar al de 2017. “Los vencejos —explicaba De la Puente— son muy fieles al lugar donde han nacido”. “Si un año capturamos a un ejemplar al salir de su nido, es muy probable que al año siguiente, si continúa vivo, regrese al mismo hueco”, agregaba. Con esa ilusión iban De la Puente y su grupo cuando pusieron, al amanecer de ayer, la citada red japonesa. A cada rato se liaba en ella un vencejo, que rápidamente era desenredado; luego se tomaban de él datos, era anillado y, por último se procedía a su liberación. Hasta que, poco después de las ocho y media de la mañana se escuchó “¡Bingo!”. Había caído un vencejo con geolocalizador. Uno de los que llevaba desde hace un año con mochila.
Si tiempo que perder, los ornitólogos conectaron el geolocalizador a un ordenador portátil. “¡Está lleno de datos!”, dijo uno del equipo. “Estos pequeños aparatos no envían información —aclaraba De la Puente—, pero cada pocos minutos registran la luz ambiental; te indican a qué hora amanece y a qué hora anochece, y con esta información se pueden saber las coordenadas”. Aunque el sistema no es totalmente exacto, sí muestra —con pequeños errores—, la fecha de inicio de la migración, cuál ha sido la ruta migratoria del vencejo y dónde ha pasado los meses de invierno.
A la espera de analizar los datos del geolocalizador, De la Puente sí pronosticaba que este vencejo delator habría partido de Segovia a finales de julio, cruzando el Estrecho de Gibraltar y bordeando a continuación el norte de África por su costa atlántica, hasta pasar el Sahara; una vez allí, habría girado al este, hasta llegar a tierras del Congo o Mozambique. “Hemos marcado vencejos en otras zonas de España y esa es, más o menos, la ruta que han llevado”, agregaba este ornitólogo de SEO/Birdlife.
El de los vencejos es, pues, un grandioso viaje anual, de unos 20.000 kilómetros, ahora desvelado gracias al programa Migra —puesto en marcha en 2011 por SEO/Birdlife con la colaboración de la Fundación Iberdrola España—, que a los segovianos permitirá saber de una vez de dónde vienen los visitantes que más revolotean por el Acueducto.