Un grupo de turistas que visitaron la ciudad en el fin de semana. / KAMARERO
Un grupo de turistas que visitaron la ciudad en el fin de semana. / KAMARERO

Los madrileños han preferido la playa a la montaña. Esa es la explicación que los representantes del sector turístico en Segovia dan a los resultados “flojos” y “decepcionantes” que ha arrojado el fin de semana y el lunes festivo por San Isidro en Madrid. Todo ello a pesar de la celebración del Titirimundi, que en gran medida ha repercutido en la ocupación hotelera de la capital segoviana, pero sin llegar a cumplir las expectativas de los demás negocios hosteleros.

“Nos hemos quedado en un 70 por ciento de lo que pensábamos trabajar, un dato incluso menor al de un fin de semana normal”, asegura el presidente de la Asociación de Empresarios de Alojamiento, Hostelería y Turismo de Segovia (Hotuse), Jesús Castellanos. Desde el principio, el número de reservas no era positivo. Pero los hosteleros confiaban en la cada vez mayor tendencia anotada desde la pandemia de dejar todo “para el último momento”, declara. Lo que finalmente no ha sido así. “No llegamos a las previsiones ni por asomo”, añade.

A su juicio, lo peor es que “no sabemos a qué se debe esta situación”. Contempla multitud de escenarios, como el encadenamiento de días festivos o el mal tiempo previsto para el sábado, aunque el domingo “fue igual de decepcionante”, considera Castellanos. También observa la preferencia de los madrileños por visitar las zonas de playa en este puente. De hecho, “muchos de ellos le están cogiendo el gusto a quedarse en Madrid y eso no nos viene nada bien, es un problema a medio plazo”, advierte Castellanos.

En esta misma línea se posiciona el presidente de la Asociación de Turismo Rural y Activo de Segovia, Gerardo Otero, quien insiste en que el turista de Madrid es “importantísimo” en la provincia, al suponer “casi el 99 por ciento”. Sin embargo, los datos de ocupación, que rondan un 60 por ciento, “son como los de un fin de semana cualquiera y, para ser primavera, tirando a flojo”, detalla.

El puente por San Isidro apenas se ha notado. La mayoría de las reservas en alojamientos rurales han sido de dos noches, “sin extras”, puntualiza Otero. A su vez, lamenta que el visitante del Titirimundi “no pernocta” y, en suma a ello, tan solo se concentra en la capital segoviana, no en los pueblos.

Precisamente, el concejal de Turismo del Ayuntamiento de Segovia, Miguel Merino, realiza un buen balance turístico del fin de semana. Señala que la ocupación hotelera ha alcanzado el 83 por ciento e, incluso, el sábado por la noche estuvo al 94 por ciento.

En suma a ello, el Centro de Recepción de Visitantes atendió en los tres días a unas 5.000 personas. Sin embargo, es menester aclarar que, en un fin de semana de Titirimundi, los turistas “no solo vienen a recoger información, sino a gestionar sus entradas a los espectáculos”, dice Merino.

De este modo, el sector turístico segoviano ya marca el periodo veraniego como su próxima fecha clave. “Hay bastante incertidumbre, sobre todo porque la situación de crisis económica que estamos viviendo”, considera Otero. A pesar de ello, el presidente de los hosteleros trata de pensar en forma positiva. “Intentaremos ser optimistas”, concluye.