
Esta semana, los días 2 y 3 de marzo, el Centro de Defensa contra el Fuego de León será escenario de las jornadas de clausura del Grupo Operativo RESINLAB, en las que se presentarán los resultados de un proyecto de innovación dirigido al sector resinero y desarrollado en los últimos dos años en Castilla y León (incluyendo las zonas de Coca y Cuéllar), Castilla-La Mancha y Extremadura.
En esas jornadas, además, está previsto que participe una representante de otro grupo operativo supra autonómico, el del proyecto ACREMA, que también ha contado con operadores del sector resinero de la provincia.
En los dos casos se trata de proyectos cofinanciados por fondos europeos FEADER y por la Administración General del Estado a través del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Los dos proyectos innovadores, aunque con diferentes enfoques, tienen en común que son iniciativas que promueven la cadena de valor de la resina. Una de las principales características, además de involucrar a agentes de varias comunidades autónomas, es la participación conjunta por primera vez de los propios resineros, de gestores públicos y privados de pinares, de la industria transformadora (que fabrica colofonia, trementina y otros derivados de la resina) e investigadores de organismos públicos, fundaciones y universidades.
Segovia, por su tradición en la extracción de resina, y como pionera en su transformación industrial desde finales del siglo XIX en Coca, es la provincia española con mayor producción anual de resina y también la que cuenta con mayor número de trabajadores resineros, en torno a 250 en la campaña de 2022, según los datos del Observatorio de Datos de la Resina creado por RESINLAB (que muy pronto estará operativo) y que indica también que el año pasado se resinaron 1.318.289 pies en la provincia.
Desde este grupo operativo comentan que resineros de otras provincias bromean diciendo que Segovia es “el epicentro de la resina, que tiene una bomba de resina bajo tierra”. Con su Tierra de Pinares, el ‘mar de pinares’ en la expresión más literaria, la provincia no podía faltar en estos dos proyectos respaldados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que hace ya una década hizo un diagnóstico del futuro del sector resinero que apuntaba a la innovación como clave, “ya sea por la vía de la mecanización, de la aplicación de nuevos estimulantes o de la logística de la recolección”.
Ese diagnóstico ponía el énfasis también en los precios internacionales de la resina y, a la vez que recalcaba que la evolución en los próximos años “es imprevisible”, planteaba cuatro escenarios y solo uno, “de baja probabilidad”, según los autores del diagnóstico, harían inviable la producción resinera no solo en España sino en el conjunto de Europa.
Red de territorios
El proyecto del Grupo Operativo RESINLAB, para el impulso de la actividad resinera, lleva el extenso nombre de ‘Red de territorios de experimentación donde los distintos actores de la cadena de valor de la resina puedan co-crear soluciones con el objeto de garantizar una innovación centrada en los usuarios y territorios’. Entre sus beneficiarios o participantes están FAFCYLE (la Federación de Asociaciones Forestales de Castilla y León), la Fundación Centro de Servicios y Promoción Forestal y de su Industria de Castilla y León (Cesefor) — a estas entidades pertenecen gestores forestales y empresas de Segovia— y, a título individual, LURESA Resinas (La Unión Resinera Española), una de las industrias de la provincia con una planta en Coca, adquirida y gestionada desde 2013 por el grupo Resinas Brasil.
En representación de esta empresa, intervendrá en las jornadas de León el próximo jueves, día 2 de marzo, Mariana Ferreira, quien presentará un ‘Estudio de calidad de resinas obtenidas mediante distintas técnicas: resultados, conclusiones y sugerencias de seguimiento’.
Como administración colaboradora figura la Junta de Castilla y León y como subcontratada, entre otros, la Asociación Forestal de Segovia (Asfose).
La coordinadora de este grupo operativo, la ingeniero de Montes Aida Rodríguez, de la Fundación de Cesefor, explica que el proyecto RESINLAB se basa en la metodología living-labs, entendidos estos “básicamente como territorios donde se trabaja de forma coordinada entre los agentes vinculados al aprovechamiento: gestores, resineros, industria y otros socios del proyecto”. Se ha creado así una red de trabajo a pequeña escala en los lugares donde se realiza la actividad; en el caso de Segovia, Coca y Cuéllar.
En cada territorio se han abordado tres objetivos principales de manera local. El primero ha consistido en trabajar la profesionalización del resinero. En este sentido, primero se hizo un diagnóstico de la situación para conocer sus problemas y necesidades, con qué ayudas disponibles pueden contar (a nivel de Diputación, Junta de Castilla y León, etc.) y, a continuación, se han planteado acciones de respuesta.
En Segovia se hicieron dos reuniones en 2021, en Coca y Cuéllar, para conocer las demandas de los resineros de la provincia y dar respuesta. El diagnóstico lo hizo el ingeniero Héctor García, de Asfose.
Entre las necesidades detectadas, antes de las jornadas, los resineros señalaron la reducción o eliminación de la temporalidad, aumentar el asociacionismo o cooperativismo, reconocimiento de las externalidades positivas generadas e implantación de la figura del contrato territorial. Después de las jornadas se ampliaron con la necesidad de mejorar el desroñe y la recogida de la miera, ayudas y mejoras en los químicos, investigación en la mejora del proceso de obtención de la miera, barrasco en el que haya que emplear menos fuerza, fomento de la regeneración de pinares, mantener en buen estado selvícola la masa a resinar (se apuntaron podas tardías o no ejecutadas), agilidad en la expedición de licencias, acceso a trabajos selvícolas en invierno y compatibilidad con el sector maderero (como se hacía en décadas pasadas), inspecciones en la trazabilidad para que otras actividades realizadas en sus matas no interfieran su trabajo y más información sobre el proceso de acceso a ayudas.
Desde la industria se planteó el aumento de la capacidad de competir con otros productos y la reducción de la importación de terceros países, mientras que los propietarios públicos (ayuntamientos o mancomunidades) apuestan por mayor superficie de resinación y los privados por fomentar agrupaciones para la explotación de la resina.
A diferencia de otras provincias, como León, Soria o Cuenca, en Segovia no se ha llegado a crear una asociación provincial de resineros. “Aunque parezca un poco contradictorio, porque es la provincia con las mayores producciones y mayor número de resineros, es donde a veces es más complicado trabajar con ellos porque tienen muy claro cómo hacer sus cosas. En Segovia, además, la Asociación Nacional de Resineros tiene más peso que en otras”, apunta Rodríguez.
Algo similar explica Borja Rogero, consejero delegado de Rincón de la Vega, una cooperativa con sede en Coca que está considerada como la de mayor tradición resinera a nivel estatal y es una de las entidades beneficiarias o participantes en el otro grupo operativo, el de ACREMA, liderado desde Galicia pero con agentes en esa Comunidad y en Castilla y León y Asturias.
Su proyecto, también en la fase final, tiene por finalidad el desarrollo de un método de extracción de resina y madera sobre masas de Pinus pinaster que permita compatibilizar ambas actividades con producciones de calidad sostenibles.
Rogero explica que su papel prácticamente se ha limitado a proporcionar datos y considera que la iniciativa será útil para la creación de nuevas cooperativas de resineros o empresas, “para que gente nueva conozca el oficio, porque se llega a la resina por distintos motivos, y para que puedan aprender con un método más fácil que el tradicional”.
Rincón de la Vega, en la actualidad con 27 empleados, tiene una trayectoria de 30 años y este responsable asegura que siempre intentan estar “a la última” y al menos probar nuevos métodos, aunque no siempre los incorpore.
Reconoce que el sector resinero ha experimentado un auge en los últimos años, en parte porque la crisis del ladrillo hizo que empleados en el sector de la construcción «volvieran a trabajar en el pinar» y a la coyuntura de precios de la resina en el mercado internacional, con China “que pasó de exportar a necesitar resina e importarla”.

Ensayos
Tanto el proyecto de ACREMA como el de RESINLAB han conllevado la realización de ensayos en parcelas de pinar. En el caso del segundo, según explica Aida Rodríguez, se han llevado a cabo en ocho parcelas, dos de ellas en la provincia, situadas en los municipios de Nieva y de Cuéllar, donde se han acotado en torno a 400 árboles en cada una y “hemos enfrentado en ellas el tratamiento tradicional para extraer resina, la pica tradicional, y la mecanización (con taladro) durante las dos campañas pasadas, las de 2021 y 2022, para comprobar la rentabilidad de cada método y qué problemas plantean”.
En principio, la ventaja del método de pica mecanizada, con recogida en bolsa cerrada en lugar de un bote o pote abierto, es que se obtiene resina de más calidad, con más aguarrás, y se eliminan materiales impropios que sí caen en los botes abiertos.
Se ha dado la circunstancia de que los resultados obtenidos en Segovia difieren bastante de los de otras provincias. En este sentido, esta ingeniero informa de que con el mecanizado “hubo pérdidas de producción entre un 30% y un 40%”.
Puntualiza que “todavía no sabemos por qué ha habido tanta diferencia, porque en el resto de parcelas los resultados han sido más parecidos”. En este sentido, señala que está pendiente una parte del análisis científico de esos resultados “sobre todo en relación con el clima y el estrés hídrico, más susceptible en suelos arenosos como los castellanos”.
En cuanto al tercer objetivo de este proyecto, el de transparencia y transferencia de conocimiento, destaca “los buenos datos técnicos existentes en Segovia”.

Observatorio
El principal logro es quizá la creación de un Observatorio de Datos de la Resina cuya página web será accesible en un par de semanas.
Recoge información sobre la actividad de la resinación, los resineros, la industria y el mercado nacional, se completará con información sobre la balanza comercial y el mercado internacional y además contará con el asesoramiento de un grupo de expertos científicos, técnicos y de gestión. De esta manera, sus responsables consideran que aporta transparencia a un sector clave en la gestión forestal sostenible de las masas de Pinus pinaster y clave en la generación de rentas en algunas provincias. En este sentido, permitirá a resineros y propietarios tomar las mejores decisiones con conocimiento.
Aida Rodríguez, coordinadora del proyecto, explica que este observatorio incluye precios, producciones (de resina, colofonia, trementina y otros derivados), información de exportación e importación, municipios con actividad resinera, sus resineros, los pinos resinados, un visor para realizar consultas de forma gráfica, una biblioteca con documentación y herramientas de apoyo para la toma de decisiones por parte de los diferentes agentes que integran el sector.
El proyecto de RESINLAB ha obtenido una subvención de 568.335,67 euros, mientras que el de ACREMA ha recibido otra de 561.719,17 euros (en los dos casos 80% fondos FEADER y 20% del Ministerio).
La innovación, el I+D y la gestión medioambiental y de residuos es también una constante de las industrias de transformación que operan en la provincia, asentadas además en el medio rural.
Por ejemplo, Sociedad de Resinas Naturales, con planta en Navas de Oro y socio del Grupo Operativo ACREMA, obtuvo en 2019 un préstamo ventajoso del Ministerio de Industria, por importe de 373.725 euros para la modernización de su línea de producción, con una inversión total de 498.300 euros.
