Las obras del eje Catedral-Alcázar están siendo objeto de debate esta semana dentro del Ayuntamiento de Segovia. Todo a raíz de unas acusaciones del grupo del PSOE desde la oposición al concejal de Patrimonio y Urbanismo Alejandro González-Salamanca, en las que su portavoz Clara Martín le acusaba de “un sonrojante y rotundo desconocimiento sobre los excepcionales valores patrimoniales que atesora Segovia”. Según los socialistas, al actual Gobierno “le preocupa más favorecer al sector de la construcción y relajar las inspecciones de las obras que la investigación y protección del patrimonio”.
La respuesta del PP no se ha hecho esperar. Los populares han afirmado que sus rivales políticos todavía no han superado la derrota en las últimas Elecciones Municipales tras dos décadas al frente del Ayuntamiento: “Hacemos votos porque el PSOE supere definitivamente la «fase de negación» en el que parece sumido dentro del duelo que ha supuesto la decisión de los segovianos, expresada en las urnas, de mandarlos a la oposición como respuesta a 20 años de mala gestión y parálisis de la ciudad, en los que se incluyen los once meses en los que fue alcaldesa Clara Martín”.
El grupo popular ha afirmado que todo esto no es más que una estrategia de la ex corregidora para seguir apareciendo, a cualquier precio, en los titulares de prensa y seguir siendo relevante: “La última salida en esta alocada carrera ha sido criticar que Alejandro González-Salamanca confirme que las obras del eje Daoiz-Plaza de la Merced se estén ejecutando al ritmo previsto y sin la aparición de problemas añadidos, en una zona por la que transcurre el canal soterrado del Acueducto y que conlleva un minucioso trabajo arqueológico, uno de los motivos por los que la obra «es lenta por naturaleza», como bien señaló”.
El PP se ha defendido de los ataques socialistas asegurando que solo se preocupan porque las obras se desarrollen dentro del plazo previsto: “A los socialistas parece molestarles que no se produzcan retrasos o que el concejal de Urbanismo y Patrimonio no se detuviera en detallar la marcha de esos trabajos de estudio arqueológico, aunque cualquiera puede comprender que es porque, precisamente, no se están produciendo “sorpresas” en ese sentido. Obviamente, la aparición de vestigios de mayor calado constituiría un elemento de ralentización o parálisis temporal de las obras. Si esto ocurriera, el Gobierno municipal informaría a los ciudadanos y también a los grupos de la oposición”.