Centro Penitenciario de Segovia, en término de Perogordo. / Kamarero

La Subdelegación del Gobierno ha informado de que durante el primer trimestre de 2019 se ha reducido el número de internos en el Centro Penitenciario de Segovia, al pasar de 356 con los que comenzó el año a 319.

Por otro lado este establecimiento estatal continúa ofreciendo formación a los internos, tanto reglada —alfabetización y español para extranjeros, consolidación de conocimientos de adultos, ESO, Bachillerato a distancia y UNED—, como formación profesional (con cursos de operaciones auxiliares de confección industrial, actividades auxiliares de viveros, jardines y centros de jardinería, operaciones de grabación y tratamiento de datos y documentos, auxiliar de pintura de edificios, operaciones básicas de panadería y bollería), en los que se han contabilizado 15 alumnos, así como talleres productivos (alimentación, economato, panadería, mantenimiento, actividades auxiliares, confección industrial).

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias tiene firmado convenios de colaboración con la Universidad de Valladolid, la Complutense de Madrid, la de Salamanca, la Pontificia de Salamanca y la UNED para la realización de prácticas de sus alumnos en el Centro. A lo largo del primer trimestre han sido tutorizados cuatro alumnos de Derecho, Criminología, Psicología y Trabajo Social.

“No podemos olvidar la imprescindible labor terapéutica que se desarrolla en el Centro Penitenciario como elementos imprescindible para la inserción de los internos, con programas de atención integral a la drogodependencia, la discapacidad intelectual, la violencia de género o la sexual”, ha apuntado la subdelegada, Lirio Martín.

Plantilla insuficiente

La responsable del Gobierno de España en la provincia reconoce que la plantilla de este centro está pasando por “una situación dura”, como toda la Administración General del Estado, debido a que la tasa de reposición ha sido cero en los últimos años. Señala que la reciente oferta pública de empleo “es un primer paso” y, aunque añade que “no podemos sentirnos satisfechos”, confía en que en los próximos años “se siga dotando de personal a la función pública para prestar servicios de calidad”.