Perro Perdido vive en el espacio que queda entre el suelo y los zapatos. / E. A.

La compañía Cal y Canto regresa al Teatro Juan Bravo de la Diputación para encontrarse con el público segoviano más pequeño la tarde de mañana domingo con ‘Lost dog’, colaborando así con las familias en la educación frente al abandono y el maltrato animal.

En dos sesiones de 45 minutos, que comienzan a las 17 y a las 19 horas, mostrará cómo es la vida de Perro Perdido desde que se quedó sin dueño y se vio obligado a vagar buscando un plato de comida, un techo bajo la lluvia o un lugar caliente en el que refugiarse del frío. Desde que lo abandonaron vive en el mundo que queda entre la tierra y la suela de los zapatos de quienes pasan a su lado sin ninguna compasión y, un día detrás de otro, desde que de cachorro se quedó huérfano de familia, recibe los insultos de quienes creen que se cruza en su camino para fastidiarles el trayecto, provocar un accidente o demostrarles su falta de humanidad.

‘Lost dog’ es un espectáculo de títeres y objetos lleno de ternura pero también de dureza, donde los pies y las piernas de los actores son los sugerentes conductores de la historia de su protagonista.

Muestra una realidad a veces olvidada: la de los perros que son comprados como capricho o recogidos de protectoras como recursos de caza y después son abandonados a su suerte, en el momento en que sus dueños comprenden que tener un perro implica varias responsabilidades y necesita buenas dosis de amor y cariño.

La compañía Cal y Canto está formada por Ana Ortega y Marcos Castro y acumula más de dos décadas de experiencia llevando sus montajes por todo el mundo, trabajando, además de en salas, en los más importantes festivales internacionales de teatro de calle. Su espacial tratamiento de los objetos, la movilidad de las escenas y el cuerpo poético de sus personajes son algunas de las características propias que definen su sugerente camino artístico.